© de la imagen La meva maleta

domingo, 3 de noviembre de 2013

Retratos de noviembre

Estos días leía que, hasta hace no tanto tiempo, era bastante habitual hacer fotos a los difuntos. Para algunos de ellos, tal vez, el único testimonio gráfico de su agotada existencia. Bien, tentada he estado de colgar en este blog la foto de mi fallecido bisabuelo en el ataúd, junto a su mujer, con su luto envolviendo su cabello de plata en un pañuelo negro. 

Se acabó de nuevo el tiempo de los muertos. Regresan los cementerios a la tranquilidad que les es característica, sólo rota por los nuevos llegados a ese lugar, que se irán presentando con la realidad de la finitud humana bajo el brazo. Andan a todo gas recogiendo las últimas calabazas para enchufarnos a Santa Claus a tutiplén. En las lápidas permanecerán las flores marchitándose hasta la próxima visita al camposanto, y los retratos detenidos para siempre de aquellos que se fueron. Las fotografías no son más que los fotogramas de la película de nuestras vidas, así que, cuando veo las fotos de los que murieron demasiado jóvenes les imagino cambiando esa imagen detenida por una película, siendo adolescentes, y maridos y madres. 


Vuelvo a casa a abrazarme a la cotidianidad del día a día y sigo agradeciendo que el calendario nos obligue a fijarnos, al menos una vez al año, en que somos efímeros. 


8 comentarios:

Susana dijo...

Es bueno tener un día para pensarlo, aunque quieran cambiárnoslo por calabazas. Un beso.

Ana, princesa del guisante dijo...

Las calabazas forman parte de nuestra tradición, de nuestra cocina otoñal. Lo que me sobra a mí es lo de andar casa por casa molestando al personal para pedirles caramelos. Besos

Ses dijo...

A medida que crecemos también hay que girarse más a menudo hacia este día. Ha sido preciosa tu visión de Todos los Santos.

Mariapi dijo...

Sí que es bueno recordar que la vida es una etapa, para dar a las cosas y los días la relevancia justa.
Besos y gracias por escribir.

Carme Sala dijo...

...y que paradójico me parece, que en estos tiempos en que fotografiamos absolutamente todo lo que nos rodea (sinó que tire la primera piedra el que no lo haga) lo único, que hoy día nadie jamás fotografiaría, es a un familiar fallecido.
Sin duda, debe ser una muestra más de ésta cultura, que parece querer hacernos olvidar, que somos simple y llanamente mortales, con fecha de caducidad.

Ana, princesa del guisante dijo...

Gracias, ciertamente hay que pensar que algún día no seremos más.

Ana, princesa del guisante dijo...

Una etapa. Corta, al menos tal y como la concebimos aquí. Gracias por la compañía. Besos

Ana, princesa del guisante dijo...

Tienes mucha razón, y no me había dado cuenta. Ni siquiera fotografiamos la enfermedad! Gracias por tu reflexión. Petonespts

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