Por lo que leo en la prensa (también aquí) los temores de mi abuela podrían convertirse en realidad. Un sindicato de médicos se ha quejado de la pregunta que les obligan a responder desde el Departament de Salut de la Generalitat: "¿Le sorprendería que este paciente muriera en los próximos 12 meses?". Ante la respuesta, Sí/No, los recursos destinados a su tratamiento podrían verse limitados.
Por lo visto, invertir en una persona a la que le queda menos de un año de vista es poco... rentable. Somos, existimos, en términos de "validez". Esto podría llamarse algo tan horrible como exterminio, genocidio o clasismo puro y duro, pero le llaman política, política de austeridad. ¡Ja!
Los mismos políticos que no tienen límites a la hora de ponerse sueldos inmerecidos, que juegan a la democracia (eso sí, se llenan la boca con esa palabra, siempre que la ley se adapte a lo que les conviene, si no, exigen poder votar -democráticamente- hasta que salga una ley que les guste más), deciden a quién merece o no la pena dedicarle recursos sanitarios. Peor aún, exigen a los médicos que ellos pongan su espada de Damocles sobre la cabeza de sus pacientes.
Me pregunto si ellos mismos juegan con estas reglas. Supongo que no. Ellos no suelen ser usuarios de la Sanidad pública.