Objetivo: alcanzar el dique del puerto. Camino dejando dos pares de huellas en la arena. Tú con tus piernas de joven cigüeña me acompañas en mi paseo. Te cuento que se puede saber mucho de la gente paseando junto al mar. Se puede saber quién acaba de llegar, y quién lleva ya días tostándose al sol. Se distinguen padres sufridores que llevan a sus hijos con camisetas, pañales gorritos, manguitos, y otros accesorios, de parientes que siestean mientras su prole chapotea y hace castillos de arena.
Mira mejor, descubrirás embarazos incipientes, cicatrices que son toda una historia, tatuajes, pieles caídas que relatan el paso de una vida. Un manojo de algas atrapado en los restos de un castillo que fue el proyecto de un niño, tal vez como tú. Toda la inmensidad del mar paseando con nosotros.
La playa tiene un efecto especial en la vida de las personas, como un inmenso libro de arena en que las páginas se escriben y se borran día tras día, casi, por horas. Las sombrillas que en la mañana temprana cobijaban a los matrimonios mayores que pasan todo el verano en la costa, ahora, en la tarde avanzada, están reposando en los balcones. En esta hora, en que las tumbonas han dado toda la vuelta del abanico, y miran hacia el oeste, apenas unos jóvenes jugando a fútbol con incansable energía, padres con niños que buscan el agua más caliente y más espacio para ubicar sus toallas.
Invento historias para cada uno de los que semidesnudos, nos entregamos a la brisa salada del Mediterráneo. No puedo dejar de admirar su belleza. La del mar, y la de los hombres al otro lado.
Y la tuya.
sábado, 31 de julio de 2010
jueves, 29 de julio de 2010
Abracadabra
Unas telitas de vichy, y de rayas, combinadas
Un panel para colgar imanes, de una famosísima cadena sueca, o sea de IKEA...
Un panel para colgar imanes, de una famosísima cadena sueca, o sea de IKEA...
Un poco de cola, una cinta zig-zag, y
Este es el resultado.
Regalo para Marlin, para decorar la nueva pintura de su habitación.
A otra cosa, mariguisante...
miércoles, 28 de julio de 2010
Sunrise
Mientras preparo la entrada con la última manualidad que ha salido de mis manos, os dejo con un canto de esperanza, esta preciosa canción de Norah Jones, que dedico con todo mi cariño a mis madrugadoras favoritas, y a las que madrugan a media mañana :-), y a las que nunca madrugan porque viven de trasnochar.
Durante mucho tiempo mi alias en la red fue Sunrise. Amanecer, nada, nada tiene tantas posibilidades como el albur de un nuevo día.
Durante mucho tiempo mi alias en la red fue Sunrise. Amanecer, nada, nada tiene tantas posibilidades como el albur de un nuevo día.
martes, 27 de julio de 2010
Parece
Ayer me llamaste.
Tu voz ya no era aquel hilito apenas tejido por unas palabras que recordaban más a lágrimas que a versos.
Bromeamos, buscamos soluciones, disfrutamos del minuto.
Porque eso es todo lo que tenemos: el minuto actual.
A no ser que creas en los milagros, claro. Yo tengo semillas de duda sobre los milagros, o sobre la misma existencia de Dios. Porque si miro en ese minuto actual, a veces no me gusta lo que veo. Entonces, abro un poco el abanico, y junto a lo malo, veo una sonrisa. Junto al llanto, un atardecer con luna llena. Junto a la ira, el amor. Y entonces vuelvo a creer.
Sigo leyendo entre tus líneas el sufrimiento profundo de tener el cuerpo enfermo. Pero abro tu abanico y vislumbro tu propia esperanza. Casi por primera vez desde ese día terrible del mes de mayo, he intuido en tus palabras el afán de luchar por ti misma.
Me despido de ti con estas palabras pedidas prestadas a Driver, en el blog de Sunsi. No voy a saberte decir todo eso, pero yo también siento cosas parecidas.
Driver de mañana dijo...
Era poco probable que fuéramos Campeones del Mundo, y sin embargo sucedió.
Era practicamente imposible que mi amigo Juan Carlos, después de tres episodios neuronales casi terminales, volviera a la vida, y ha vuelto a hablar, ver y moverse parcialmente.
Era harto difícil que nosotros dos pudiéramos tener hijos de forma natural, y ahora somos cuatro.
No era nada fácil que con mis antecedentes familiares pudiera desarrollar una actitud luchadora ante las dificultades, y sin embargo, he mejorado considerablemente.
Parecía imposible que mi hija Pilar fuera capaz de dormir fuera de casa; y ahora no para en ella.
Con 21 años nadie apostaba poque fuera capaz de terminar el Maratón de Madrid; pero llegué media hora antes de que cerraran la meta.
Nadie creía que pudiera tener amigos a través de una máquina electrónica; y los he conseguido.
Nadie apostó por mi madre cuando se apuntó a la autoescuela.
Y ahora conduce.
En la época de mi padre, un asalariado lo tenía crudo para pagar una carrera a sus hijos.
Mi hermana es médico y yo aparejador.
Para mi abuelo Emilio el mundo terminaba a 100 km de Murcia.
Sus nietas han cruzado el Atlántico.
Mi abuela Carmen se escondía debajo de las camas cuando había tormenta, pues de joven vio caer un rayo en una casa.
Un pararrayos instalado cuesta 250 euros y protege a 100 familias.
David, mi encargado más joven, nunca dirigió grupos humanos.
Ahora lo hace con 28 años.
Era muy difícil rezar a un Dios que no se dejaba ver con facilidad.
Y ahora es mi JEFE.
Nada es imposible del todo.
Hay metas más probables o más improbables.
En tu voluntad está el marcarte las metas y ponderar tus posibilidades.
Y una vez que encuentras un resquicio por donde meter la cabeza, el resto es fácil.
Es cuestión de elegir la meta adecuada a tus capacidades.
Aquella que tú te marques.
Que nadie haga ese trabajo por tí.
Te la pueden liar.
Tu voz ya no era aquel hilito apenas tejido por unas palabras que recordaban más a lágrimas que a versos.
Bromeamos, buscamos soluciones, disfrutamos del minuto.
Porque eso es todo lo que tenemos: el minuto actual.
A no ser que creas en los milagros, claro. Yo tengo semillas de duda sobre los milagros, o sobre la misma existencia de Dios. Porque si miro en ese minuto actual, a veces no me gusta lo que veo. Entonces, abro un poco el abanico, y junto a lo malo, veo una sonrisa. Junto al llanto, un atardecer con luna llena. Junto a la ira, el amor. Y entonces vuelvo a creer.
Sigo leyendo entre tus líneas el sufrimiento profundo de tener el cuerpo enfermo. Pero abro tu abanico y vislumbro tu propia esperanza. Casi por primera vez desde ese día terrible del mes de mayo, he intuido en tus palabras el afán de luchar por ti misma.
Me despido de ti con estas palabras pedidas prestadas a Driver, en el blog de Sunsi. No voy a saberte decir todo eso, pero yo también siento cosas parecidas.
Driver de mañana dijo...
Era poco probable que fuéramos Campeones del Mundo, y sin embargo sucedió.
Era practicamente imposible que mi amigo Juan Carlos, después de tres episodios neuronales casi terminales, volviera a la vida, y ha vuelto a hablar, ver y moverse parcialmente.
Era harto difícil que nosotros dos pudiéramos tener hijos de forma natural, y ahora somos cuatro.
No era nada fácil que con mis antecedentes familiares pudiera desarrollar una actitud luchadora ante las dificultades, y sin embargo, he mejorado considerablemente.
Parecía imposible que mi hija Pilar fuera capaz de dormir fuera de casa; y ahora no para en ella.
Con 21 años nadie apostaba poque fuera capaz de terminar el Maratón de Madrid; pero llegué media hora antes de que cerraran la meta.
Nadie creía que pudiera tener amigos a través de una máquina electrónica; y los he conseguido.
Nadie apostó por mi madre cuando se apuntó a la autoescuela.
Y ahora conduce.
En la época de mi padre, un asalariado lo tenía crudo para pagar una carrera a sus hijos.
Mi hermana es médico y yo aparejador.
Para mi abuelo Emilio el mundo terminaba a 100 km de Murcia.
Sus nietas han cruzado el Atlántico.
Mi abuela Carmen se escondía debajo de las camas cuando había tormenta, pues de joven vio caer un rayo en una casa.
Un pararrayos instalado cuesta 250 euros y protege a 100 familias.
David, mi encargado más joven, nunca dirigió grupos humanos.
Ahora lo hace con 28 años.
Era muy difícil rezar a un Dios que no se dejaba ver con facilidad.
Y ahora es mi JEFE.
Nada es imposible del todo.
Hay metas más probables o más improbables.
En tu voluntad está el marcarte las metas y ponderar tus posibilidades.
Y una vez que encuentras un resquicio por donde meter la cabeza, el resto es fácil.
Es cuestión de elegir la meta adecuada a tus capacidades.
Aquella que tú te marques.
Que nadie haga ese trabajo por tí.
Te la pueden liar.
lunes, 26 de julio de 2010
Si es que...
¡soy una santa!
Quedan todos ustedes invitados a una merienda virtual. No van a faltar los bollitos rellenos de queso con especias, las tostaditas con paté, jamoncito, y coca de recapte (algún día os hablaré de ella), y tortillita de patatas. También habrá gambitas, unos berberechos y otras delicias del mar. Por supuesto aperitivos: patatitas, olivitas arbequinas del olivo del jardín, unas galletitas saladas, y otros entretenimientos.
Para beber, lo que deseen, la nevera está repleta de cava, de vino, licores, de cervezas, con y sin, limonadas, naranjadas y colas y agua para las ranas. La mesa está esperando, sírvanse lo que quieran y tomen asiento. Es algo temprano, pero la fiesta promete ser larga.
No es necesario que traigan nada, pero agradeceré de todo corazón las sorpesas, las sonrisas, los cánticos espontáneos en mi honor... y en el de todas las Anas de mi vida, abuela, tía, sobrina, amiga, amiga, amiga, amiga, amiga, amiga, hija de amiga, amiga, amiga... Os quiero mogollón muchísimo a todas.
Imagen: Santa Ana enseñando a leer a la Virgen, de Murillo
Aquí mi Ana del Hilo, cantando para todas nosotras (y para los Joaquines, que también haylos).
sábado, 24 de julio de 2010
El consejo que no sé darte
Al principio me pareció divertido cuando me contabas lo del fichaje de las piscinas. Te lo tomé como esos juegos de juventud... pero mientras ibas desgranando tus palabras, más bien de punto final que de otra cosa, me di cuenta de que estabas hablando en serio.
Durante un rato te escuché con un bloqueo mental. Tú y yo venimos de familias desestructuradas, así que ¡HAY QUE LUCHAR CONTRA VIENTO Y MAREA POR LA UNIDAD DE LA FAMILIA!
O no.
Mientras tú parloteabas, percibí la energía que habías tenido aletargada en tu interior durante todo este tiempo. Tu vida familiar había ocultado lo mejor de ti... ¿Qué podía decirte?
Piénsalo bien
Los niños... Los niños son lo último.- me dijiste- Ellos son pequeños y se adaptarán.
No, te digo ahora, los niños son lo segundo. Lo primero eres tú. Si tú estás bien, ellos estarán bien. Si ellos están mal, tú estarás mal. Son lo segundo.
El qué dirá la familia. Tu padre, creo que piensa como yo. Que se veía venir, que la decisión que tienes que tomar ahora es consecuencia de haber elegido mal. Tu madre llorará un poco, pero si ella ve en ti la luz que desprendes y que se había apagado... seguro que te apoyará.
No conozco tanto a tu marido como para juzgarle. Pero él es un hombre de campo, y vive en el campo, y tú no sabías si las lechugas crecen en el suelo o en un árbol. Tú tienes una inquietud por todo. Él es feliz en su rutina, y no aspira a más que a ella. Y tú estás en ella. Muerta. Muerta, cariño. Te he visto morir en vida entre pucheros y pañales. Y para verte así, prefiero que tomes la decisión de la cual ayer me pediste, de forma implícita, la aprobación. Porque la amiga que ayer llamó por teléfono, volvió a ser la misma de siempre, alegre y jovial. Vuelves a mirarte en el espejo y ves lo bonita que eres, y crees que alguien puede volver a mirarte así... estás volviendo a nacer, y eso me gustó.
Es cierto, juraste amarle y respetarle en la dicha y en la desdicha. Pero él también lo juró. Y en realidad en lugar de amarte, te está anulando como persona y si él incumple su parte del trato, tú ya no estás obligada a cumplir con la tuya.
Me tienes en un pedestal, por alguna razón que yo desconozco. Antes de colgar el teléfono me agradeciste los consejos que yo no recuerdo haberte dado. Tal vez el poner en la boca los pensamientos del alma te ayudó a verlo claro. Más claro, porque tu corazón ya sabe qué tiene que hacer. Escúchalo. Él te aconsejará mucho mejor que yo.
Decidas lo que decidas, recuerda que si tú estás bien, todos estamos bien. Pero prepárate antes de dar el paso adelante. Búscate un modo de subsistir, y no dejes que el miedo te paralice. Y si lo hace, recuerda que estaré aquí.
Te quiero mucho. Y te quiero feliz.
Durante un rato te escuché con un bloqueo mental. Tú y yo venimos de familias desestructuradas, así que ¡HAY QUE LUCHAR CONTRA VIENTO Y MAREA POR LA UNIDAD DE LA FAMILIA!
O no.
Mientras tú parloteabas, percibí la energía que habías tenido aletargada en tu interior durante todo este tiempo. Tu vida familiar había ocultado lo mejor de ti... ¿Qué podía decirte?
Piénsalo bien
Los niños... Los niños son lo último.- me dijiste- Ellos son pequeños y se adaptarán.
No, te digo ahora, los niños son lo segundo. Lo primero eres tú. Si tú estás bien, ellos estarán bien. Si ellos están mal, tú estarás mal. Son lo segundo.
El qué dirá la familia. Tu padre, creo que piensa como yo. Que se veía venir, que la decisión que tienes que tomar ahora es consecuencia de haber elegido mal. Tu madre llorará un poco, pero si ella ve en ti la luz que desprendes y que se había apagado... seguro que te apoyará.
No conozco tanto a tu marido como para juzgarle. Pero él es un hombre de campo, y vive en el campo, y tú no sabías si las lechugas crecen en el suelo o en un árbol. Tú tienes una inquietud por todo. Él es feliz en su rutina, y no aspira a más que a ella. Y tú estás en ella. Muerta. Muerta, cariño. Te he visto morir en vida entre pucheros y pañales. Y para verte así, prefiero que tomes la decisión de la cual ayer me pediste, de forma implícita, la aprobación. Porque la amiga que ayer llamó por teléfono, volvió a ser la misma de siempre, alegre y jovial. Vuelves a mirarte en el espejo y ves lo bonita que eres, y crees que alguien puede volver a mirarte así... estás volviendo a nacer, y eso me gustó.
Es cierto, juraste amarle y respetarle en la dicha y en la desdicha. Pero él también lo juró. Y en realidad en lugar de amarte, te está anulando como persona y si él incumple su parte del trato, tú ya no estás obligada a cumplir con la tuya.
Me tienes en un pedestal, por alguna razón que yo desconozco. Antes de colgar el teléfono me agradeciste los consejos que yo no recuerdo haberte dado. Tal vez el poner en la boca los pensamientos del alma te ayudó a verlo claro. Más claro, porque tu corazón ya sabe qué tiene que hacer. Escúchalo. Él te aconsejará mucho mejor que yo.
Decidas lo que decidas, recuerda que si tú estás bien, todos estamos bien. Pero prepárate antes de dar el paso adelante. Búscate un modo de subsistir, y no dejes que el miedo te paralice. Y si lo hace, recuerda que estaré aquí.
Te quiero mucho. Y te quiero feliz.
viernes, 23 de julio de 2010
Una receta
Ayer por la tarde estuvimos de cocinitas los guisantes y yo. La liamos parda... ¿queréis la receta para tener a los nenes entretenidos una tarde nubosa sin pisicna?
COCA DE VIDRE.
La coca de vidre, traducido como coca de cristal es una masa dulce, más fina que la de la pizza, pero de composición prácticamente igual, y que, como tiene azúcar caramelizado en la superficie, es brillante y quebradiza como el cristal. Es tan buena, que la hago en raciones pequeñas para poder decir basta antes de atiborrarse de ella.
Aquí os dejo la receta.
Aunque no olvidéis, que el secreto está en hacerlas con mucho amor.
Para la superficie:
azúcar
aceite de oliva
licor de anís.
La masa debe reposar casi una hora, así que si vuestra intención es hacerlo con niños, planificad alguna actividad mientras sube la levadura.
En un bol grande, poner la harina, la sal, el aceite, el azúcar, y remover con una cuchara. Disolver la levadura en la leche tibia, tibia, que no caliente, que si está caliente se muere la levadura. Añadir la leche y la levadura con la harina, mezclar bien, y amasar un ratito.
Dejar reposar 45 minutos, en un lugar templado, con un paño limpio en contacto con la masa.
Precalentar el horno a 220º.
Mientras, preparar las cocas.
Estas cocas son fáciles de cortar, más bien, quebrar, y "pellizcar" cachitos. Yo, por mera cuestión de guardar la línea, las hago pequeñas, de unos 18 cm de diámetro. Para que calculéis, eso se hace con una cantidad de masa de 30 gramos, más o menos el tamaño de una nuez. Así, lo que hago es amasar bolitas, y luego con el rodillo, las hago muy muy finitas
Es decir, hay que estirar la masa muchísimo, hasta que quede prácticamente transparente.
Cuando hay niños es conveniente renunciar a un trozo de la masa, para dejar que practiquen con el rodillo.
El otro niño ayuda haciendo bolas de masa, amasando cada bola bien, mientras nosotras, rodillo en mano, con la encimera "limpérrima" y enharinando para que no se nos pegue el rodillo, estiramos la masa bien bien fina. Si nos queda algún pliegue en mitad de la masa, suelen formarse burbujas, que indudablemente son lo mejor de estas cocas.
En la bandeja del horno -yo pongo una lámina antiadherente- colocamos tres o cuatro masas de coca. Con un pincel de cocina, lo untamos con una peliculita de aceite, espolvoreamos con azúcar al gusto (una cucharadita más o menos), y lo horneamos hasta que queda tostadito. El grado de tueste va a gustos. A Marido y a Marlin les gustan blanquitas, a mí tostadísimas, y a Bufón, le gustan todas :-)). Yo tengo calculado que mientras se cuece una hornada, me da tiempo a amasar otra. Con esa cantidad de harina suelen salir unas 20-25 cocas del tamaño que os he dicho
En cuanto las sacamos del horno, en caliente, con otro pincel, pintamos con el anís. El alcohol, con el calor, se evapora en un segundo.
El aspecto final es este
Que las disfrutéis
COCA DE VIDRE.
La coca de vidre, traducido como coca de cristal es una masa dulce, más fina que la de la pizza, pero de composición prácticamente igual, y que, como tiene azúcar caramelizado en la superficie, es brillante y quebradiza como el cristal. Es tan buena, que la hago en raciones pequeñas para poder decir basta antes de atiborrarse de ella.
Aquí os dejo la receta.
Aunque no olvidéis, que el secreto está en hacerlas con mucho amor.
Para 500g de harina,
1 paquetito de 25-30g de levadura de panadería (o en Mer...adona, junto a las mantequillas)
50 ml de aceite de oliva para la masa
50 g de azúcar para la masa
225 ml de leche
10 g de sal
Para la superficie:
azúcar
aceite de oliva
licor de anís.
La masa debe reposar casi una hora, así que si vuestra intención es hacerlo con niños, planificad alguna actividad mientras sube la levadura.
En un bol grande, poner la harina, la sal, el aceite, el azúcar, y remover con una cuchara. Disolver la levadura en la leche tibia, tibia, que no caliente, que si está caliente se muere la levadura. Añadir la leche y la levadura con la harina, mezclar bien, y amasar un ratito.
Dejar reposar 45 minutos, en un lugar templado, con un paño limpio en contacto con la masa.
Precalentar el horno a 220º.
Mientras, preparar las cocas.
Estas cocas son fáciles de cortar, más bien, quebrar, y "pellizcar" cachitos. Yo, por mera cuestión de guardar la línea, las hago pequeñas, de unos 18 cm de diámetro. Para que calculéis, eso se hace con una cantidad de masa de 30 gramos, más o menos el tamaño de una nuez. Así, lo que hago es amasar bolitas, y luego con el rodillo, las hago muy muy finitas
Es decir, hay que estirar la masa muchísimo, hasta que quede prácticamente transparente.
Cuando hay niños es conveniente renunciar a un trozo de la masa, para dejar que practiquen con el rodillo.
El otro niño ayuda haciendo bolas de masa, amasando cada bola bien, mientras nosotras, rodillo en mano, con la encimera "limpérrima" y enharinando para que no se nos pegue el rodillo, estiramos la masa bien bien fina. Si nos queda algún pliegue en mitad de la masa, suelen formarse burbujas, que indudablemente son lo mejor de estas cocas.
En la bandeja del horno -yo pongo una lámina antiadherente- colocamos tres o cuatro masas de coca. Con un pincel de cocina, lo untamos con una peliculita de aceite, espolvoreamos con azúcar al gusto (una cucharadita más o menos), y lo horneamos hasta que queda tostadito. El grado de tueste va a gustos. A Marido y a Marlin les gustan blanquitas, a mí tostadísimas, y a Bufón, le gustan todas :-)). Yo tengo calculado que mientras se cuece una hornada, me da tiempo a amasar otra. Con esa cantidad de harina suelen salir unas 20-25 cocas del tamaño que os he dicho
En cuanto las sacamos del horno, en caliente, con otro pincel, pintamos con el anís. El alcohol, con el calor, se evapora en un segundo.
El aspecto final es este
Que las disfrutéis
miércoles, 21 de julio de 2010
Luna de julio
Empieza a anochecer algo más pronto. Ahora ya se nota, ha pasado un mes casi, desde el solsticio de estío. Tras esta pantalla, la habitación iluminada apenas por la luz de la ventana ha empezado a desvanecerse entre las sombras. Te dejo una luna, en una noche parecida a la de hoy.
No, no es como yo la veo. Ahora el cielo no está tan oscuro, aunque cada minuto que pasa es menos azul. He buscado esta imagen para ti. Me gustaría poder tener una cámara de fotos de esas que hacen retratos perfectos, para poderte regalar en cada momento lo que ven mis ojos. Todo, contigo, es mucho más. La luna, una hormiga, una sonrisa, una tragedia, un suspiro. Aunque, es verdad, un suspiro no puede fotografiarse. Una sonrisa sí, pero no una carcajada. Algunas culturas rechazan las fotos porque temen que sus almas queden atrapadas en ellas. Tal vez tengan un poquito de razón. Por eso algunos tenemos el alma de nuestra infancia retenida en un pedazo de papel.
Necesito las fotos para recordar. Vivir es volver a ver... las fotos, serán, pues, mi vida. Tú, con algunas canas menos, yo, con ojos de juventud. Nuestros bebés, en todos sus instantes. Los primeros pasitos, la tarta de cumpleaños, la pila baptismal. La risa. Su risa. No puedo plasmar cada una de sus sonrisas, son demasiadas.
Dentro de nada volverás de tu reunión. Te acostarás a mi lado en la cama, y la luz de la luna recortará nuestras siluetas en la semioscuridad. A través de mis ojos, ha sido un buen día. Cuando estés junto a mí, intentaré leer en tus silencios las escenas del tuyo. Buenas noches, mi amor.
martes, 20 de julio de 2010
La película que habré visto más veces
Corria el verano del 63.
Por aquel entonces todo el mundo me llamaba Baby, y a mí no me importaba que lo hicieran... (o algo por el estilo)
Sí, así empieza Dirty dancing.
Para mí, un tesoro por su maravillosa banda sonora, por el baile, y por la preciosa e improbable historia de amor que encierra.
Quise ser Baby, el personaje encarnado por Jenniffer Grey. Bailar y tener el cuerpo de infarto de Penny (Cinthya Rhodes). E ir de vacaciones a un lugar aburrido y en la montaña (y yo odio la montaña) como el Hotel Kellerman. Y por supuesto, por supuestísimo, que un bailarín consumado como Patrick Swayze me hubiese quitado la camisa de esa forma... No sé dibujar dos rombos, ya me perdonarán ustedes.
Lamenté su fallecimiento el pasado septiembre. La vida se llevó a uno de mis amores de juventud *ay*
Esta maravillosa canción la creó e interpretó él.
Paradójicamente la escena que menos me gusta es la del baile final, a pesar de que el tema es genial. Si lleváis tiempo sin verla espero haberos hecho entrar el gusanillo.
Por aquel entonces todo el mundo me llamaba Baby, y a mí no me importaba que lo hicieran... (o algo por el estilo)
Sí, así empieza Dirty dancing.
Para mí, un tesoro por su maravillosa banda sonora, por el baile, y por la preciosa e improbable historia de amor que encierra.
Quise ser Baby, el personaje encarnado por Jenniffer Grey. Bailar y tener el cuerpo de infarto de Penny (Cinthya Rhodes). E ir de vacaciones a un lugar aburrido y en la montaña (y yo odio la montaña) como el Hotel Kellerman. Y por supuesto, por supuestísimo, que un bailarín consumado como Patrick Swayze me hubiese quitado la camisa de esa forma... No sé dibujar dos rombos, ya me perdonarán ustedes.
Lamenté su fallecimiento el pasado septiembre. La vida se llevó a uno de mis amores de juventud *ay*
Esta maravillosa canción la creó e interpretó él.
Paradójicamente la escena que menos me gusta es la del baile final, a pesar de que el tema es genial. Si lleváis tiempo sin verla espero haberos hecho entrar el gusanillo.
lunes, 19 de julio de 2010
Sabanitas
Me pidieron una personalización para las sabanitas del cole de mis sobrinos.
Pensé...
Quería hacerlo bien...
Y salió.
(clic para agrandar)
Pensé...
Quería hacerlo bien...
Y salió.
(clic para agrandar)
El primero dice:
A dormir, P.M., que he visto el sueñito en tus ojos
Y el segundo:
Cierra los ojitos P.M., que el sueño llega enseguida
Este tipo de retos me divierten. No tengo remedio...
domingo, 18 de julio de 2010
Tu piel
Paso de puntillas por el departamento de bebés del supermercado, porque ahora ya no compro nada allí. He dejado de mirar con añoranza los jubones y ranitas, los peleles y los bucitos, los pañales y arrullos, las mantitas de perlé y las camisitas de batista, chupetes y papillas.
Llena de sentido común, porque los bebés crecéis muy deprisa y os convertís en pequeños tentetiesos de un año, en kamikazes de un año y medio, en locos bajitos de dos y medio, y luego, os asentáis en un proyecto de ser humano en miniatura de tres maravillosos años. Superada esa infancia temprana llega la palabra con sentido a la boca del niño. Con un sentido a veces arrollador. A los cuatro años, corréis libres, pensáis, ya razonáis, de alguna manera. Entonces las madres recuperamos algo de nuestra libertad, y disfrutamos a vuestro lado viéndoos crecer a la orilla del mar.
A la orilla del mar, os observaba retando a las olas, con toda la luz de vuestra juventud envidiable y eterna en mis ojos.
Viniste corriendo a mí, empachado de agua de mar. Buscaste mi regazo para templarte con mi calor prestado por el sol. Y, mientras besaba tu piel, salada, como la primera vez que olí tu pelo, un hipo, apenas perceptible brotó de tu cuerpo pegado al mío. Y fue como cuando te sentí por primera vez dentro de mí. Me dejé llevar por el compás de tu hipo, por el sonido de las olas del mar. Cerré mis ojos y tuve de nuevo un bebé diminuto en mis brazos por un ratito.
Llena de sentido común, porque los bebés crecéis muy deprisa y os convertís en pequeños tentetiesos de un año, en kamikazes de un año y medio, en locos bajitos de dos y medio, y luego, os asentáis en un proyecto de ser humano en miniatura de tres maravillosos años. Superada esa infancia temprana llega la palabra con sentido a la boca del niño. Con un sentido a veces arrollador. A los cuatro años, corréis libres, pensáis, ya razonáis, de alguna manera. Entonces las madres recuperamos algo de nuestra libertad, y disfrutamos a vuestro lado viéndoos crecer a la orilla del mar.
A la orilla del mar, os observaba retando a las olas, con toda la luz de vuestra juventud envidiable y eterna en mis ojos.
Viniste corriendo a mí, empachado de agua de mar. Buscaste mi regazo para templarte con mi calor prestado por el sol. Y, mientras besaba tu piel, salada, como la primera vez que olí tu pelo, un hipo, apenas perceptible brotó de tu cuerpo pegado al mío. Y fue como cuando te sentí por primera vez dentro de mí. Me dejé llevar por el compás de tu hipo, por el sonido de las olas del mar. Cerré mis ojos y tuve de nuevo un bebé diminuto en mis brazos por un ratito.
sábado, 17 de julio de 2010
Cosas que hacer una tarde de verano.
Darse un chapuzón, y luego tumbarse con una toalla en la hierba y espantar moscas.
Beberse una limonada fresquita, o una caña para vosotros.
Sentarse en la terraza y acabar aquella labor de una vez por todas.
Comerse una tajada de sandía más grande que el plato, y que a los niños les resbalen los chorretones de zumo de sandía hasta los codos.
Ponerse una peli de las de llorar un poco y verla a oscuras en la fresca soledad de una habitación.
Ea, pues mis hijos ayer, en Lérida, a 35 grados a la sombra tuvieron mejores planes que esos:
Marlin optó por ponerse un disfraz de ninja, con su chaleco acolchado y su gorro a juego. Y por supuesto, Bufón....
Beberse una limonada fresquita, o una caña para vosotros.
Sentarse en la terraza y acabar aquella labor de una vez por todas.
Comerse una tajada de sandía más grande que el plato, y que a los niños les resbalen los chorretones de zumo de sandía hasta los codos.
Ponerse una peli de las de llorar un poco y verla a oscuras en la fresca soledad de una habitación.
Ea, pues mis hijos ayer, en Lérida, a 35 grados a la sombra tuvieron mejores planes que esos:
Marlin optó por ponerse un disfraz de ninja, con su chaleco acolchado y su gorro a juego. Y por supuesto, Bufón....
...no quiso ser menos.
Anda, que se lo llego a mandar yo y me denuncian a Infancia. Qué paciencia, Señor...
viernes, 16 de julio de 2010
Cambio de actividad
Estoy de vacaciones. Oficialmente desde hoy.
Pero, ¿qué son las vacaciones sinó un cambio de actividad? Ahora es tiempo de poner orden en los rincones de la casa, de pintar algunas paredes que reclaman un nuevo aspecto, y de sacar las labores aparcadas por el día a día.
De dejar a los niños en la escuela de verano, y rescatarles cansados, mojados y hambrientos en las piscinas.
Por la tarde, siesta, libro, sol, agua y sombra.
Tiempo para mimarse. Primero, ponerse bella por fuera, y reparar los adentros, maltrechos por un año excesivamente exigente.
Momento de amor, y de amistad, de juego y de ocio. De cine, y de terrazas. De horchata y de ensaladas.
Siento muchas ausencias en los blogs. Yo seguiré escirbiendo para vosotros, pero , sobre todo, para mí. Poner en palabras mis vivencias para darles identidad.
Veremos que sale.
Mi menú para hoy:
Ensalada de arroz
Chuletas de cordero
Nectarinas
¿Alguno se apunta a comer?
Pero, ¿qué son las vacaciones sinó un cambio de actividad? Ahora es tiempo de poner orden en los rincones de la casa, de pintar algunas paredes que reclaman un nuevo aspecto, y de sacar las labores aparcadas por el día a día.
De dejar a los niños en la escuela de verano, y rescatarles cansados, mojados y hambrientos en las piscinas.
Por la tarde, siesta, libro, sol, agua y sombra.
Tiempo para mimarse. Primero, ponerse bella por fuera, y reparar los adentros, maltrechos por un año excesivamente exigente.
Momento de amor, y de amistad, de juego y de ocio. De cine, y de terrazas. De horchata y de ensaladas.
Siento muchas ausencias en los blogs. Yo seguiré escirbiendo para vosotros, pero , sobre todo, para mí. Poner en palabras mis vivencias para darles identidad.
Veremos que sale.
Mi menú para hoy:
Ensalada de arroz
Chuletas de cordero
Nectarinas
¿Alguno se apunta a comer?
jueves, 15 de julio de 2010
Una gran lección
Mi hermano y yo trapicheamos a menudo con películas. Yo, pésima pirata, le pido que me busque películas, y él me regala sorpresas, como programitas para hacer cosas que yo soy incapaz de comprender y manejar, y otras cosas, como estos vídeos, que hoy quiero compartir con vosotros.
En total duran más de una hora, así que este post es para una tarde de verano bajo un buen aparato de aire acondicionado. Recomiendo una libreta y un boli para tomar nota de lo que aprendéis.
Randy Pausch, profesor de ingeniería informática, y enfermo terminal de cáncer da su última lección. En ella habla de los sueños de la infancia y del camino para conseguirlos. La lección más grande de su vida, sin duda, su entereza. Se llaman The last lecture, los han traducido como "La última lección".
Tiene nueve partes, no puedo verlas con mi conexión a internet. Si veis algún fallo, espero sepáis disculparme. Espero que los disfrutéis.
En total duran más de una hora, así que este post es para una tarde de verano bajo un buen aparato de aire acondicionado. Recomiendo una libreta y un boli para tomar nota de lo que aprendéis.
Randy Pausch, profesor de ingeniería informática, y enfermo terminal de cáncer da su última lección. En ella habla de los sueños de la infancia y del camino para conseguirlos. La lección más grande de su vida, sin duda, su entereza. Se llaman The last lecture, los han traducido como "La última lección".
Tiene nueve partes, no puedo verlas con mi conexión a internet. Si veis algún fallo, espero sepáis disculparme. Espero que los disfrutéis.
miércoles, 14 de julio de 2010
El canto del corazón
Hoy he recordado que tenía una historia muy bonita, que solía leer cuando soñaba con ser madre. Este post se lo dedico a TC de Mi vida sin hijos, y a Mari de El café de la Mari y a todas aquellas mujeres que desean tener un hijo más que nada en este mundo. Por Jack Kornfield , 1974, en "Historias del espíritu, historias del corazón"
EL CANTO DEL CORAZÓN
Los miembros de una tribu de Africa Oriental utilizan un canto especial para cada miembro de la tribu, el cual le es asignado antes de su nacimiento.
En dicha tribu la fecha de nacimiento de una criatura no es el día del parto, ni siquiera el día de la concepción, como en otras comunidades. Para ellos la fecha de nacimiento coincide con el instante en que la madre piensa por primera vez en ese hijo o hija.
La madre, consciente de sus intenciones de concebir un hijo con un hombre específico, se aleja para sentarse solitaria a la sombra de un árbol grande. Allí se sienta y escucha con atención hasta que puede oír el canto de la criatura que ella espera traer al mundo.
Una vez que ha oído la canción, vuelve a la aldea y se la enseña al padre para así poder cantarla juntos mientras hacen el amor, invitando a la criatura a que se les una.
Cuando se realiza la concepción, la madre le canta la canción al hijo que lleva en el vientre, y luego se la enseña a las ancianas y a las parteras de la aldea, de manera que durante los trabajos del parto y el instante del nacimiento, la criatura sea bienvenida con dicho canto.
Después del nacimiento, todos los miembros de la aldea aprenden la canción de cada niño y se la cantan en momentos de triunfo, en rituales y durante la iniciación.
Cuando llega a la edad adulta, el canto se convierte en parte de su ceremonia matrimonial.
Al final de su vida sus seres queridos rodean su lecho de muerte y entonan el canto por última vez.
Tal vez sea cuestión de sentarse a escuchar.
Con todo mi cariño.
EL CANTO DEL CORAZÓN
Los miembros de una tribu de Africa Oriental utilizan un canto especial para cada miembro de la tribu, el cual le es asignado antes de su nacimiento.
En dicha tribu la fecha de nacimiento de una criatura no es el día del parto, ni siquiera el día de la concepción, como en otras comunidades. Para ellos la fecha de nacimiento coincide con el instante en que la madre piensa por primera vez en ese hijo o hija.
La madre, consciente de sus intenciones de concebir un hijo con un hombre específico, se aleja para sentarse solitaria a la sombra de un árbol grande. Allí se sienta y escucha con atención hasta que puede oír el canto de la criatura que ella espera traer al mundo.
Una vez que ha oído la canción, vuelve a la aldea y se la enseña al padre para así poder cantarla juntos mientras hacen el amor, invitando a la criatura a que se les una.
Cuando se realiza la concepción, la madre le canta la canción al hijo que lleva en el vientre, y luego se la enseña a las ancianas y a las parteras de la aldea, de manera que durante los trabajos del parto y el instante del nacimiento, la criatura sea bienvenida con dicho canto.
Después del nacimiento, todos los miembros de la aldea aprenden la canción de cada niño y se la cantan en momentos de triunfo, en rituales y durante la iniciación.
Cuando llega a la edad adulta, el canto se convierte en parte de su ceremonia matrimonial.
Al final de su vida sus seres queridos rodean su lecho de muerte y entonan el canto por última vez.
Tal vez sea cuestión de sentarse a escuchar.
Con todo mi cariño.
martes, 13 de julio de 2010
¿Quien nos callará?
Que nadie calle tu verdad
que nadie te ahogue el corazón
que nadie te haga más llorar
hundiéndote en silencio.
Que nadie te obligue a morir
cortando tu alas al volar
que vuelvan tus ganas de vivir
Te la dedico, Mevamaleta.
Seguimos soñando. Tiquismiquis al poder.
que nadie te ahogue el corazón
que nadie te haga más llorar
hundiéndote en silencio.
Que nadie te obligue a morir
cortando tu alas al volar
que vuelvan tus ganas de vivir
Te la dedico, Mevamaleta.
Seguimos soñando. Tiquismiquis al poder.
lunes, 12 de julio de 2010
Espíritu de superación
Supongo que el espíritu de superación podría definirse como el impulso interior que nos lleva a realizar actos para los cuales nos sentimos, en principio con capacidad insuficiente para llevarlos a cabo.
¿Qué nos mueve a dar el paso más allá? No lo sé. Llevo toda la tarde observando a mis cachorritos. Marlin, el mayor, tiende a evadir aquellas actividades para las que no está preparado, las que le cuestan, las que no le salen. Y perfecciona aquello que ya sabe hacer. Lo cierto es que cuando algo no le sale bien, él, si no se siente observado, va practicando, y no lo muestra a los demás hasta que logra superar sus miedos o su timidez, casi más lo segundo.
Bufón es un luchador nato. La semana pasada empezó sus clases de natación. Tenía pánico al agua, y a mí eso me preocupaba mucho. Hoy, cinco clases de natación después, no sólo ha perdido el miedo, sino que ha tomado tanta confianza, que en la piscinita de casa, la que no cubre, se pone a imitar el nado. Ha tragado agua como para llenar tres veces su cuerpecito musculoso. Pero ha vencido su miedo, y a final de verano, sabrá nadar.
El valor es algo que uno posee, o no, desde la infancia, aunque, seguramente pueda ser reforzado o ampliado por las experiencias personales o por lo vivido en el seno de la familia. Sea como sea, debe salir de dentro de uno mismo.
Yo fui una niña patosa, ahora soy una adulta patosa. Eduqué mis habilidades con la aguja, porque me hacía falta ejercer una actividad mecánica que me ayudara a mantener la concentración en mis pensamientos, y, de paso, por repetición de actos, aprender a manejar mis manos. Lo curioso es que no lo hice de forma consciente, pero ahora me doy cuenta de que debí explorar y casi por accidente, encontré la horma de mi zapato. No he dejado de ser poco habilidosa. Soy incapaz de servir la leche sin derramar algo, tropiezo a menudo por la calle. Pero siempre he luchado por superarme a mí misma. Y así es como surgen las labores que hago.
Supongo que en mis dos hijos hay algo de mi personalidad, más lo que ellos aportan de la suya propia. Seguiré observándoles desde esta atalaya mía, camuflada tras la pantalla de mi ordenador. Estoy segura de que voy a aprender de ellos.
¿Qué nos mueve a dar el paso más allá? No lo sé. Llevo toda la tarde observando a mis cachorritos. Marlin, el mayor, tiende a evadir aquellas actividades para las que no está preparado, las que le cuestan, las que no le salen. Y perfecciona aquello que ya sabe hacer. Lo cierto es que cuando algo no le sale bien, él, si no se siente observado, va practicando, y no lo muestra a los demás hasta que logra superar sus miedos o su timidez, casi más lo segundo.
Bufón es un luchador nato. La semana pasada empezó sus clases de natación. Tenía pánico al agua, y a mí eso me preocupaba mucho. Hoy, cinco clases de natación después, no sólo ha perdido el miedo, sino que ha tomado tanta confianza, que en la piscinita de casa, la que no cubre, se pone a imitar el nado. Ha tragado agua como para llenar tres veces su cuerpecito musculoso. Pero ha vencido su miedo, y a final de verano, sabrá nadar.
El valor es algo que uno posee, o no, desde la infancia, aunque, seguramente pueda ser reforzado o ampliado por las experiencias personales o por lo vivido en el seno de la familia. Sea como sea, debe salir de dentro de uno mismo.
Yo fui una niña patosa, ahora soy una adulta patosa. Eduqué mis habilidades con la aguja, porque me hacía falta ejercer una actividad mecánica que me ayudara a mantener la concentración en mis pensamientos, y, de paso, por repetición de actos, aprender a manejar mis manos. Lo curioso es que no lo hice de forma consciente, pero ahora me doy cuenta de que debí explorar y casi por accidente, encontré la horma de mi zapato. No he dejado de ser poco habilidosa. Soy incapaz de servir la leche sin derramar algo, tropiezo a menudo por la calle. Pero siempre he luchado por superarme a mí misma. Y así es como surgen las labores que hago.
Supongo que en mis dos hijos hay algo de mi personalidad, más lo que ellos aportan de la suya propia. Seguiré observándoles desde esta atalaya mía, camuflada tras la pantalla de mi ordenador. Estoy segura de que voy a aprender de ellos.
sábado, 10 de julio de 2010
Belleza interior
Hace demasiado tiempo dejaste de cuidarte.
Creíste que tu piel ya no volvería a ser besada, ni tu pelo acariciado. No te importaron los kilos de más.
Tus ojos reflejan tristeza, tanta, que asusta lo que muestran.
Y no te has dado cuenta de que el mundo cruel en que vivimos destierra en el olvido a aquellos que no hacen de su aspecto físico su dios.
Nadie da una oportunidad a nadie si su aspecto no es agradable. Ni siquiera yo.
Y no me refiero a belleza, que todos los seres me parecen bellos por definición.
Va más allá. Me refiero a la autoestima, que lleva a una persona a mirarse en el espejo por la mañana, a peinar su pelo limpio, a lavar su rostro, a vestirse para gustarse a sí mismo.
Es el principio del camino para gustar a los demás.
Y yo no te veo quererte. Porque sabes que tu autodesprecio nos hiere a los demás.
Así, si no hueles bien, no apetece abrazarte.
Así, si vistes como una pordiosera por las calles, no queremos caminarlas junto a ti.
Así, te vas aislando del mundo, y nos culpas, a los demás de no darte el cobijo que tú misma acabas evitando.
Muchas veces te he pedido que construyas tu propio mundo, porque es tu obligación, la misión de cada uno. No siempre podemos contar con los demás, muchas veces los otros nos fallan. Por eso es el mundo de cada cual. El que se sume, estupendo, pero no podemos construir una vida sobre un sueño. Los sueños tienen cantos afilados. Yo pienso que no es tarde para ti. Que si empiezas a quererte, vencerás tu soledad, porque tu interior tiene mucho que aportar a los demás. Sólo tienes que quererte, quererte más. Y dejar de engañarte, porque el egocentrismo no es lo mismo que la autoestima.
Creíste que tu piel ya no volvería a ser besada, ni tu pelo acariciado. No te importaron los kilos de más.
Tus ojos reflejan tristeza, tanta, que asusta lo que muestran.
Y no te has dado cuenta de que el mundo cruel en que vivimos destierra en el olvido a aquellos que no hacen de su aspecto físico su dios.
Nadie da una oportunidad a nadie si su aspecto no es agradable. Ni siquiera yo.
Y no me refiero a belleza, que todos los seres me parecen bellos por definición.
Va más allá. Me refiero a la autoestima, que lleva a una persona a mirarse en el espejo por la mañana, a peinar su pelo limpio, a lavar su rostro, a vestirse para gustarse a sí mismo.
Es el principio del camino para gustar a los demás.
Y yo no te veo quererte. Porque sabes que tu autodesprecio nos hiere a los demás.
Así, si no hueles bien, no apetece abrazarte.
Así, si vistes como una pordiosera por las calles, no queremos caminarlas junto a ti.
Así, te vas aislando del mundo, y nos culpas, a los demás de no darte el cobijo que tú misma acabas evitando.
Muchas veces te he pedido que construyas tu propio mundo, porque es tu obligación, la misión de cada uno. No siempre podemos contar con los demás, muchas veces los otros nos fallan. Por eso es el mundo de cada cual. El que se sume, estupendo, pero no podemos construir una vida sobre un sueño. Los sueños tienen cantos afilados. Yo pienso que no es tarde para ti. Que si empiezas a quererte, vencerás tu soledad, porque tu interior tiene mucho que aportar a los demás. Sólo tienes que quererte, quererte más. Y dejar de engañarte, porque el egocentrismo no es lo mismo que la autoestima.
viernes, 9 de julio de 2010
Un regalo para mí
Pensaba en escribir una entrada intimista. Me hace bien sacar del almario mis sentimientos para que se aireen, y tomen un nuevo color.
El profundo dolor de mi amiga, que me conmueve, y que por extensión, conmueve a una gran parte de los seguidores de este blog, y de todos aquellos conocidos comunes, me ha pillado por sorpresa.
Yo soy enfermera.Y me hice enfermera porque le tengo pánico al dolor. De forma totalmente ingenua quise ponerme en el bando de los buenos, de los que alivian el dolor, para ser inmune a él. El que cura, no puede padecerlo. Ahora me siento bastante tonta por haber pensado así. No solo no puedes evitarlo para ti, sino que tampoco sabes qué hacer cuando no puedes salvar del dolor a aquellos a quien quieres. Y ahora veo sufrir a una amiga la enfermedad más temida, con toda clase de complicaciones.
Yo soy enfermera.Y me hice enfermera porque le tengo pánico al dolor. De forma totalmente ingenua quise ponerme en el bando de los buenos, de los que alivian el dolor, para ser inmune a él. El que cura, no puede padecerlo. Ahora me siento bastante tonta por haber pensado así. No solo no puedes evitarlo para ti, sino que tampoco sabes qué hacer cuando no puedes salvar del dolor a aquellos a quien quieres. Y ahora veo sufrir a una amiga la enfermedad más temida, con toda clase de complicaciones.
Es tiempo de cambios en mi vida, y yo los tolero mal. Soy pequeñita de mente para aceptarlos. Una vez me he adaptado, lucho, soy fuerte, no lo niego, pero el momento de la tormenta me produce angustia. Mi vida anuncia vientos de cambio. He descubierto que soy capaz de hacer cosas nuevas que me abren puertas que no sé si voy a atreverme a cruzar, y los que están a mi alrededor, crecen deprisa o envejecen deprisa. Y los abismos entre los que se alejan son cada vez más profundos.
Soy, a pesar de lo que pueda parecer, una persona más bien introvertida y solitaria, aunque mi tendencia a la alegría me hace buscar compañía. Mi blog ha sido como una catarsis. Ya ni siquiera me da pudor hablar de cosas tan íntimas como las que salen aquí, a pesar de que sé que muchas personas a las que conozco están leyéndome. Y fuera de este espacio, sería incapaz tocar temas tan personales. Supongo que es más fácil hablar con un desconocido o con 200...
Ayer recibí un regalo. Mimaleta me chiva de que alguien habla de mí:Va de retro. Me ha emocionado, un millón de gracias. Tus palabras acarician mi corazón, porque todo lo que alberga este blog no deja de ser un trocito de mi alma.
People,
people who needs people
are the luckiest people in the world.
jueves, 8 de julio de 2010
Estupendo...¡más parientes!
Le dijo Shrek a Fiona, cuando asomó el Hada Madrina...
Sabéis que hago gustosa camisetas para todo el mundo.
Pero ahora ya empiezo a estar saturada. Si no he perdido las cuentas, este año llevo hechas 25, de las cuales, sólo 6 se han quedado en mi casa... Hartica estoy de mi generosidad.
Éstas me las pidió mi cuñada para mis sobrinos. Son dos hermanos, y me apetecía hacerles algo conjuntado, pero no idéntico. Afortunadamente, la tela de la aplicación me permitió el juego. Camiseta y toalla para cada uno de ellos.
Sabéis que hago gustosa camisetas para todo el mundo.
Pero ahora ya empiezo a estar saturada. Si no he perdido las cuentas, este año llevo hechas 25, de las cuales, sólo 6 se han quedado en mi casa... Hartica estoy de mi generosidad.
Éstas me las pidió mi cuñada para mis sobrinos. Son dos hermanos, y me apetecía hacerles algo conjuntado, pero no idéntico. Afortunadamente, la tela de la aplicación me permitió el juego. Camiseta y toalla para cada uno de ellos.
Las fotos no les hacen demasiada justicia, pero os aseguro que han quedado muy bonitas
miércoles, 7 de julio de 2010
No lloramos
El otro día hablaba aquí sobre mi miedo a llorar contigo, y ahora pienso que ojalá nos hubíesemos quedado a solas para llorar un rato cogiditas de la mano, para que tengas que dejar de fingir que no estás tan triste y que no tienes miedo.
Pero no estuvimos solas. Contigo estaban tu hombrecillo de 18 años, y tu amiga, a la que aquí llamaré María. Pudimos bromear sobre tu enfermedad, lo cual me pareció una excelente lección para tu hijo: desdramatizar.
Por una parte, me alegra haber coincidido con María, porque ella, como yo, rebosa energía. Parece que la vida te ha puesto junto dos personas que tienen algo que tal vez tú necesitas, y esas somos María y yo. Hablamos parecido, a pesar de que nos separan más de tres décadas, y te decimos lo mismo, y las dos pensamos que a tus hijos les falta lo mismo... o les sobra, o vete tú a saber. Nosotras haremos de muletas, una bajo cada uno de tus brazos, para cargar de ti cuando te canses, aunque también sabemos que tú no pedirás ayuda. Somos de las que rogamos a Dios con el mazo en la mano.
María te dijo que eres fuerte como un roble, y yo, por una parte envidio tu fortaleza física, tu capacidad para aguantar este embite, aunque yo sé que por dentro, ay, por dentro. Vives con estoicidad los tratamientos médicos, las condiciones del hospital, la zanahoria que te dan en todas las comidas, el no poder moverte, el no poder hacer lo que te gusta...
Pero yo temo que el querer mostrarte ante todos los demás medio serena cuando en realidad sientes pánico, no es bueno para ti. Ojalá hubiésemos llorado, ojalá.
Pero no estuvimos solas. Contigo estaban tu hombrecillo de 18 años, y tu amiga, a la que aquí llamaré María. Pudimos bromear sobre tu enfermedad, lo cual me pareció una excelente lección para tu hijo: desdramatizar.
Por una parte, me alegra haber coincidido con María, porque ella, como yo, rebosa energía. Parece que la vida te ha puesto junto dos personas que tienen algo que tal vez tú necesitas, y esas somos María y yo. Hablamos parecido, a pesar de que nos separan más de tres décadas, y te decimos lo mismo, y las dos pensamos que a tus hijos les falta lo mismo... o les sobra, o vete tú a saber. Nosotras haremos de muletas, una bajo cada uno de tus brazos, para cargar de ti cuando te canses, aunque también sabemos que tú no pedirás ayuda. Somos de las que rogamos a Dios con el mazo en la mano.
María te dijo que eres fuerte como un roble, y yo, por una parte envidio tu fortaleza física, tu capacidad para aguantar este embite, aunque yo sé que por dentro, ay, por dentro. Vives con estoicidad los tratamientos médicos, las condiciones del hospital, la zanahoria que te dan en todas las comidas, el no poder moverte, el no poder hacer lo que te gusta...
Pero yo temo que el querer mostrarte ante todos los demás medio serena cuando en realidad sientes pánico, no es bueno para ti. Ojalá hubiésemos llorado, ojalá.
martes, 6 de julio de 2010
Mi primer San Fermín. Editado: problemas blogger
Nota: estoy leyendo vuestros comentarios en el correo electrónico, pero no salen en el blog. Espero que se resuelva el problema... podéis comentar, si queréis, lo leeré, y en cuanto funcione, respondo a los comentarios.
Voy a empezar confesando algo: estudié tres años en Pamplona y nunca he estado en sanfermines. Supongo que, para compensar la falta, soy seguidora de los encierros desde hace muchos años. Desde el 94, concretamente.
Voy a empezar confesando algo: estudié tres años en Pamplona y nunca he estado en sanfermines. Supongo que, para compensar la falta, soy seguidora de los encierros desde hace muchos años. Desde el 94, concretamente.
Aquel año, Ana, ¿recuerdas? fue nuestro año en el piso de Blanca, que estaba en Malí... Me encontré por casualidad (si es que eso existe) con una grabación de los encierros de San Fermín, uno detrás de otro. Claro, eran para cuando volviera Blanca, para que ella no se perdiera la fiesta de su ciudad. Me senté frente al televisor, y la vi enterita.
En aquel momento aprendí lo que era un encierro limpio, un encierro largo, un encierro peligroso, un encierro soso (eufemismo que se aplica a un encierro cuando no ha habido corneados). Las actitudes deplorables ¡jamás hay que citar al toro por detrás!. Los corredores incautos, que se ponen a la izquierda en la curva de Estafeta. Aprendí que los Miura son unos pedazo de animales, mucho más largos que otros toros, y con casi 100 kg más de peso, con una cornamenta impresionante, pero que suelen dar encierros limpios porque la manada no suele separarse, y que por eso corren en domingo, indudablemente el día más masificado. Oí palabras, por primera vez, como cabestro o jabonero. Los Cebada-Gago, los que han causado muertes y encierros peligrosos.
Desde aquel año, no me pierdo ni un encierro, en directo o en diferido. Y siento a mis hijos frente a la tele para compartir ese momento. El año pasado hubo una cornada tan brutal, que decidí verlos yo antes de que los niños tengan que ver escenas demasiado crudas. Pero me gustaría que se enamorasen de esa fiesta, como yo lo hice. Coreamos juntos los cánticos al patrón, contenemos la respiración casi los tres minutos que suele durar la carrera, desde el chupinazo en los corrales de Santo Domingo, nos quedamos sin aliento cuando un mozo tropieza y se salva por los pelos, y saltamos del sofá cuando por fin cierran la puerta de la plaza... Y esperamos ansisosos al parte de heridos, y nos alegramos cuando ha sido un encierro soso, aunque hay que reconocer que si hay algún corneado siempre tiene su aquél.
Dentro de unas horas va a ser el Chupinazo... ¡Pamploneses, Pamplonesas! ¡VIVA SAN FERMÍN!
lunes, 5 de julio de 2010
De cine: La niñera mágica
Tropecé con esta película por casualidad, en televisión. Y me enamoré. Me enamoré del papel de Emma Thomphson, caracterizada como niñera-bruja. Me enamoré del papel del niño, adorable en Love Actually, y del resto de los niños de la película, incluso del bebé. Me enamoré de la maravillosa caracterización, de la mansión que albergaba a esa familia, de los colores y la luz. Del argumento, del bastón mágico.
Esta película es una especie de Mary Poppins, con niños aparentemente malos malísimos, que tal vez no lo sean tanto, con padre viudo, que trabaja en una funeraria, y tía-abuela benefactora. La niñera posee un bastón mágico que yo quisiera saber dónde lo compró...
Como es de suponer, la Nanny McPhee, encarnada por una Emma Thompson genial, caracterizada de bruja, y que aparece por arte de magia, hace que esos 8 hijos maleducados y asalvajados aprendan a ser mejores personas.
El argumento de fondo, es la ruina económica de su padre, que le hace depender de la tía abuela de su mujer fallecida. Ésta le ordena casarse en menos de un mes si quiere seguir percibiendo la asignación que les da de comer. La candidata elegida por Mr.Brown, interpretado por un magnífico Collin Firth es una viuda doble, Mrs. Quickly, que es una caricatura de una especie de dama de dudosa reputación, vestida de rosa chicle...
Los niños, como es de suponer, no le van a poner las cosas fáciles.
Y no voy a decir nada más. Lo mejor de esta película no es qué pasa en ella, sino cómo pasa y con qué colores los ojos de niños y mayores podemos disfrutarla. Espectáculo puro.
LA NIÑERA MÁGICA
(Nanny McPhee)
Dirección: Kirk Jones.
Países: USA, Reino Unido y Francia.
Año: 2005.
Duración: 97 min.
Género: Comedia.
Interpretación: Emma Thompson (Nanny McPhee), Colin Firth (Sr. Brown), Kelly Macdonald (Evangeline), Angela Lansbury (Tía Adelaide), Celia Imrie (Sra. Quickly), Derek Jacobi (Sr. Wheen), Patrick Barlow (Sr. Jowls), Imelda Staunton (Sra. Blatherwick), Thomas Sangster (Simon), Eliza Bennett (Tora).
Guión: Emma Thompson; basado los libros "Nurse Matilda" de Christianna Brand.
Ah, aviso a las patchworkeras... ocho niños, ocho colchas de patch con técnicas diferentes. Bueno, creo recordar que alguna era de ganchillo, pero todas eran bonitas.
Esta película es una especie de Mary Poppins, con niños aparentemente malos malísimos, que tal vez no lo sean tanto, con padre viudo, que trabaja en una funeraria, y tía-abuela benefactora. La niñera posee un bastón mágico que yo quisiera saber dónde lo compró...
Como es de suponer, la Nanny McPhee, encarnada por una Emma Thompson genial, caracterizada de bruja, y que aparece por arte de magia, hace que esos 8 hijos maleducados y asalvajados aprendan a ser mejores personas.
(No os dejéis engañar por esta foto, eh...)
El argumento de fondo, es la ruina económica de su padre, que le hace depender de la tía abuela de su mujer fallecida. Ésta le ordena casarse en menos de un mes si quiere seguir percibiendo la asignación que les da de comer. La candidata elegida por Mr.Brown, interpretado por un magnífico Collin Firth es una viuda doble, Mrs. Quickly, que es una caricatura de una especie de dama de dudosa reputación, vestida de rosa chicle...
Los niños, como es de suponer, no le van a poner las cosas fáciles.
Y no voy a decir nada más. Lo mejor de esta película no es qué pasa en ella, sino cómo pasa y con qué colores los ojos de niños y mayores podemos disfrutarla. Espectáculo puro.
LA NIÑERA MÁGICA
(Nanny McPhee)
Dirección: Kirk Jones.
Países: USA, Reino Unido y Francia.
Año: 2005.
Duración: 97 min.
Género: Comedia.
Interpretación: Emma Thompson (Nanny McPhee), Colin Firth (Sr. Brown), Kelly Macdonald (Evangeline), Angela Lansbury (Tía Adelaide), Celia Imrie (Sra. Quickly), Derek Jacobi (Sr. Wheen), Patrick Barlow (Sr. Jowls), Imelda Staunton (Sra. Blatherwick), Thomas Sangster (Simon), Eliza Bennett (Tora).
Guión: Emma Thompson; basado los libros "Nurse Matilda" de Christianna Brand.
Ah, aviso a las patchworkeras... ocho niños, ocho colchas de patch con técnicas diferentes. Bueno, creo recordar que alguna era de ganchillo, pero todas eran bonitas.
domingo, 4 de julio de 2010
El perdón
Entre una de mis muchas "habilidades" cuento con una facilidad pasmosa para meter la pata. Ayer la metí contigo. Pongo cara de buena y pido disculpas, y de paso, cuelgo estas fotos, que me mandaste hace algunos días de tu terraza, y de tu casa.
sábado, 3 de julio de 2010
Fragilidad
Sin saber siquiera que hablo de ti, te estás convirtiendo en una de las protagonistas de este castillo. Espero que ningún bruto (eh, Javier) te deje leer ahora todo lo que digo sobre ti, porque necesitas estar fuerte, y no leer cosas sensibleras que te hagan llorar.
En 11 años apenas te había visto derramar alguna lágrima. Por fuera, quiero decir. Sí, te había visto tragarte sapos , y estar triste, triste, triste. Alguna vez te había visto sufrir callada, y tus lágrimas siempre habían sido más bien escasas. Sólo has llorado en este mal trago, y cuando has hablado de tus hijos... ¡Cómo me dolió tu miedo!
Hoy me ha dicho alguien que te ha visto en el hospital. Cuenta que estás pálida, delgada, y frágil como una hoja seca. Me alegra la advertencia. No debería de haberme sorprendido, de hecho, has pasado 10 días en la UCI. Pero yo te había guardado en mis retinas como siempre, con tu pelo alborotado, tus ojos azules, tu sonrisa risueña.
Me preparo para ir a verte, con la maleta cargada de energía para ayudarte a emprender esa subida. No podré contarte cuánta gente de aquí, del castillo, hace el ascenso con nosotras, pero ellos estarán ahí metiditos.
Me ha venido fenomenal que me abrieran los ojos antes de salir, porque yo te imaginaré infinitamente peor de lo que en realidad estás, y así cuando mis ojos se encuentren con los tuyos podré fingir una grata sorpresa. Como suelo ser de palabra torpe cuando hablo, me haré una lista de temas tabú, que no debo iniciar yo:
-Tus niños, porque no quiero que llores. Si necesitas hablar de ellos y llorar, seguro que tú me sacas el tema.
-Mis niños, porque te harán pensar en los tuyos.
-La piscinita de charco. Seguro que estarías más a gusto en la calle, tomando el sol, que aquí en el hospital.
-El trabajo. Todo el mundo pregunta por ti, y tendré que decirte aquello de que todo el mundo me habla del bien que les has hecho. Y no quiero que llores por lo que yo te diga.
Porque yo llevo días guardando mis propias lágrimas, y cuando tú empieces, lo haremos las dos.
En 11 años apenas te había visto derramar alguna lágrima. Por fuera, quiero decir. Sí, te había visto tragarte sapos , y estar triste, triste, triste. Alguna vez te había visto sufrir callada, y tus lágrimas siempre habían sido más bien escasas. Sólo has llorado en este mal trago, y cuando has hablado de tus hijos... ¡Cómo me dolió tu miedo!
Hoy me ha dicho alguien que te ha visto en el hospital. Cuenta que estás pálida, delgada, y frágil como una hoja seca. Me alegra la advertencia. No debería de haberme sorprendido, de hecho, has pasado 10 días en la UCI. Pero yo te había guardado en mis retinas como siempre, con tu pelo alborotado, tus ojos azules, tu sonrisa risueña.
Me preparo para ir a verte, con la maleta cargada de energía para ayudarte a emprender esa subida. No podré contarte cuánta gente de aquí, del castillo, hace el ascenso con nosotras, pero ellos estarán ahí metiditos.
Me ha venido fenomenal que me abrieran los ojos antes de salir, porque yo te imaginaré infinitamente peor de lo que en realidad estás, y así cuando mis ojos se encuentren con los tuyos podré fingir una grata sorpresa. Como suelo ser de palabra torpe cuando hablo, me haré una lista de temas tabú, que no debo iniciar yo:
-Tus niños, porque no quiero que llores. Si necesitas hablar de ellos y llorar, seguro que tú me sacas el tema.
-Mis niños, porque te harán pensar en los tuyos.
-La piscinita de charco. Seguro que estarías más a gusto en la calle, tomando el sol, que aquí en el hospital.
-El trabajo. Todo el mundo pregunta por ti, y tendré que decirte aquello de que todo el mundo me habla del bien que les has hecho. Y no quiero que llores por lo que yo te diga.
Porque yo llevo días guardando mis propias lágrimas, y cuando tú empieces, lo haremos las dos.
viernes, 2 de julio de 2010
Llevar las orejas puestas
Mis hijos sólo se ponen las orejas cuando les apetece, que suele ser, siempre, cuando no toca.
Yo: Hijo, ¿has recogido el bañador de la alfombra?
Hijo: Silencio
Otro rato, yo: Hijo, ¿puedes ir a ver si has apagado la luz del cuarto de baño?
Hijo: Silencio
Al poco, digo: Marlin, ¿has leído hoy?
Hijo sordo: Silencio
Más tarde, pregunto: Bufón, ¿te has comido toda la fruta?
Hijo sordo nº 2: Silencio.
Yo, sólo por comprobar: Nenes, ¿os apetece un poquito de chocolate?
Hijo nº 1, rápido: Sí, bien yupi
Otro hijo, al mismo tiempo: Sííííííííííí
Preguntamos: Nenes, ¿nos vamos a la playa?
Hijo, de forma sorprendente responsable: Voy por el bañador que he dejado sobre la alfombra.
Otro hijo, con alegría: Síííííííííííí
Es decir. Oyen. Cuando Marlin era pequeñito, como de 3 o 4 años, le llevé un día a la pediatra (a la que ese día suplía una compañera mía del colegio), porque me daba la sensación de que no oía bien. Le miró con el otoscopio, me miró con cara de "Tú sigues estando tonta, como en el colegio". Y nos fuimos a casa.
Ayer tuve la constatación de que, no solo oyen PER FEC TA MEN TE, sino que, a veces, a demás escuchan.
Detrás, la vocecita de Bufón, 4 añitos recién cumplidos:
- Qué, ¿otra vez te hash vuelto a encontrar a todosh losh tontosh de ezte pueblo?
La semana pasada salía del super con los niños, y tenía prisa. En consecuencia, me encontré todos los tractores, ancianos adorables, madres descargando niños, adultos cargando objetos voluminosos, y semáforos rojos y vehículos lentos del mundo. Y me pronuncié al respecto. Bufón ese día, por supuesto, llevaba las orejas puestas.
Como decía ayer, Educar es ser. Y yo soy... ¿qué soy? Una incauta.
Yo: Hijo, ¿has recogido el bañador de la alfombra?
Hijo: Silencio
Otro rato, yo: Hijo, ¿puedes ir a ver si has apagado la luz del cuarto de baño?
Hijo: Silencio
Al poco, digo: Marlin, ¿has leído hoy?
Hijo sordo: Silencio
Más tarde, pregunto: Bufón, ¿te has comido toda la fruta?
Hijo sordo nº 2: Silencio.
Yo, sólo por comprobar: Nenes, ¿os apetece un poquito de chocolate?
Hijo nº 1, rápido: Sí, bien yupi
Otro hijo, al mismo tiempo: Sííííííííííí
Preguntamos: Nenes, ¿nos vamos a la playa?
Hijo, de forma sorprendente responsable: Voy por el bañador que he dejado sobre la alfombra.
Otro hijo, con alegría: Síííííííííííí
Es decir. Oyen. Cuando Marlin era pequeñito, como de 3 o 4 años, le llevé un día a la pediatra (a la que ese día suplía una compañera mía del colegio), porque me daba la sensación de que no oía bien. Le miró con el otoscopio, me miró con cara de "Tú sigues estando tonta, como en el colegio". Y nos fuimos a casa.
Ayer tuve la constatación de que, no solo oyen PER FEC TA MEN TE, sino que, a veces, a demás escuchan.
Escena de coche, ¿la conocéis? En el coche delante del nuestro: una tía patosa que lleva un tanque para llevar a un crío de 15 kilos. Dando marcha atrás, sin mirar. Yo, afortunadamente despierta, me aparté a tiempo. Solté, medio por lo bajinis:
- Joé, la típica tía torpe sacando el coche sin mirar.
- Qué, ¿otra vez te hash vuelto a encontrar a todosh losh tontosh de ezte pueblo?
La semana pasada salía del super con los niños, y tenía prisa. En consecuencia, me encontré todos los tractores, ancianos adorables, madres descargando niños, adultos cargando objetos voluminosos, y semáforos rojos y vehículos lentos del mundo. Y me pronuncié al respecto. Bufón ese día, por supuesto, llevaba las orejas puestas.
Como decía ayer, Educar es ser. Y yo soy... ¿qué soy? Una incauta.
jueves, 1 de julio de 2010
Educar
Una buena amiga mía tiene la sabiduría que le ha conferido, de una parte, su naturaleza, y de otra, la experiencia de haber criado a sus tres hijos.
Ahora ejerce de abuela, ¡qué trabajo tan bonito! (si no fuera porque le toca cuidar a 4 nietos a la vez, de 6, 4, 3 y 2 años).
Ha adelantado su edad de jubilación a pesar de sus ganas de seguir trabajando, con la absoluta certeza de que es ahora cuando sus hijos la necesitan. Ahora. No dentro de 4 años, cuando ella cumple la edad dichosa. Ahora, es cuando sus hijas están en la cumbre de su vida laboral, con más exigencias que nunca, y con sus hijos pequeños que necesitan ser atendidos en las horas en que no tienen colegio y en las épocas de enfermedad.
Me pareció un acto de amor sin límite, y una generosidad desbordante: renunciar a su vida para cuidar de otras.
Hace un par de días hablé con ella por teléfono, y me pidió perdón por molestarme durante el tiempo de mis hijos, "Ya sé que los niños os dan guerra, y ahora estás con ellos".
Mantuvimos una pequeña conversación mientras los niños dibujaban caballos y abecedarios. Hablábamos sobre la coherencia en la educación de los niños. Ellos aprenden, no tanto lo que decimos, sino lo que ven que hacemos.
Mi amiga lo resolvió en una frase magistral que resume un universo, y que quiero compartir con todos vosotros:
Ahí es nada.
La foto es una pequeña obra de arte que una niña preciosa hizo durante una comida. No hay acuerdo. La madre piensa que su hija pierde el tiempo a la hora de la comida. Yo no pienso lo mismo. Si los guisantes se le atragantan -y créeme, yo soy una experta en el tema- lo mejor es ponerlos firmes. Besos para ti, y para tu princesa con guisantes.
Yo sé que tú "ERES". Los resultados, a la vista están.
Ahora ejerce de abuela, ¡qué trabajo tan bonito! (si no fuera porque le toca cuidar a 4 nietos a la vez, de 6, 4, 3 y 2 años).
Ha adelantado su edad de jubilación a pesar de sus ganas de seguir trabajando, con la absoluta certeza de que es ahora cuando sus hijos la necesitan. Ahora. No dentro de 4 años, cuando ella cumple la edad dichosa. Ahora, es cuando sus hijas están en la cumbre de su vida laboral, con más exigencias que nunca, y con sus hijos pequeños que necesitan ser atendidos en las horas en que no tienen colegio y en las épocas de enfermedad.
Me pareció un acto de amor sin límite, y una generosidad desbordante: renunciar a su vida para cuidar de otras.
Hace un par de días hablé con ella por teléfono, y me pidió perdón por molestarme durante el tiempo de mis hijos, "Ya sé que los niños os dan guerra, y ahora estás con ellos".
Mantuvimos una pequeña conversación mientras los niños dibujaban caballos y abecedarios. Hablábamos sobre la coherencia en la educación de los niños. Ellos aprenden, no tanto lo que decimos, sino lo que ven que hacemos.
Mi amiga lo resolvió en una frase magistral que resume un universo, y que quiero compartir con todos vosotros:
EDUCAR ES SER
Ahí es nada.
La foto es una pequeña obra de arte que una niña preciosa hizo durante una comida. No hay acuerdo. La madre piensa que su hija pierde el tiempo a la hora de la comida. Yo no pienso lo mismo. Si los guisantes se le atragantan -y créeme, yo soy una experta en el tema- lo mejor es ponerlos firmes. Besos para ti, y para tu princesa con guisantes.
Yo sé que tú "ERES". Los resultados, a la vista están.
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