No comprendo nada de lo que está pasando hoy día con las mujeres. En serio. ¿Ya tenemos el rol por el que toda la puñetera historia hemos estado luchando?
Mi indignación se cuece a fuego lento desde la primera vez que vi el anuncio de la pizza de una conocida empresa catalana, seguro que lo habéis visto, el de la cocina.
Iba a enlazarlo, pero me niego a darles publicidad, así que hago un pequeño resumen. En el moderno interior de una masía, con la intención de combinar la idea de comida casera de toda la vida con un plato actual, una mujer introduce una pizza en el horno, mientras se ve a la niña pequeña jugando. Siguiente plano todos sentándose a la mesa, que está puesta, la madre se levanta por agua, y cuando vuelve, sus hijos y su marido o parejo o lo que sea, le han dejado un trozo de pizza, y ella, muerta de amor se debate entre darle su comida a los sátrapas de sus hijos o comérsela. Parte en cuatro trozos, y el gañán de su marido se quiere apropiar de la miserable cuña de pizza que los niños dejan a su madre.
Y, sorprendentemente, ninguna asociación en pro de la dignidad de la mujer, ha levantado la liebre. Ni ministerio de igualdad, ni siquiera la liga de la leche ha sacado pecho para esta ocasión, nunca mejor dicho.
Pues déjenme que les diga una cosa. Detalles como este vídeo nos devuelven a las mujeres a la época de las cavernas, a la mentalidad arcaica de que nuestra dignidad no merece, ni siquiera que nos dejen comida en el plato. ¿No?
Lo correcto, en una sociedad moderna, sería no sólo que no le quitaran la comida, sino que el hombre velara para que sus hijos no empezaran a comer sin su madre en la mesa, en el caso de que ella se levantara para servir agua a todo el mundo. Hoy, que nos las damos de listas y de guays, y de liberadas, y de que todo lo controlamos y que estamos en todas partes nos dan sopas con hondas en un anuncio publicitario, y tragamos, como si nos hiciera mejores personas que nos falten al respeto.
Eso sí, los anuncios de detergentes, que haya siempre un varón remangado, para que se vea que las tareas domésticas ellos también saben hacerlas.
Y en los mentideros, en la corrala de internet, las mujeres entretenidas en el asalto constante leche materna-leche artificial, incapaces de ver cuál es nuestro problema real, el valor que la sociedad nos otorga.
Y en los mentideros, en la corrala de internet, las mujeres entretenidas en el asalto constante leche materna-leche artificial, incapaces de ver cuál es nuestro problema real, el valor que la sociedad nos otorga.