© de la imagen La meva maleta

martes, 6 de enero de 2015

Magia para escépticos




Cuando era pequeña no había zapatos junto a la puerta ni noche de espera impaciente ni nada de eso. La ventaja de vivir en un lugar pequeño es que los mismísimos Reyes Magos te traían el regalo a casa. Una larga espera después de la cabalgata y hacían su aparición con sus barbas de mentira y sus caras pintadas, las capas decoradas con armiños sintéticos (ecológicos es un eufemismo generoso). Llevaban guantes y anillos de preciosas piedras de plástico que mi abuelo estrechaba con energía. Les invitaban a pasar al salón -en castellano, los Reyes de Oriente no hablaban en catalán- y se les ofrecía una copita de champán que ellos aceptaban. No quiero ni imaginar cómo acababan estos chicos el reparto y la tremenda resaca del día después. 
Bueno, realmente, ya no recuerdo cómo se iban. Lo que viene después es una locura de papeles arrugados, de olor de muñeca nueva, de preguntarse si sería posible que ese pelo brillante que tenía Nancy se quedara así de bonito después de peinarlo mil veces. Ese abuelo grande que me salvaba la noche encontrando las pilas necesarias para hacer funcionar la lucecita de la cocinita (oh, era tan bonita que puedo sentir su tacto entre mis dedos), una mirada de reojo a los juguetes de mis primos, que nunca me parecieron mejores que los míos.
Mi noche de Reyes no era de magia. Era felicidad.
Aunque ya hacía tiempo que sabía quién compraba los regalos. Lo supe a los seis años; sé que tenía esa edad, porque había regalos para mi futura hermanita, que iba a nacer esa primavera. Encontré los juguetes escondidos en el altillo del armario empotrado de la habitación de mis padres. Pensé que habrían podido tener más cuidado y mantener mi ilusión un poco más (es que yo nací vieja),y que nadie iba a saber que yo sabía. Porque ver la ilusión de los mayores para organizar ese espectáculo de magia, realmente merecía la pena. 

21 comentarios:

Susana dijo...

Bonitos recuerdos. Ahora los niños se enteran siempre demasiado pronto, en el colegio. Un beso.

aaana dijo...

Querida Princesa,
Recien recogidos los papeles y con el café ya listo, bendita magia y bendita ilusión
tras comprobar que se bebieron la leche y comieron magdalenas, ahora a montar Legos y Playmobils, con zapatillas nuevas de borreguito y el tutu de ballet encima del pijama
abrazos. Y el año que viene con llorona! (Mi pequeña se ha quedado un poco asi pq no habia regalos para la bebé... rápidamente le he explicado la mayor -que con sus cinco años cree todo todo todo- que claro, si todavía no tiene zapatitos!!

Ana, princesa del guisante dijo...

Susana, depende del caso... Los míos se han enterado mucho más tarde que yo! Feliz día mágico

Ana, princesa del guisante dijo...

Aaana, el año que viene no habrá magia en casa, pero haré que se ilusionen igual. Qué emoción tu mayor, tan mayor....

tomae dijo...

...Nunca más utilizaré el (*) altillo de ese armario empotrado, nunca!! No!! mejor, lo tapiaré con cemento armado...Eso!!

Feliz Día de Reyes amiga!!!

Asterisco(*) iré a ver si ha quedado algo ;)

Ana, princesa del guisante dijo...

Basta con meterlo dentro de una bolsa. Eso sí, la bolsa debe desaparecer después. Cómo son los calcetines este año? Un abrazo

tomae dijo...

...pues hay más de uno princesa,y alguno tiene rayas y todo. Eso que hescribí la carta con faltas y todo!

bss!!

Unknown dijo...

qué preciosidad de artículo y cuanta razón!
Pero yo sigo teniendo la misma ilusión cuando ahora quien compra y envuelve los regalos soy yo.
Siempre llevaremos un niño chico dentro y esta felicidad y esta magia nunca se perderán!
Mil besos!

http://hablandodemodachic.blogspot.com.es/2015/01/haul-primark-ii.html

Ana, princesa del guisante dijo...

Sandruska, regalar llena, recibir también. Cada vez veo más necesario un poquito de equilibrio.
Me alegro de haber despertado la ilusión en ti, un abrazo

Sara M. dijo...

Jajajaja, qué gracia me ha hecho lo de "nací vieja".
En casa ya tampoco queda inocencia, pero intento inventarme lo que sea. ¡La Navidad sigue siendo la Navidad!

Carme Sala dijo...

Ese acuerdo tácito entre adultos, para mantener vivo el misterio, me parece mágico. Toda una sociedad confabulada en propagar i mantener la magia...aún en muchos casos, sin tener pequeños a los que ilusionar pero aún así, seguir haciéndolo por todos los de los demás :)

Bueno, adoro eso, y el roscón!

Tita dijo...

Pienso como la Meva maleta, que tantos adultos representando un cuento es mágico!!!

Lo de la bolsa es la mejor opción, sin duda...

Besos princesa

Marta piesdescalzos dijo...

Un día te contaré como cada uno de mis hijos lo descubrió. Hubo alguna vieja resabia como tú y alguna otra que aún se lo creería si no se lo hubieran dicho…y ya está casada!!!
"ver la ilusión de los mayores para organizar ese espectáculo de magia…" son las palabras clave que mejor te definen, ya veías mucho mucho cuando levantabas dos palmos del suelo. Y esa carita en la foto!!!!!!

Ana, princesa del guisante dijo...

Sara, creo que a partir de ahora, mañana relajada por no tener que mantener la magia, la ilusión será mayor.

Ana, princesa del guisante dijo...

Mevaleta, creo que los niños son sólo la excusa... El roscón: insistes en no venir al castillo a probar roscón made in me. Tú sabrás!

Ana, princesa del guisante dijo...

Tita, pues sí, ilusión contagiosa, amor multiplicado por millones. Me alegra verte por aquí!

Ana, princesa del guisante dijo...

Marta, voy a ver si adivino, la que supo pronto es la de los pies en el suelo, la primera o la sexta, no sabría muy bien por cual decantarme. La que seguiría soñando es mamá ya?
Un beso desde Zaragoza, hoy no ha hecho mucho frío, pero he estado poco rato. ¿Te compro unos adoquines?

Rous dijo...

En la guarde de mi mayor había muchos niños musulmanes q le contaron al mío q todo eso no existía. Tenía 4 años. El llegó a casa con las dudas, pero las olvidó pronto. Este año en primaria la misma historia. Me preguntó y yo le contesté q tanto el Niño Jesús (vivimos en Alemania) como los Reyes van solo a las casas donde se cree en ellos, porque es cuestión de fe. En otras casas creen en Papá Noel, allá q se va él. Y hay algunas casas donde son de otras religiones q no creen en esas cosas, o casas donde no se cree nada, ahí ya no viene nadie o los papás compran una cosita por ser Navidad. Es cuestión de creer. El caso es q está tan convencido de q es así, q en la visita a los Reyes en España le dijo a Gaspar q se acordara de q íbamos a volver a Alemania, q ya había venido el Christkind, pero q él creía firmemente también en los Reyes. El Gaspar alucinaba con la historia. Fe, ilusión, magia, deseos cumplidos, como le queramos llamar... No entiendo a quien va a comprar los regalos con los peques, a quien explica todo racionalmente, quitar el factor sorpresa, la magia. Para qué? Acaso la ilusión no pertenece a la realidad?

Ana, princesa del guisante dijo...

Rous, me encanta tu comentario . Es cuestión de creer, que nadie te arrebate la alegría. Aquí me enfada mucho que los musulmanes que no creen en los Reyes Magis están pisando a los niños pequeños en las cabalgatas cogiendo caramelos a manos llenas, con bolsas, incluso. No respetan nuestra fe, nuestra ilusión. Por eso me gudta especialmente tu razonamiento.

Pili dijo...

Estic d'acord en mantenir la il.lusió, tot i que algú els hi hagi llençat per terra tot el que creien.
L'any passat vam tenir dramón a casa quan una nena musulmana li va fer saber. Però em nego a trencar aquesta il.lusió, i em nego en rodó a anar a comprar els regals amb elles al davant.
Petons

Ana, princesa del guisante dijo...

Pili, los aguafiestas son inevitables. Es cuestión de explicar a nuestros hijos que depende de la fe. Si crees, los Reyes te van a traer regalos. La ilusión nunca debe morir!

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