Tengo por costumbre presumir de vosotros. De lo buenos que sois, aunque peleáis como todos los cachorros del mundo. De vuestro esfuerzo en el cole, que os da un fruto en forma de buenas notas. De cómo habéis aprendido a comer como personas mayores y que vuestros modales en la mesa dan ejemplo a otros niños. De lo guapos que me habéis salido (y lo digo desde la objetividad absoluta que me da ser vuestra madre jaja). Me da lo mismo que me digan que soy una presuntuosa, me siento orgullosa de vosotros por quiénes sois y por cómo os desenvolveis en este mundo.
Así que, cuando comenté con tu abuela uno de tus defectos, ¡que gracias a Dios los tienes!, y vi cómo en tu miraba se fraguaba una pequeña sensación de fracaso irreversible, comprendí que me estaba equivocando. Al llegar a casa te pedí perdón y te prometí que me esforzaría en no volver a humillarte ante nadie, porque no tengo razones para hacerlo y porque yo sé que lo que se siente cuando quien más te quiere habla mal de ti. Me dijiste que no te habías dado cuenta, y que no pasaba nada, así que supongo que sí que te dolió y que agradeciste que te pidiera perdón, porque te hizo recuperar el respeto que te arrebaté.
No dejéis que nadie os lastime, ni siquiera vuestra madre. Mucho menos vuestra madre. Estoy aprendiendo.
8 comentarios:
Te entiendo muy bien
Yo intento tener eso muy presente... sé lo que se sufre...
Muchas veces nos olvidamos de que los niños se enteran de todo. Y no se nos puede olvidar
Hiciste bien en disculparre. Estiy segura de que lo valora
Tan importante como valorar sus aptitudes en público es comentar sus defectos en privado.
Yo también lo tengo presente siempre, creo que fue genial que le pidieras disculpas.
Un abrazo. Sí, recta final del todo.
me ha encantado tu entrada, de verdad. Yo tambien pido perdon amenudo la verdad, porque me equivoco mucho! pero tranquila lo que mas valen son tus actos cada dia y como los quieres, mas que en un momento metieras un poco la pata :-)
Gran entrada. Con lo que me cuesta pedir perdón a mí ...
Está claro que ambos estamos aprendiendo a vivir, él como persona, yo, como madre. Equivocarse está permitido, pero hay que saber rectificar.
Ya, la teoría es tan fácil... Luego viene la realidad. Dos niños, dos personas diferentes. Cuando crees que te sabes todas las respuestas te cambian las preguntas. Y los momentos, buf... Mucho ánimo, informa, por favor!
De cómo nos vean afrontar nuestras dudas, miedos y errores dependerá, en parte lo que ellos hagan. Metí la pata, pero era una línea sutil, fácil pasar de largo, fácil quedarse corto.
Si cuesta tiene tanto o más mérito...
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