Esta era una charla que tenía ganas de darte, desde que te veo tan mayor.Tan mayor... intuyo en el adolescente con voz de gallo Claudio que eres ahora una persona adulta con un perfil muy marcado.
Creo que aún soy la persona de este mundo que mejor te conoce, porque así debe de ser. Te conozco a pesar de tu voluntad, de tu timidez e inseguridad. Yo leo en tus ojos todo tu bien y tu pizca de maldad, esa que impide que nadie se atreva a decir de ti que eres tonto, por demasiado bueno. Y es en ese lugar sombrío de la noche de tu mirada donde a mí se me hiela la sangre por el miedo, porque no podré evitar que conozcas personas que, vestidas de corderito, escondan un lobo hambriento en sus entrañas.
De eso era de lo que quería hablar contigo, del aspecto que se supone que uno debe de tener, pero desde ti. Bueno, me lío, como siempre. Te contaba, a mi manera, cómo resulta patético, casi siempre, querer aparentar lo que uno no es, y que, de alguna forma, nuestra condición física hará que se espere de nosotros que tengamos una personalidad u otra. Al fin y al cabo estamos en un mundo que siempre, siempre pone primero el precio a las personas por su aspecto físico, si acaso un poco más tarde le damos la segunda oportunidad.
Te decía que tú vas a ser un tipo alto y grande, como tu abuelo, como un árbol de grandes ramas protectoras y profundas raíces, que tu sola presencia hará que se espere de ti un aplomo y una seguridad.
Te lo decía con la esperanza de que no hagas payasadas, porque tu cuerpo siempre ha crecido a la misma velocidad que tu desbocada imaginación. Te veo, con tu metro sesenta, jugando a tirarte sobre la montaña de ramas, a carreras de fórmula uno sobre patines, al teléfono de cordel y vasos de plástico, como si pesaras 30 kilos y fueras un crío de 8 años. Eso sí, el tipo más feliz del mundo, dando un poco -bastante- la espalda a las responsabilidades.
Y también sé que te tocará muchas veces hacer de tripas corazón y con ese valor ligeramente inconsciente que tienes decir un 'no' bien alto a todas las tentaciones que se te presenten. Porque sé que, como serás un grandullón, te van a ofrecer el mal en bandeja de plata cincuenta veces, y yo quiero que tú seas esa presencia digna que se atreva, que se atreva a decir que no.
Qué vértigo me produce sólo de pensarlo. Porque detrás de ti empieza a recorrer el camino el fibroso de tu hermano, ese que primero actúa y luego piensa, ese que en el fondo es un caguetas y que para ser el gallo más gallo del corral hará cosas que están mal sólo para demostrarse que no tiene tanto miedo. Esto es la maternidad, supongo, ese secreto temblor que sólo aquí se atreve una a poner en voz alta.
24 comentarios:
No temas amiga.
Comprendo tus temores, pero es lógico porque eres mujer y madre.
Lo cierto es que no tienes nada que temer.
...
¿Y eso?
Verás. Te hablaré como si fueses mi amigo.
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Los chicos son chicos y eso no hay que olvidarlo.
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Vale !,te habrás quedado a gusto, pamplinas, que eres un pamplinas !
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Los chicos hacemos el bruto, somos inconscientes, atolondrados, primero actuamos y nunca pensamos mucho, oeeeh !, yuuupiii !
Y claro, las mamás os preocupáis.
...
Bien, ha llegado el momento de la verdad.
Las cosas son como son, y estos chicos, como los demás chicos del mundo, sin saberlo, sin comerlo ni beberlo, de forma totalmente inconsciente y desenfadada, se están preparando para ser grandes personas.
Van de cabeza a un mundo de adultos, donde aunque no se reconozco oficialmente, se van a encontrar con otros chicos tan desorganizados, veletas y atolondrados como ellos.
Y eso te debe de tranquilizar.
...
Los hombres adultos disimulamos, no compartimos estos pensamientos con nuestras mujeres, es una especie de código secreto.
Pero lo cierto es que pocos padres se preocupan tanto como las madres por el devenir de sus pequeños muchachotes.
¿La razón?
Sencilla.
...
Hemos sido tan brutos, inconscientes y atolondrados como ellos.
Y a pesar de todo, no nos ha salido del todo mal.
...
No esperes que esto te lo reconozca nadie en una reunión social.
Noooo !
Pero créeme, amiga, es la verdad.
Tan verdad,como que te estoy hablando a tí, como si fueras un amigo.
...
¡Disimula!
Nos pueden estar mirando alguien.
...
Fíjate cómo juegan los cachorros de león, los aguiluchos y los osos panda.
Dentro de unos años camparán por el mundo a sus anchas.
Sencillamente porque aprendieron jugando.
Hola. interesante reflexión... efectivamente lo que aparentan y lo que son... son temores que todos tenemos sobre nuestros hijos . Seguimos en contacto
Cómo responderte, Driver... Mis temores son de madre y de mujer. Todos hemos hecho burradas, las chicas también! Pero lo que me da vértigo es que conozco a mucho tarambana a quien su madre educó con esfuerzo y pensando que lo hacía tan bien como podía. No dejaré de luchar.
Marta, las facetas de cada uno de nosotros... Es impresionante. Gracias
Parece que seas yo hablando de mis hijos....el mayor, grandote y bonachón. más alto y fuerte que la mayor parte de su clase. Con un fondo increiblemente bueno. Del que muchas veces se aprovechan. El mediano, delgado como una espiga, puro nervio. Pasando de todo (o eso quiere hacernos creer) y siempre haciendo cosas para demostrar "que el tamaño no importa". Ese tipo de hijo mediano que en casa pasa algo desapercibido y en la calle hace el trasto....
Madre mía, lo que nos queda....
Me ha encantado.
Un besito
Paula, es cierto que los primogénitos suelen tener un talante similar, la etiqueta (ganada a pulso) de moviditos les toca a los segundos, y los independientes los terceros. Pero la realidad es que las madres debemos estar pendientes de sis matices, eso es lo más duro y lo más bonito. Gracias, un beso
Me siento identificada contigo. Mi niño grande mide casi uno ochenta y tiene trece años. Sigo pensando que le conozco muy bien y que es demasiado bueno en ese cuerpo tan grande.
Besos.
Jo Ana, menuda ventana a la adolescencia nos abres... me da mucho vértigo...
Casi que voy a trabajar la infancia y ya llegaré a la adolescencia.
Un abrazo y gracias por tus posts como siempre!
Ana
Da mucho miedo el mundo ... yo desde q soy madre sólo veo peligros q acechan a mis hijos y q yo no puedo siempre quitar, preveer, avisar...
Hoy en mi ciudad seguimos heridos con la muerte de Lalo García (jugador de baloncesto), y yo, más que pensar en él, he pensado en su madre y en sus hijos, el pequeño es de la edad del mío... y su madre... me apena mucho pensar en ella, en lo q pasará por su cabeza, en si lo podría haber evitado... da miedo ser madre...
Ro, para saber si les conocemos bien tenemos que verlos entre amigos, en su ambiente, ahí están también de verdad. Gracias , un beso
Ana Monente, yo lo paso muy bien también. Me encanta hablarle de tú a tú, porque ya es grande. Gracias por estar ahí siempre, un abrazo
Chitin, da miedo, sí. Hay que procurar ponerte el vestido de adolescente y ver el mundo como lo veías con 12 años. Así les comprendes mejor. Da miedo, pero es bonito
Me digo a mi misma, que debo acordarme más a menudo de cuando yo tenía 15 años...y entonces, cuando lo consigo, soy capaz de dejar de lado los miedos exagerados que a veces padezco, por mis niñas.
Bueno, aunque solo sean dos minutos. Algo es algo :)
Mevamaleta, eso procuro yo, recordar quién fui y cómo me sentía, me hace sentir ternura por ellos. Dos minutos, también,
Da miedo siempre.
Cuando tengan treinta años, seguirás preocupándote. Cuando se enamoren, cuando viajen, cuando frunzan el ceño y no te quieran contar nada para que no sufras.
Pero también te darán montones de momentazos en los que sabrás (que ya lo sabes) que vale la pena.
Cuesta mucho no exagerar cuando tienes miedo por los tuyos.
Supongo que deberíamos aprender a relajarnos un poco.
Un abrazo.
Enebea, tengo claro que desde que soy madre lo único que me ha cambiado els la fuente de preocupación, pero el sufrimiento no ha desaparecido. Gracias, un abrazo
Qué miedo, Princesa, qué miedo. Estaremos a la altura ¡espero!
Tita, lo harán bien. Ellos se harán con las rienda de sus vidas como nosotras lo hicimos en su momento. Nadie nos dijo que fuera fácil.
No te fijes en ellos. A ellos no dejes de besarles, aunque sea en el viento, por si alguna vez lo precisan más que al aire. Espía a sus colegas. Esos son los únicos informes precisos de que dispones. Los únicos.
No te fijes en ellos. A ellos no dejes de besarles, aunque sea en el viento, por si alguna vez lo precisan más que al aire. Espía a sus colegas. Esos son los únicos informes precisos de que dispones. Los únicos.
yo fui hermana mayor hiperresponsable y tuve los mismos miedos q tu por mis hermanos...viendo desde cerca el percal de alcohol y drogas q se les venia en su entorno (el q tb era mio) les dije directamente..."si haceis tonterias, meteros en drogas ...los papás y yo sufriremos, no lo dudeis, pero los que os jodereis la vida sereis vosotros, eso no lo perdais de vista"
me enorgullece decir q aun me lo agradecen...
el miedo con los hijos es estar "fuera de onda" y desconocer los peligros reales q acechan...
Juanpe, en los colegas está la clave. Cuando cierran la puerta de casa estás completamente ciego, el no ver da terror!
Uma, yo me llevo 7 años con mi hermana pequeña, 12 con mi cuñado pequeño, acompañarles fue un honor y realmente ahí aprendí a hacerme responsable.
Entiendo tus temores (siempre los tendrás), pero estoy convencido de que lo haces muy bien.
Pater,casi te dejo sin respuesta... Cuando nos sabemos las respuestas nos cambian las preguntas! Un abrazo
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