© de la imagen La meva maleta

lunes, 1 de junio de 2015

Chicas,

os echo de menos. 

Llevo unos cuantos días medio ñoña, agazapada entre libros. El penúltimo Música para feos, de Lorenzo Silva. Qué suerte que esté bien escrito, porque es un libro sin el que podría haber vivido. Excepto por una coma. En serio...
-Para eso, no te habría acompañado hasta aquí.

Claro, si hubiera dicho " -Para eso no te habría acompañado hasta aquí. " así, sin coma, esa expresión no habría resultado tan seductora... 

Bueno, me resulta difícil de explicar así en frío. Igual no era para tanto, pero habría matado por tomarme un café largo y poder contároslo. Y para tener tiempo de miraros a los ojos y mojarme en esas lagrimas no derramadas, o para quitarme las telarañas con el tintineo de vuestra risa. 

No, no, no me falta ruido ni gente, creedme, una comida de Comunión, con primer plato, entreacto y postre dan mucho de sí. Pero mi lengua recién afilada os habría contado de aquella invitada pariente de otro niño, que llevaba un vestido de ganchillo blanco, forrado de un rosa raro, con unos flecos en negro (¡lo juro!). Todas las mujeres presentes apostamos por llamarle el modelo lámpara, pero mi agudísimo marido lo recalificó como lámpara de puticlub de película del oeste. Grande...

Ahora estoy leyendo una de una fugitiva de la cárcel. No está nada, nada mal. Me la pedí por el título, que me resultó irresistible: Los límites de nuestro infinito. 

No me siento con derecho a robaros ni un ápice de tiempo. De hecho, no os siento lejos gracias al trasto este que tengo entre manos. Viajo de acá para allá colgada de vuestro brazo con vuestras fotos, achucho a vuestros niños virtualmente, me emociono con vuestros logros y me preocupo del bienestar de vuestros corazones cuando a pesar de la distancia os leo entre líneas.

Que no cunda el pánico, no me pasa nada raro. Sólo que mayo y junio se me visten de negro y de fin de curso, y las cosas que terminan siempre se me han dado mal. 

Ahora que ya os lo he contado me siento ya un poquito mejor. 

Un besazo, nos llamamos.


10 comentarios:

Chitin dijo...

Espero q este pequeño desahogo te haya servido para coger un poco de aire... ya ves, en nuestra casa este año mayo y junio se nos están haciendo largos, pero no como el final triste de algo (curso, actividades, ...) sino por el preludio alegre y optimista de todos los cambios q van a ocurrir en septiembre.
Un abrazo.

Ana, princesa del guisante dijo...

Sí, gracias, Chitín. A veces el cielo lleno de estrellas no nos impide echar de menos a las nuestras. En septiembre? Ya contarás....

Susana dijo...

El fin de curso se hace muy largo. Un beso.

Ana, princesa del guisante dijo...

Y más si en dos semanas se cumplen los aniversarios de la muerte de tres abuelos, Susana

Juanpe dijo...

¿podría ser cierto miedo o pereza a reventar? Miro los clavelillos que tengo en una maceta y están como 'arrecogíos", cerrados sobre si mismos, como con cierta pereza a mostrar sus flores y dar salida a la abundancia de colores que se avecina. Las fiestas sociales deben ser divertidas, pero si te fijas, ¿no te dan una pereza terrible los preparativos?

aaana dijo...

Qué necesarios son los amigos, verdad?
Mis oraciones en el aniversario de tus abuelos

Ana, princesa del guisante dijo...

Juanpe, te respondí , pero mi comentario no se publicó , ya ves, tú sales por duplicado y a mi me cosen la boca.. En fin, lo mío es recoger flores, la jardinería se me da fatal... Las fiestas sociales me gustan, sólo me da pereza su presupuesto.

Ana, princesa del guisante dijo...

Aaana los amigos son los hermanos que uno elige. Ayer se lo explicaba a mi hijo pequeño. Gracias por rezar, pero hazlo por mí, ellos estan en el cielo, seguro. Un besazo

Tita dijo...

A mí sin embargo, junio me encanta, porque comienza el verano. Así que espero poder pasarte un poquito de esa ilusión.

Besos, Princesa

Ana, princesa del guisante dijo...

Tita, venga, me dejo... Aunque nos quedan los exámenes ...

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