Sólo les falta ser comestibles para ser todavía más deliciosos.
Aún estoy en la fase proyecto, es decir, eligiendo las telas:
Espero encontrar alguna candidata entre ellas.
Ayer, mientras echaba un vistazo a mi archivo de fotos para escoger algunas para este blog encontré esta.
Este pequeño magnolio fue un regalo de mi marido en una temporada en la que las cosas no nos estaban saliendo del todo bien. El magnolio es mi árbol favorito, me encantan sus hojas brillantes y grandes y sus aromáticas flores que, cuando caen, generan unas piñas de semillitas rojas.
Hoy, cinco años después, luce así de bonito...
... gracias, mi amor.
4 comentarios:
A mí tu árbol me recuerda una noche de viernes... hora de cine... nosotras viendo Magnolias de Acero... riéndonos a lágrima viva o llorando a mandíbula batiente... no se sabía muy bien... inolvidable aquella puesta de escena entre Shirley MacLaine y Olimpia Dukakis... una secuencia que en pleno llanto y emoción agarrotada te hace saltar la risa... las lágrimas ya estaban minutos antes a flor e pie... y en ese momento llega Eva y nos pregunta absolutamente perpleja y estupefacta... ¿qué ocurre aquí?!!!! ¿se llora o se ríe?¡¡¡¡!!!!
... Vimos un par de veces esa peli... y yo hasta me la compre... genial!!!!
Aquellos tiempos entrañables.
Me encanta que te hayan regalado un magnolio. El acero, la fortaleza, ya la tienes tú. Besos.
*Ana: Ay, Anuska... recuerdo perfectamente la escena. Sally Field llorando la muerte de su hija, y diciéndole a Olimpia Dukakis que tenía ganas de pegar a alguien, y de repente le dice ¿quieres pegar a alguien? ¡pegala a ella!, a Shirley McLane. Otra de las películas que me recuerda a ti...
No me había dado cuenta pero te había echado mucho de menos, shiquitina. ¿15 años sin saber la una de la otra? No tenemos remedio.
Besos
Te he descubierto a través del blog de Ana "Tirando del hilo". Estas artesanías son una maravilla. A mí no se me dan nada bien. Así que... iré echando un vistazo. Y que también lo vean mis hijas, que son más apañadas que yo.
¿De Lleida? Viví un año allí por cuestiones profesionales de mi marido. Pero echaba tanto de menos el sol de Tarraco...Creo que la niebla pudo conmigo.
Un abrazo
*Sunsi: Bienvenida a mi blog. Si esto fuera la vida real ¿? te sacaría un café y unas pastas. Aquí, tendras que conformarte en mis intentos por hablarte de cosas que te interesen.
En cuanto al clima de mi tierra, debes saber que los romanos mandaban como gobernadores a Lérida a aquellos a los que querían castigar. El clima es duro de veras, pero somos buena gente :-)
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