© de la imagen La meva maleta

martes, 26 de marzo de 2013

Miscelánea


Buscaba una imágen con la que ilustrar este post, y Google me ha dirigido a ésta. No tengo ni idea de por qué le han llamado miscelánea, pero qué queréis que os diga, me ha encantado.

Así me siento. con necesidad de sumergir mis carnes en la tierra por un tiempo, darme un baño de raíces, de tierra. Dejarme acariciar por el sol de primavera que me ha despertado y bañarme en las lágrimas histéricas que llueven por las tardes.

¿Qué es de mí? Preguntaba una buena amiga alarmada por mi silencio. Nada, le he dicho, estoy soltando lastres. Como otras primaveras, haciendo cambio de almario. Desechando lo que ya no me sirve, probándome lo que me queda grande y lo que me queda pequeño... Qué incongruencia, unas partes del alma crecen y otras encogen, como mis caderas y mis mofletes, respectivamente.

Y lo de miscelánea es porque ando cosiendo y descosiendo, leyendo y remendando los desgarrones que esas lecturas me producen en el corazón (acabo de leer Intemperie, de Jesús Carrasco, y me ha dejado un regusto de fango, sudor y sangre). Disfruto de las vacaciones de mis hijos como si fueran las mías, pero sigo trabajando, doblando turno en casa, como siempre.

No, no es tiempo de que las cosas salgan como uno esperaba. Pero incluso eso es necesario. Tropezar, caer, levantarse, volver a caminar. O no. A lo mejor es hora de tumbarse a la hierba y dejarse llevar. ¿Vamos?

viernes, 22 de marzo de 2013

Me queda tanto...

Cada vez que leo algo que no conocía me entra un poco de angustia, por todo lo que no he podido leer y que considero que es imprescindible en mi vida.

El otro día me hice con la Antología poética de Alfonsina Storni. Y me alegro, porque no quisiera haber vivido sin leer una poesía tan bonita como esta:





NO ME DESPIERTES

Tú tenías veinte años... me dijiste
deslumbrado de amor. -¡Dame tu alma!
-Cadáver es...
-Cadáver, yo la cargo...
la inflaré de primaveras dulces,
que hombros robustos muevo; llevo en el pecho
abierto a soles puros... Va conmigo
la juventud.

Yo te besé las manos,
te acaricié los ojos en silencio,
te rocé los cabellos con dulzura;
luego te dije mansamente, cierra,
cierra los ojos claros...
ven conmigo.

Y te llevé, ¿recuerdas? con mis manos,
con estas mis dos manos temblorosas
a un país deslumbrante.

Abrí las puertas, dije, ¿ves aquellas,
esa, la niña dulce? la cuidaron
como a las flores finas, vé con ella;
amor te guíe...

Luego te dije: mira aquella otra,
la de cabellos rubios, tiene el alma
blanda como la felpa de los musgos;
vé con ella también...
piedad te ampare.

Luego te dije: observa; la pequeña
que se desliza así como un suspiro,
es un copo de espuma;
vé con ella...
pureza te hable...

Danzaban ellas finamente, envueltas
en celeste ilusión y estaba rosa
la tierra donde daban con la leve,
nevada planta...

Tú vacilabas... te empujé hacia el grupo
con frase ruda y como abeja en celo
zumbaste entonces...
y olvidaste, pronto.

Senda de tus cabellos, de tus manos...
dulzura de tus ojos infinitos...
¡Tu olor de primavera!
Todo ha muerto.

Duermo en mi forma... Si a mi lado pasas,
calla y desliza el cuerpo sin rumores.
Hielo me ungió de paz...
No me despiertes.

Hace ya mucho tiempo que dijiste:
Cuando los trigos doren volveré.
Muchas veces doraron, tú distante.
Y yo te perdoné

Distraído una tarde que vagabas
frente a mí te encontraste sin querer,
amor de nuevo al corazón pediste,
y yo te perdoné.

Luego, pesada abeja que retorna
con su cosecha dulce del vergel,
levando el vuelo me dejaste muerta,
y yo te perdoné...


Feliz Primavera, que invita a leer poesía.

martes, 19 de marzo de 2013

Aunque te abrume,



¡Feliz día, padre!

Lo celebré contigo por anticipado el jueves pasado, ante dos copas de vino blanco y un pincho de tortilla de bacalao. De eso hablamos, de lo que más nos une, la cocina. Bueno y de libros, y de trabajo y de política. Y del ahora, porque el pasado es extraño y el futuro lo pintan bastante aciago.

Te abrumará este mensaje de cariño que siempre crees no merecer. Ya lo sé, pamplinas del día del padre y qué ocho cuartos. Pero a mí, me vale. Me divierte ver en mis hijos actitudes y gestos que vi en ti y llevan en sus genes. Me gusta ser parte de ti, de forma silenciosa y calmada. Crees que no me conoces bien, por aquello de ser hija y ser mujer y por la distancia, pero, en realidad, me siento conocida por ti como por nadie. Brindo contigo por este día y por todos los demás. Te quiero, padre.

lunes, 18 de marzo de 2013

En todas las familias



Si en todas las familias hubiera un bebé, la mitad de los problemas desaparecerían. Nos roban las miradas, ocupan todas las conversaciones, son FUTURO.

Ayer estuve con el bebé de mi prima. Le besé, le achuché, le acaricié, le olisqueé. Él, a cambio, me conquistó con su sonrisa desdentada y conversó conmigo tratando de devolverme los gorjeos que le decía, como si me agradeciera el hecho de conversar en su idioma.

Le toca a la generación de los pequeños iniciarse en la paternidad, llegaron  más buenas noticias. Desde esta ventanita, les aseguro la diversión y les garantizo que van a pasar sueño. Y me confieso muerta de envidia desde ya.

viernes, 15 de marzo de 2013

Bon dia!

La noticia me ha sorprendido cargada de trabajo, como casi siempre, pero me ha hecho muchísima ilusión. El periódico gratuito de Lleida, Bon dia, ha enlazado este blog a su web, aquí.

Un buen presagio su nombre, nace todas las mañanas deseándonos un feliz día. Sólo depende de nosotros tratar de hacer realidad su deseo.


lunes, 11 de marzo de 2013

No está todo resuelto


¿Quién ordenó los atentados del 11M y por qué?

¿Por qué no se quiso investigar más?

¿Por qué?

Estas preguntas probablemente jamás obtengan respuesta. Seguramente la vileza que se oculta tras los atentados de Madrid es demasiado comprometedora como para salir a la luz, con total seguridad salpica a los que mandaron después, y a los que mandaban entonces, a los que mandan ahora. De no ser así, no se habrían negado a investigar más, no se habrían desmantelado los trenes a toda velocidad, no se habría condenado al ejecutor sin conocer al cerebro. Es más, hace un año se descubrió un tren en un almacén y se negaron a investigarlo también.

En cualquier país decente no se habrían  celebrado unas elecciones democráticas dos días después de un atentado como el del 11M, se habría cercado todo Madrid y no habría quedado piedra sobre piedra por averiguar cómo y por qué se había vulnerado el derecho a la vida y a la seguridad de todas las personas que viajaban en esos trenes y no se habría dado tregua hasta dar con la verdad.

Señores, hoy se conmemora un día triste, hoy hace 9 años que somos menos libres.

Mi abrazo a los que lo vivieron y a los que lloran las ausencias. Y también a los que no podemos hacer más que apretar los puños y lamentar pertenecer a un país tan corrupto como éste.

viernes, 8 de marzo de 2013

Superpoderes

Queridos hijos,
Quiero confesaros algo: yo no soy como la madre esa del anuncio de atún. No tengo superoído ni telepatía. No puedo crear un escudo protector contra los virus  ni contra la ignorancia. No puedo evitar vuestro sufrimiento ni preveniros contra aquello que será vuestra experiencia. No puedo acolchar el mundo para que no os lastiméis.

Yo pertenezco a una generación curiosa en la que las mujeres nos pasamos la vida luchando por ser totalmente perfectas en todo. No basta con hacer magdalenas, hay que ser unas expertas en cupcakes, fondant y galletas glaseadas. No nos conformamos en bajar dobladillos y coser rodilleras, sino que tenemos que ser doctas en patchwork, bordado lagarterano y encaje de bolillos.

No es suficiente con trabajar una jornada laboral fuera de casa y cuidar de vosotros. Nosotras tenemos que supervisar vuestros deberes y controlar absolutamente todos los aspectos de vuestras vidas 
Y además tener un blog, tener buenas relaciones sociales, saber bailar, aguantar las juergas como si el mañana no existiera, vestir de forma estupenda, con cuatro perras, que la vida está muy dura, pero estar al día de las últimas novedades de la moda y de la decoración de las más exquisitas revistas de actualidad.



Ingerir y preparar en casa (¡faltaría!) variadísima comida saludable basada en la dieta mediterránea y hacer nuestro propio pan. Tener en la despensa cantidades ingentes de productos de delicatessen que no podemos ni probar, porque la operación bikini acecha a la vuelta de la esquina.

Como no, tenemos que estar al tanto de todas las novedades literarias del momento, haber leído las Sombras del señor Grey ese que arrasa en las librerías y en las boutiques eróticas y a ser posible querer ponerlas en práctica. También conocer a todos los que salen en las noticias, el desarrollo de todas las series y haber visto los últimos estrenos del cine y ser habilidosas con todas las nuevas tecnologías.

Las mujeres tenemos que ser dialogantes pero convincentes, sinceras pero discretas, saber escuchar siempre y expeler palabras en la precisa medida, ser dulces pero no pacatas, ser valientes pero no marimachos, maquillarnos como si no estuvieramos maquilladas y envejecer sin que se note.
Y todo ello, hacerlo de forma estoica, sin mostrarnos cansadas. Y ser humildes, asumir que todo eso ya lo hacían nuestras madres. Porque ellas también lo hacían. Y lo harán vuestras hijas.

No, hijos, no soy perfecta. Me equivoco cada día cien veces. No puedo evitar mirar como se me escapa vuestro tiempo de las manos, y asumir que dentro de nada abandonaréis el cobijo de mi ala y dejaréis de verme como MAMÁ y empezaré a ser gran parte de vuestros problemas, la que pone límites, la que no os comprende, quien os ate a esa infancia que necesitáis abandonar. Mientras, me comprometo a seguir haciéndolo tan bien como pueda, a darme todos los días a vosotros y a vuestro padre, porque con cada fragmento que entrego, recibo una montaña. Doy gracias a Dios por haberme hecho mujer, aunque eso suponga esfuerzo y sacrificio.


miércoles, 6 de marzo de 2013

Pálpito

La emisora que suelo escuchar de camino al trabajo no funcionaba, he accionado el buscador automático y me ha conducido a una emisora de música clásica.



Una suite para violonchelo me ha acompañado el resto del trayecto. Estaba lloviendo desde un cielo pesado y plomizo. Me he dado cuenta de que todo se viste de invierno aún, a pesar de la promesa de la primavera que está a la vuelta de la esquina, de las rebajas que amenazan con acabarse desde hace un mes y medio.

Mi falda gris, mis botas negras, las fachadas empapadas, el andar apresurado por la calle. Todo se presta a la melancolía y, sin embargo, ese violonchelo me ha hecho feliz.

R. Doisneau

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