He vuelto de Madrid con la maleta cargada de cariño. Sí, el cariño llena y pesa, pesa la obligación adquirida de corresponder con más cariño, es una carga amable.
No voy a desvelar el contenido de la presentación informal de ayer, si queríais saber qué iba a decir, teníais que haber hecho el mismo esfuerzo que las personas que me acompañaron... Porque no fue fácil para ninguno de ellos. Vinieron con las manos llenas de recuerdos, de niños, de prisas, de deseos de llevarme a tomar un mojito que acabó en cerveza, de paseo que acabó en sofá con gritos infantiles de fondo, de calor sofocante con partido de fútbol que no vimos.
Y, aunque hace unas líneas os he dado un tirón de orejas a los que no estuvisteis, sentí el calor de muchos de vosotros arropándome en la distancia, porque si bien Madrid es el núcleo de España, está un poco lejos de todas partes, también, quedáis disculpados.
El título y la imagen de este post me ha surgido al recordar parte de la conversación de ayer, cuando explicaba que suelo ir por mi mundo haciendo pequeños retratos que son los que luego alimentan mis palabras. Hoy os dejo con algunos de los que surgieron ayer, que dedico a mis amigas de siempre y a los nuevos amigos.
- Sus pacientes manos gigantes dibujando para mitigar el aburrimiento infantil.
- Sus caras casi idénticas, los ojos en los que me vi reflejada con el mismo cariño de hace veinte años.
- Su pudor que pude casi palpar al traspasar la pantalla por primera vez, pero que venció desnudando su alma.
- Su sonrisa de niña (dices que no, pero tú has hecho algún tratamiento rejuvenecedor que te ha quitado 8 años) y su humildad
- El juego de los tres cachorros, que tanto me recordaron a mis gatitos, que se muerden, pero flojito.
- La serenidad con la que ella tomó sus decisiones.
- Que me hubiera conocido tanto, mucho mejor que yo. Que se acordara de tantas cosas.
- Madrid, que me sigue gustando y enamorando, a pesar de sus temperaturas infernales.
Gracias, no sé si lo he dicho suficientes veces, pero muchísimas gracias. Hasta ¿pronto? Ojalá.