Mariapi, esta mañana te he tenido muy presente. Como te he contado hace un rato en un correo, he estado en "tu" Barcelona querida.
He llegado a ella embutida en una silla de un azul fatigoso, después de viajar de espaldas durante una hora y diez, sin atreverme a invadir el espacio vital del señor con las más largas piernas del vagón, que obviamente viajaba enfrente.
Me han escupido aprisa hasta las escaleras mecánicas, y el bochorno del aire viciado de los túneles me han transportado como si yo fuera una vulgar hormiguita, y aquello un hormiguero. No, no me ha parecido bueno el músico del pasillo, ni he encontrado en el hombre que daba cabezadas sobre un libro, nada bello. Claro, que como para mí el trayecto era novedad, y no rutina, no he tenido tiempo siquiera de fijarme en la cara de fastidio de una señora de rasgos extranjeros que escuchaba música, ni en la estudiante que llegaba, por la hora, tarde a clase. No, en lugar de eso, me he imaginado a mí con cintura de avispa hormiga, a cuatro patitas (no tengo seis, sólo cuatro) correteando más o menos con un destino, esquivando a mis congéneres, siguiendo la luz, que ha llegado precedida de una bocanada de aire fresco que a mí me ha olido a mar.
El metro es lo más parecido a un hormiguero que he podido experimentar jamás.
A la vuelta ya no me he sentido tan mal, a lo mejor esa rutina de la que hablaba, la que te abre los ojos de otra forma, rompe el hechizo y te transforma de nuevo en humana
5 comentarios:
Has conseguido hacerme respirar hasta ese aire viciado de los túneles subterràneos de la ciudad que adoro.
Que adoro, a pesar de hacerte sentir como una indefensa hormiguita en ese maloliente subsuelo urbano.
Sé muy bien de qué me hablas...espero algun día acompañarte por sus calles, haciéndo recorridos más amables :-)
Mariapi, ¿vienes?
Petons
jajajaja Sigue siendo un fascinante viaje en metro...pero es que cada hormiguita tiene ojos con diferentes enfoques, y según los días. Que el mundo de la hormiga urbana es muy complejo.
Espera y verás qué maravillas te mostramos con MevaMaleta...dignas de hormiguitas.
Mevamaleta: Hecho. Yo te ayudo a cargar con el gigante granito de trigo :-)
Mariapi: en realidad, la vuelta la hice de otra forma. El metro es tan distinto según el lugar... me encantó una boca del metro de lisboa, que estaba cubierta por azulejos blancos, en forma de cúpula pero parecía que estabas bajando al mismísimo centro de la tierra.
Me dejaré llevar por Barcelona de vuestra mano. Cuando me haya enamorado ¿me romperá el corazón?
Besos a las dos (ya no entendería mi ser sin vuestro cariño)
Siempre he preferido la lentitud del bus!
Besos de cigarra!
Marta: y además puedes ver el paisaje. Buena elección!
Publicar un comentario