© de la imagen La meva maleta

viernes, 25 de junio de 2010

Objetos perdidos

En mi castillo hay algunas cosas que no ocupan su lugar. Bueno, soy bastante ordenada, no malpenséis. Y Marido lo es mucho más que yo, pero a veces... a veces algunos objetos, por curiosas razones dejan de ocupar el lugar que debieran.
Vamos a poner un ejemplo. Vas a limpiar el filtro de la lavadora, necesitas un destornillador, lo utilizas, llaman al teléfono, y el destornillador se queda in aeternum entre el detergente y el suavizante.
Otro ejemplo. Quieres leer una cita de un libro que te gustó, y ese libro se queda en tu mesilla de noche, bajo el libro que te estás leyendo ahora durante un par de meses, entre la crema de manos y el despertador.


Este extraño aparejo lleva un par de semanas (o tres) detrás del guardapan. Sí, es un tablero de parchís, con el juego de la oca en la cara B. Fue interceptado de las manos de Bufón, que bajaba las escaleras a todo trapo con el entre las manos, y con la barbilla apoyada sobre uno de los lados, de forma que si se hubiese caído, se habría guillotinado su pequeña cabeza (brrr sólo de pensarlo da grima). Pataleta mediante, lo escondí en el primer lugar inaccesible para él que tenía a mano...  y ahí sigue.

A mí me sucede algo parecido.  Pasa alguna situación difícil y, de repente, me descoloco. Como si me hubiesen dejado aparcada detrás de un guardapán, o junto al fregadero. Mi alma sigue recomponiéndose después de unos días complicados. Poner orden en los pequeños objetos perdidos en la casa me ayuda a reubicar mi espíritu. Orden por fuera, orden por dentro.

Ayer tocó sesión de cambio de temporada, para dejar a mano los trajes de baño y  la protección solar. Encontré varias cosas que tenía extraviadas, y muchos proyectos que quise empezar y quedaron dormidos.

Ahora que tengo mi Almario puesto a punto, supongo que muchos de ellos podran ser reiniciados. Empecemos.

13 comentarios:

ana dijo...

Veo que somos igualitas... ordenando armarios como que acaba uno reubicándose. La materialidad nos conforma y nos reconforta... está claro... ains... pero qué lujo cuando se ven las cosas así, en orden y con perspectiva. Hasta el alma parece menos enmarañada... ¿verdad?...

un beso

Lisset Vázquez Meizoso dijo...

Estoy de acuerdo con ana, el orden a nuestro alrededor nos ayuda a poner orden también en nuestra alma. Yo hago una limpieza de vez en cuando en cajones y armarios, me sienta bien y no por la higiene en sí misma, hablo de papeles viejos, recuerdos innecesarios, cosas que no sirven más que para restarme espacio en el corazón. Y sí, a veces nos quedamos descolocados, fuera de lugar, cuando un hecho nos cambia la rutina diaria, el orden de nuestros sentimientos...

Mariapi dijo...

Me cuesta tanto tanto lo del orden, lo he ido acogiendo por "exigencias del guión"...Cuando tengo moratones en el alma, necesito ponerme de lleno con algo de creación manual, pintar, coser, restaurar, montar muebles...y ese es mi mejor "tombocid".

Un besico,

veronicia dijo...

Mi tendencia al caos interior y exterior, me obliga a un riguroso orden.
El equilibrio lo he encontrado no teniendo casi nada donde guardar cosas... Ni donde dejarlas...

Ana, princesa del guisante dijo...

*Ana: tal vez sea eso, la perspectiva. Salir de uno mismo y mirar hacia otro lado. Será.

*Lisset: poner orden fuera, poner orden dentro. Básico.

*Mariapi: Yo no te imagino desordenada. Pero bueno, yo no me considero desordenada a mí misma, y creo que sí lo soy :-)

*Veronicia: pues yo tengo espacio, y lugares donde guardar cosas. Trágico...



Besos a todas

Carme Sala dijo...

Ay, como me gusta esto de ordenar el Almario...esto me recuerda un apunte que Josep Plà, escribió en su "Quadern Gris", que venía a decir, que su señora madre, era tan ordenada que de haber sido capaz, hubiese ordenado hasta los sentimientos de sus hijos...

cómo soy incapaz de recordarlo como se merece, dejo ahí el apunte...y de paso te recomiendo el libro.
Y ahora, me voy a comprar una onza de colitas de pasa!

Muás!

Ana, princesa del guisante dijo...

*Mevamaleta: gracias por el apunte, pero esta señora... debía dar mucho miedo, eh? al menos a sus hijos. Mañana tengo un plan que con absoluta seguridad me volverá a colocar en el sitio :-)
muaks

Mofletes dijo...

Ana me encantan tus historias de Bufón y Merlin, has pensado en escribir un cuento????
seguro que triunfas, pero dedicame uno ehhh jajaj besos

Ana, princesa del guisante dijo...

*Mofletes: Lo cierto es que no había pensado escribir un cuento sobre ellos. Si algún día lo hago, la palabra mofletes saldrá seguro :-))
Besos

Maria Cininha dijo...

Você não conhece a história de que as coisas perdidas vão para os aneis de Saturno ( o planeta), quando ele não gosta devolve. Beijos

Ana, princesa del guisante dijo...

*Mariacininha: no la conocía, la verdad. Pues los anillos de Saturno estarán llenos de ¡¡calcetines!! Beijos

Nuria dijo...

Me gusta esa sensación, la de ordenar el Almario.

El juego de palabras también.

:-)))

Ana, princesa del guisante dijo...

*Enebea: el juego de palabras se lo pedí prestado a Sunsi, de Pensar de oficio. Me ha venido que ni pintado :-))

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