© de la imagen La meva maleta

lunes, 7 de junio de 2010

Las chicas de oro


Acabo de leer el en blog Asesino en serie, de Alberto Rey que ha fallecido Rue McClanahan, Blanche, de las chicas de oro. Pego aquí un trocito de su post...
Rue McClanahan será siempre Blanche Deveraux, la dama sureña de buen corazón y mejor apetito sexual. Una madurita interesante pionera, “cougar” antes de que el concepto-palabro se popularizase, precursora de Samanthas Jones y similares. Sus salidas de salida, sus expresiones de “ooops, qué golfa soy” y sus conjuntos de camisón, bata de raso y pantuflas de cuña con aplicaciones en peluche están en el imaginario colectivo televisivo al nivel de la gabardina de Colombo o las canciones surrealistas de Phoebe Buffay. ¿Quién no ha dicho “¡Mira, Blanche!” al ver a Rue McClanahan en un personaje episódico en cualquier otra serie? A la propia Rue, no creo que eso le molestase. Es el pequeño precio que uno paga a cambio de ser un mito. No me quiero ni imaginar cuántos autógrafos habrá firmado esta mujer a lo largo de su vida. Tantos como su sucesora no oficial, la Samantha Jones de Kim Cattrall, que recogió el cetro del zorrerío fino y cero tímido de la señora Deveraux. Con el personaje de Cattrall en ‘Sexo en Nueva York’, el lema “soy muy puta pero muy señora” sigue vivo. Su inventora, desgraciadamente, ya no. Pasarán muchos años hasta que alguien vuelva a indignarse en camisón (“¡¿me estás llamando casquivana?!¡¿Cómo te atreves?!”) tan bien como la McClanahan. Cómo la echamos de menos.

Las chicas de Oro representaron la desdramatización de la vejez. Ellas con sus camisones divinos, con sus desayunos de reina, con sus diálogos inteligentes salpicaditos de pimienta, y también de azúcar. Ellas, supusieron para las señoras que alcanzaron la madurez en aquella generación, y seguramente en las generaciones que siguieron a la suya, un canto de alegría de vivir. Con o sin hombres. Con o sin inocencia.
En el Miami de los años 80.

¿Recordáis cómo empezaba la serie? Se había incendiado la residencia en la que Sophia, la madre de Dorothy, había estado viviendo. Se llamaba los Prados Soleados.

Sobrevive a sus compañeras de reparto Rose Nylund, interpretada por Betty White. La iniguable Rose ("¡Oh, cállate Rose!", le decían sus compañeras cuando empezaba a contar historias de Saint Olaf).

Si lleváis tiempo sin ver a Las chicas de oro, podéis encontrar en cualquier centro comercial un poco grande la colección de la serie. Era una joya.

14 comentarios:

Mariapi dijo...

Yo era adicta. Y siempre hacían una sesión de terapia de grupo con una de esas interminables tarrinas de helado...Gracias por recordarlas, un abrazo.

Ana, princesa del guisante dijo...

*Mariapi: cada una de ellas era una joya en sí misma. Yo me compré la primera temporada de la serie... es muy buena. Besos

Carme Sala dijo...

¡De acuerdo al 100%!
Qué gran serie ésta...la recuerdo con muchísimo cariño. Un monumento a las mujeres, que a partir de cierta edad parecen volverse invisibles a los ojos de tantos. Una auténtica declaración de principios femeninos. Viva el Women Power!

Gracias por recordarla Sra.Guisante.

Bss

Ana, princesa del guisante dijo...

*Mevamaleta:¿recuerdas cómo empezaba la canción de la cabecera? "Thank you for being my friend" Pues eso. Besos de antibiótico para Misteral.

Marta piesdescalzos dijo...

Uiiiii como me gustaba!!! las había olvidado. Hoy, más cerca de ellas, espero conservar su alegría, humor y ganas de vivir. Voy a buscarlas en youtube para reactivar la memoria..
gracias Ana, petons

Ana, princesa del guisante dijo...

*Marta: me regalé la serie hace un par de años. Este verano me la vuelvo a ver.
Besos, y gracias a ti por pasear por aquí.

mOnTy @holasomos7 dijo...

Ui a estas chicas las seguí muy poco. Gracias por recordarlas..

Ana del guisante dijo...

*Monty: a mí sí me gustaban mucho... lo pasé genial con ellas. Un abrazo

meloenvuelvepararegalo dijo...

Oh!!! Una de mis series preferidas por su sentido del humor; aunque mi preferida era Sofía, Blanche tenía su encanto.
Gracias por recordarlas,

Ana del guisante dijo...

*Meloenvuelve: ¡Sí! Sophia era mi debilidad, ¡qué lengua, qué agilidad! Las recuerdo con auténtico cariño, formaban parte de nuestras familias. Un abrazo

sunsi dijo...

No me perdía ningún capítulo. Bueno...alguno, por fuerza mayor. Me divertía mucho. Y estoy de acuerdo con lo que dices: la desdramatización de la vejez.

Gracias por recordarla, pesolet.

Ana, princesa del guisante dijo...

*Sunsi: recuerdo verlos en verano, en el sofá de la casa de mis padres.
Cuántas pandillas de señoras mayores, y menos mayores, se autodenominan Las chicas de oro... geniales, geniales. Besos, chica Sun.

Mónica dijo...

Recuerdo con mucho cariño esta serie y el personaje de Blanche, pensaba: yo quiero llegar a ser mayor como estas señoras tan divertidas que comparten casa, y esos desayunos y conversaciones, el otro dia mi madre y yo estabamos tristonas por que se iba Blanche. besitos y gracias por esta entrada. Me quedo con una sonrisa al recordarla.

Besitos y buen dia

Ana, princesa del guisante dijo...

*Mónica: en realidad ellas se metieron en nuestros hogares, y eran un poquito como de la familia. Esperemos que otra serie nos llene el corazón como lo hizo esta. Un beso para ti también

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