© de la imagen La meva maleta

domingo, 21 de marzo de 2010

La nostalgia en mi equipaje (editada)

Me considero una persona alegre. Sonrío a menudo, por mero afán de proporcionar felicidad a quienes me rodean, porque sus sonrisas son mi mejor regalo.
Me gusta reír, cantar, escuchar música alegre, y leer libros con finales felices. Y que haya tranquilidad, y también silencio, manjar difícil de conseguir con dos niños pequeños.
Me gusta compartir una tarde con una amiga, aunque suelo tener que conformarme con un café, o con una llamada de teléfono.
Siempre tengo tiempo para todo el mundo, porque mi tiempo lo reparto entre los demás. Y cuanto más vacío mi vida en mi gente, más llena me siento.

No, no soy ninguna boba, no me gusta que nadie abuse de mi afecto y se aproveche de mi bondad, y me agrada, como es natural, recibir las dosis de cariño que sé que merezco. Cuando alguien me hiere de forma severa, me resulta casi imposible hacer borrón y cuenta nueva, aunque me cuesta mucho, mucho, mucho enfadarme de veras. Y para colmo de mis desgracias, tengo nula capacidad de rencor y de venganza.
Me gusta que mi hogar, mi blog, o mi persona, sean lugares en los que las visitas se sientan a gusto. Y casi nadie sale de mi casa con las manos vacías, porque mi compañero de fatigas es todavía más generoso que yo.

Sin embargo, llevo un lastre en mi equipaje, la nostalgia.
Mis alas siempre se han quedado un poco pequeñas por culpa de mis dificultades para separarme de mis seres queridos. Cada amigo que quedó en el pasado ha dejado en mí  una huella indeleble. Esa soy yo, limitada y pequeña. Pequeña porque he necesitado nutrirme de vuestra compañía para llegar hasta aquí.

Soy quien soy porque un día compartí piso con Blanche, mi hermana (cuánto hemos vivido juntas, eh, niña), con Dorothy (que espero lea algún día este blog), Rose y la jefa. Luego me fui, por cabezota, a otro lugar en el que no estuve a gusto, pero que me enseñó que no se puede ser una niña caprichosa toda la vida, y tuve, para compensar, y por fortuna muy buenos vecinos, que fueron en su día casi hermanos, Cris, Mer, María y otros (hola Luiggi, sé que eres seguidor, no sé si sueles leer el blog).  Y luego vinieron Ana, y su hermana, junto con otra chica con la que convivíamos.

Ay, Ana, escribo todo esto por tu comentario de ayer. Hubiera dado mi castillo y mi reino entero por estar a vuestro lado ese ratito en que hablábais de mí y recuperar, no solo vuestra compañía sino también un poquito de aquel tiempo que se fue.

Los tiempos de universidad los pasé añorando a mi chico. Ya entonces sabía que era el bueno, de hecho, me lo quedé para siempre. Pero en cuanto en cuanto empecé a meter mis cosas dentro de mi última maleta, supe que en mi corazón vivirían por siempre vuestras huellas, y que debería aprender a vivir por siempre con esa añoranza sangrándome por dentro. Porque quise mucho, a todas (hubo pocos ellos, fuisteis mayoría chicas). Y el destino quiso jugar conmigo un poquito, y os eligió para mí de lugares bien lejanos: León, Bilbao, Cartagena, Castellón, Galicia...

Hasta hace algunos días sólo mantenía contacto con Blanche, que siempre ha estado lejos, pero cerquita gracias al correo, el correo de toda la vida, quiero decir, y el teléfono.
Agradezco siempre a internet haber burlado esa distancia física, y facilitarme que pueda estar en contacto, al menos, por escrito con algunas de las personas de aquel tiempo.

Pero muero por un abrazo de cada una de vosotras, por tocar vuestras manos, por ver como rizáis el rizo de vuestro pelo, por ver como os tocáis los pellejitos de las uñas, por ver qué modelo de gafas habéis escogido, por ver como los años han embellecido vuestra piel. Espero que tengamos la oportunidad de hacer ese abrazo realidad.



Esta imagen la encontré hace casi 7 años. En cuanto la vi, un escalofrío recorrió mi espalda, y ciñó el cinturón de la nostalgia dos agujeritos más. La conservé con la esperanza de poder cmpartirla contigo, y hoy es el día.

Nota: Se confirma que Luiggi es seguidor de este blog, de lo cual me alegro muchísimo. Lo que no sé si podré perdonarte es que me impulsaras a ser más fan de Sabina... en fin, algún defecto teníamos que tener :-)

17 comentarios:

Carme Sala dijo...

Esta preciosa entrada de hoy, Ana, me ha hecho pensar en las amigas que ya no veo.
Las que recuerdo como haces tú, con cariño.
Tú colmas de atenciones a los que te rodean, cómo si cultivaras una rara especie de flor al borde de la extinción. Con la generosidad de tus palabras y de tus gestos, tu equipaje Ana, debe de ser enorme y la lista de amistades incontable, y no me extraña. Yo, que siempre he sido bastante solitaria y a veces he descuidado un poco a mis amigas, aprendo cada día de tu blog, que tanto me enseña y que tan bien habla de ti.
Aunque quizás a ti (por modesta) no te lo parezca.

Bisitos guapa,
Carme.

Ana, princesa del guisante dijo...

*Carme: Es curioso, que yo también me considero uan persona solitaria, será por eso que me paso la vida tendiendo puentes para que mi isla no se quede incomunicada... y siempre llegan sorpresas agradables :-) Gracias por tu comentario, también aprendo de ti, ¿sabes?
Besos grandotes

Mariapi dijo...

Ana:
¡Cómo entiendo esa "nostalgia" que tan bien describes! Pero no creo que sea necesariamente "un lastre". Es el dolorcillo, la consecuencia natural de los cariños ausentes... Ultimamente he tenido varios reencuentros, con amigos que hacía muchos- muchos años que no veía y tocaba, aunque seguíamos más o menos en contacto...y la alegría nos ha compensado totalmente.

Ana, princesa del guisante dijo...

*Mariapi: a veces sí me lastra, entendiendo el peso que tengo que arrastrar cuando más siento esas ausencias. Es verdad que los reencuentros son maravillosos, pero tengo a todo el mundo muy lejos, y eso es una carga. En fin, siempre nos quedará la blogocosa....

BLANCHE dijo...

se mehan hecho dos nudos en la garganta que no se cuando se podran soltar.Siempre me he considerado una persona con suerte pero al leer esto veo que mi suerte es infinita por tener tu amistad al cabo de los años.OYE LUEGO VUELVO QUE VOY A POR KLEENEX.

BLANCHE dijo...

Acabo de leer lo de los trompazos de tus hijos:lo siento;siempre tan rapida.Apirofeno es el nombre comercial como apiretal(del mismo laboratorio).No puedo ni dejar el ordenador abierto;ayerme descuide y el mayor me pinto todas las teclas con rotu verde..

Ana, princesa del guisante dijo...

*Blancha: ay blanchita, ¡si tu hijo nos ha salido artista! Con lo actual que está el color verde guisante... Y haz el favor, no llores, que se me pega...

Marta piesdescalzos dijo...

Cuánto entiendo todas estas emociones que florecen hoy en tú entrada!!! seguirlas cultivando. besos

Ana, princesa del guisante dijo...

*Marta: eso es precisamente, emoción. A regar, abonar y contemplar. Besos

ana dijo...

Ana... esencialmente dijimos eso que tú sabes que eres. Exactamente mi hermana dijo: siempre estaba alegre, y se echa de menos personas así en el mundo. Con su enorme generosidad. Y yo le comenté que para mí sería un lujo poder vivir en la misma ciudad, y más a estas alturas de la vida en que lejos de olvidarse uno, necesita más de lo de entonces. La verdad es que las dos nos emocionamos un poco... porque mira que nuestra casa era un lugar feliz ¿eh? Sinceramente, no había pisos así de estudiantes.... no... y me consta que mi hermana nos echó mucho de menos a las dos después... porque se reía de nosotras, pero decía que luego llegar a casa y saber que no estábamos le costaba un triunfo!!!

Nosotras siempre con pelis, palomitas, cocinitas... etc... etc... etc...

Un abrazo muy emocionado. Gracias por tu recuerdo. Y aúpa el FACEBOOK!!!!!

Ana, princesa del guisante dijo...

*Ana: no creo que hubiera muchos pisos como el nuestro. Pero es que la dueña tenía un trocito de su espíritu rondando por allí, ¿no crees? y los maravillosos cuadros por todas partes, ais...
Sólo puedo deciros gracias a las dos, porque siendo vosotras dos hermanas de sangre jamás me hicisteis sentir extraña allí, me sentí adoptada por vosotras. Y ya basta de lloriqueos, ea, mañana el blog hablará de costura :-)

Besos emocionados también

sunsi dijo...

Hoy tengo mala suerte con los comentarios, pesolet. He escrito uno y se ha evaporado. Y era largo, largo... Un post emotivo. Te decía que "Vivir es ver volver". A veces pasan años y esta vuelta es más bella si cabe. La ha adornado la experiencia y la madurez. Reencuentros que no es posible expresarlos...Faltan palabras. Y eesos agujeros de la nostalgia van rellenándose poco a poco. Qué bonita es la amistad vedadera, la que te ha dejado huella. No se borra jamás.

La leonsa es de ley, ¿verdad?

Un petó, pesolet. Hoy he visto un poco este almario tuyo. Menudo fondo.

Ana, princesa del guisante dijo...

*Sunsi: hoy no es un día bueno para casi nada. Pero sí para recordar lo que la amistad deja en nosotros. La leonesa es grande, grande.
Besitos. Ah, y me ha gustado lo del almario... Gracias

la hermana poco conectada dijo...

Pues antes de que te dediques a hablar de costura, aprovecho para reivindicar el papel de internet en esto de reencontrar personas.
Mi hermana me ha puesto al día de tu vida (vaya dos soles que tienes) y en breve espero poder mandarte un testamento con mis novedades.
Me alegra saber que sigues igual de cariñosa que siempre y que se puede seguir descubriendo una sonrisa en tu cara.
Un abrazo muy fuerte,
Sara

Ana, princesa del guisante dijo...

*Saraaaa, qué bien que hayas pasado por estos lares. Qué ilusión tenerte tan ¿cerquita? bueno, ya sabes lo raro de la cosa. Espero que sí, que me cuentes un montón de cosas... después de tanto tiempo. Este es también tu castillo, así que amanece cuando quieras. ¡Bien!

Besos grandes

Bego dijo...

Ana es un verdadero placer y relax leerte de verdad.
Gracias por esta entrada tan dulce.
Por cierto aupa Sabina!!
Besito
Bego

Ana, princesa del guisante dijo...

*Bego: Sí, la amistad produce sentimientos dulces de veras...
Besos

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