miércoles, 1 de septiembre de 2010
Ataduras
Tiro del primer hilo que encuentro, siguiendo bien su recorrido hacia el interior del ovillo. Quedo prendada de su tacto sedoso, hundo un poquito más mis dedos, y quedan un poquito enredados en él. Me dejo llevar por su olor a colonia, a chocolate con leche y a juego de una tarde en el jardín. Su algodón suave, me ata el cerebro, el alma, el pelo, las manos, los ojos, el pecho...
Atada a ese hilo aún, me cautiva el color rosa de otra madeja, algo más esponjosa, quizá. Envolvente calidez la del amor. Me atrapan caricias, besos, gestos cariñosos y un montón de años en común. Cintas de terciopelo que me mantienen fuerte y segura.
De forma absurda encuentro una especie de madejita metálica plateada, rizada como el cabello de una persona de color... ¿podré desenredarla?. Mis manos, que parecen las de una marioneta, se introducen en el apretado nudo, que pincha y molesta. Pero ya estás dentro. Son ataduras del dinero, feo y complicado, pero necesario.
Un poco más allá, con una textura plastificada, un enorme enredo de cables, que me atan por los pies a una obligación autoimpuesta de contar lo que me pasa, porque yo quiero, porque me sirve. Pero me ata.
Cuando parece que ya no puedo estar más atada, recorro mi cuerpo y siento más ligaduras... tirando suavemente de ellas me conducen a ovillos perfectamente enrollados, y reconozco en ellos las caras de mi gente. En cambio, al final de otros, no queda nadie, son los hilos que dejaron aquellos que pasaron, alguna vez, por mi vida. Distintos tactos, colores, y también, distintas fuerzas de tensión.
A veces algún hilo se tensa un poco más y me ahoga. Y vivo en permanente pulso para mantenerme envuelta en lo que más quiero, y seguir siendo, al fin y al cabo, un ovillo multicolor.
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11 comentarios:
Ana, me ha encantado tu entrada. También me siento llena de hilos enredados, llena de ataduras, que quiero tener, porque detrás de cada hilito, hay un rostro que amo.Precisamente porque lo que más deseo es ser libre de verdad. Gracias, es precioso.
*Mariapi: los vínculos y las ataduras que nos envuelven, tan necesarias, y tan obligadas... y nosotras estamos ahí libremente. Dónde ir, sino...
Gracias a ti. Besos
Según los sabios, la felicidad reside en la libertad de elegir las tonalidades que forman la madejita de cada uno...y en dejar que no se enrede demasiado.
Preciosa metáfora.
Bss
*Mevamaleta: eso de los enredos es difícil, eh... pero ahí estamos, enredados los unos con los otros. Petonets
y tanto que ataduras..
primero me echa de su vida..
y ahora regresa para buscarme..
...yo con tanto hilo me lío, ¿será porque soy un tío?
Buen Post! Princesa Del, se nota que eres buena en costuras.
*.A: Imprescindible contar con un buen par de tijeras antes de empezar la labor. Bienvenida al castillo.
*Tomae: no claro, vosotros funcionáis de otra forma: una neurona, una cosa... es decir, una madeja de hilo, e ir tirando y enrollando a poquitos. Qué paciencia, señor, qué paciencia...
Pedazo de post, pesoleta. Los hilos que te envuelven, de colores distintos...como distintas son las personas que amas. Me temo que, con el tiempo, sólo asomarán tus ojitos para ver y tus manos para abrazar. Porque habrás amado mucho...
Besos, Princesa
*Sunsi: eso espero, tener un montón de hilitos. Que no aprieten, y que no nos manejen... cuánta metáfora, eh. Besos para ti, y muchos hilos de colores.
Me ha gustado tu metáfora.
A veces no sabemos usar las tijeras, a veces no rematamos fuerte y se deshilbana lo cosido...
Me gusta, un abrazo con doble hilo, muy fuerte!
*Marta: el doble hilo supongo que se obtiene de tender una hebra en cada dirección :-))
Muas
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