Madres

La primera imagen de maternidad del día me la ha dado mi gatita Piolina y sus bebés. No van a tener nombre. Serán Gatos a secas, porque en cuanto se puedan defender por sí mismos, se irán a cumplir su cometido en la naturaleza, es decir, a librar de ratones nuestro almacén. Claro que ella no lo sabe, ni será consciente de qué significa ser madre. 

Dicen que los mofletes redondeados de los cachorritos de todos los animales tienen la finalidad de enternecernos para que cuidemos de ellos. Seguro que sí. Ella se limita a seguir ese instinto poderoso de proteger a esas criaturas maravillosas. En cuanto nos acercamos a su camita, ella aparece recelosa, ronronea, se tumba con ellos y se entrega a su crianza. 

Apenas si se aparta unos metros de sus crías, sólo para comer y eliminar. Puro instinto. No sabe contar... una mañana uno de los bebés felinos apareció muerto, con toda seguridad, aplastado por su madre. Le cambiamos la cajita en que dormía para que todos ellos, los tres pequeños y su madre, tuvieran más espacio.







Luego han despertado mis propios cachorros. Los dos me han felicitado con una promesa tibia de portarse SUPERSUPERBIENMAMI, que han cumplido casi al 100%. Yo, a cambio, he ejercido de madre. Les he procurado ropa limpia y comida.

Y para que la plancha me resulte menos pesada, he colgado en las paredes del cuarto de lavar los Diplomas a la maternidad que mis hijos me van regalando, cada uno con su estilo artístico, desde el más sentido:

"TE QUIERO MUCHÍSIMO, MAMÁ"

Hasta un retrato de perfil, con moflete sonrosado, coleta rosa de corazón y lema infalible para doblegar mi espíritu protestón:

"Para la más re-bonita del mundo"

Sé que me quieren, incluso cuando me dicen que no me volverán a querer nuncajamásdelosjamases, tiempo que puede ser intercambiado por hastaquemedejesjugarotravezconlaconsola. Porque al fin y al cabo yo soy:

Después de comer he terminado el cuaderno de sueños de mi hijo mayor. Lo necesita, porque dice que quiere ser escritor, o cocinero. Así que le he dejado algo que le resultará útil para ambas cosas: un montón de páginas en blanco.

Así nos los dieron a ellos. Una página en blanco sobre los que debemos trazar los renglones para que ellos escriban recto, con su letra y sus palabras. Y llenarlos de sus propios sueños. Y mi sueño... que sus sueños se parezcan a los míos.

Quedan muchas horas para que acabe este día, feliz día de las madres.