De tenerles
De que sean tan felices contigo
De que tu casa sea un hogar
De poder saborear cada instante.
No necesitas más que unas briznas de hierba acariciándo tus pies, oírles jugar, la caricia templada del sol de la mañana, el frescor de tu hogar cuando el calor amenaza a mediodía. El sonido del piano, la lectura de un buen libro, coser, cocinar y que te digan que es la mejor pasta que han probado en su vida. Subir al lugar más alto de la ciudad y pisar las piedras de nuestros antepasados. Comprarte ropa bonita, estar con quienes quieres.
Así que ayer me acosté al lado del hombre que amo y di gracias a Dios por darme tanto, tanto.
8 comentarios:
Darnos cuenta de todo lo que tenemos y saber dar las gracias es ya otro regalo.
Cuánto me alegro, Princesa. Un besico.
Cierto, a veces se me olvida mirar, ver y dar gracias... debería ser obligatorio hacerlo todos los días antes de acostarse. Besos, querida.
Cuando mis hijos eran pequeños me bastaban con verles jugar juntos para ser feliz. Un beso.
Qué razón tienes, tendría q ser obligatorio...
tus palabras me han hecho mucho bien. digamos q es una mala época anímica... y a veces no me doy cuenta de q tengo unas niñas fantásticas y un marido maravilloso
gracias
Es un gusto en sí mismo. Besos
Bueno, estás en pleno postparto (un poquito de depresión...) Cuídate, saboréalas, que pasa VOLANDO y ya sabes que eso es muy deprisa. Un abrazo cariñoso
Todos los días. Bicos, chica.
Cuanta verdad y como tan pocas veces nos damos cuenta de esto!!!
Gracias por recordarmelo!!!
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