© de la imagen La meva maleta

lunes, 14 de mayo de 2012

A veces te paras a mirar

... y sólo ves a tu alrededor la suerte que tienes.
De tenerles
De que sean tan felices contigo
De que tu casa sea un hogar
De poder saborear cada instante.


No necesitas más que unas briznas de hierba acariciándo tus pies, oírles jugar, la caricia templada del sol de la mañana, el frescor de tu hogar cuando el calor amenaza a mediodía. El sonido del piano, la lectura de un buen libro, coser, cocinar y que te digan que es la mejor pasta que han probado en su vida. Subir al lugar más alto de la ciudad y pisar las piedras de nuestros antepasados. Comprarte ropa bonita, estar con quienes quieres.
Así que ayer me acosté al lado del hombre que amo y di gracias a Dios por darme tanto, tanto.

8 comentarios:

Mariapi dijo...

Darnos cuenta de todo lo que tenemos y saber dar las gracias es ya otro regalo.
Cuánto me alegro, Princesa. Un besico.

Ana, princesa del guisante dijo...

Cierto, a veces se me olvida mirar, ver y dar gracias... debería ser obligatorio hacerlo todos los días antes de acostarse. Besos, querida.

Susana dijo...

Cuando mis hijos eran pequeños me bastaban con verles jugar juntos para ser feliz. Un beso.

aaana dijo...

Qué razón tienes, tendría q ser obligatorio...

tus palabras me han hecho mucho bien. digamos q es una mala época anímica... y a veces no me doy cuenta de q tengo unas niñas fantásticas y un marido maravilloso

gracias

Ana, princesa del guisante dijo...

Es un gusto en sí mismo. Besos

Ana, princesa del guisante dijo...

Bueno, estás en pleno postparto (un poquito de depresión...) Cuídate, saboréalas, que pasa VOLANDO y ya sabes que eso es muy deprisa. Un abrazo cariñoso

Ana, princesa del guisante dijo...

Todos los días. Bicos, chica.

MamaBusca dijo...

Cuanta verdad y como tan pocas veces nos damos cuenta de esto!!!

Gracias por recordarmelo!!!

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Por favor,

Si algo de lo que expongo aquí te molesta, te pertenece, o habla de ti y quieres que lo borre, tan solo tienes que pedírmelo. Nunca quise ofenderte, ni plagiarte, ni molestarte...
Este es un espacio de libertad y, sobre todo, de respeto.