© de la imagen La meva maleta

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Fragilidad y lágrimas



Cuando se pasa por un trance como el tuyo, en el que la muerte flirtea contigo durante un tiempo, o cuando pierdes a alguien importante, o cuando tienes una experiencia traumática o muy dolorosa a cuestas, es inevitable experimentar un cambio en tu manera de ser.

Algunas personas se sumergen en un pozo depresivo del cual no les es posible salir por más que lo intenten, o simplemente dejan de intentarlo. Otras no dejan aflorar sus sentimientos, y los esconden bajo un manto ácido y duro, bajo el cual se encuentra, sin duda, un corazón lastimado.

Y otras, como tú, como yo, vamos cicatrizando la herida con sus más y con sus menos, pero en ello estamos. 
El 'pero' es que la cicatrización es un proceso lento, en el que, al principio, queda una fina capa de células en la parte superior que se desgarra con el más suave roce de cualquier cosa. Así, las lágrimas no tardan en brotar ante cualquier estímulo que te produce un sentimiento. Tú te enfadas un poquito contigo misma por no ser capaz de hacerte fuerte, dices que te sientes como si tuvieras un telón ante ti que se desmorona por cualquier cosa.

Yo ya me he acostumbrado a mi emotividad, y estoy empezando incluso a quererla. Cuando escucho la voz de un niño, explicando algo bonito, lloro, cuando veo a mis hijos o a los hijos de otros interpretando cualquier clase de función, lloro. Cuando escucho a sus maestras contándome cuáles son los proyectos para el curso, también. Si escucho una declaración de amor, si veo un anuncio bonito, si me abraza alguien a quien quiero y no suele hacerlo, si veo un paisaje conmovedor... Es como si se me hubiese abierto una capacidad secreta para conmoverme. Como encontrar el guisante bajo los 7 colchones. 


29 comentarios:

Unknown dijo...

Yo creo que cuando, por desgracia, vivimos situaciones traumáticas, nuestro cuerpo aprende a valorar las cosas buenas que nos dá la vida. Lo triste es que para saberlas disfrutar tenemos que pasar por lo malo primero.
No sé si, realemente sabemos superarlas, lo que tengo claro es que aprendemos a valorarlas, a emocionarnos con mil y una situaciones del día a día que nos hacen felices. Dice mi madre que es que nos vamos curtiendo.
Personalmente creo que, si todo el mundo tuviera esa capacidad de emoción, el planeta sería un lugar mucho mejor.
PD: Yo tb soy muy llorona, y hasta ahora le echaba las culpas a las hormonas del embarazo, pero ahora no tengo excusas...jajaja Tendré que acostumbrarme...

Ana, princesa del guisante dijo...

*Ceballos: es cierto que cuando tienes un hijo ya nunca vuelves a ser la misma persona, es una sensación única. Ea, si tú también eres llorona, ¡bienvenida al club! :-)

ana dijo...

Lo has definido claramente; es una capacidad. Ser capaz de ver el revés de las cosas, ensimismarse, acariciar todo lo que ellas significan. Es romperse y volver a recomponerse. Es fortaleza. Es sobretodo, sonrisa, a pesar de las lágrimas.

Recuerdo especialmente la primera vez que ví a mi hija con tres añitos subida en un escenario, bailando emocionada... "mamá, quiero ser artista"... Aquel juego de piernas y aquella alegría, ni timidez ni nada, se hizo dueña del escenario mientras sus compañeros andaban perdidos o parados... me hizo reír a carcajadas mientras de mis ojos salían unos lagrimones de a tonelada cada uno. Vamos... un cuadro de madre. Y la hija, hecha una artista total. No lo pude evitar... qué momentazo!!!!! Y después... pues más, ha habido más... jajajajaja.

Y no... no le es dado a cualquiera, no... ese saber llorar, esa fragilidad, ese instante de belleza acariciada...

Un abrazo enorme Pesolet.

Anónimo dijo...

Hola Ana, yo estoy pasando una mala epoca y tu blog me ayuda y no sabes cuanto.....Hay dias en que lo veo todo negro pero lo peor es que al dia siguiente sigue siendo negro. Por las mañanas tengo que hacer un gran esfuerzo para salir de la cama y tambien hay dias que me gustaria dormir y no despertar nunca.
Pero tengo dos niños y de ahi tengo que sacar las fuerzas...y es tan dificil.
Besosss

Ana, princesa del guisante dijo...

*ana: es cierto, me siento afortunada por saber dejar que fluya mi emoción. Nena, que dentro de cuatro días vienen los festivales de Navidad: a llorar tocan ;-)

*Anónima: cuando me decís que os ayudo, me siento muy responsable de lo que digo, porque, al fin y al cabo, yo soy sólo una luchadora más en este tren de la vida, y no siempre sé qué es lo que hay que hacer. Lo único que sé, y lo sé por experiencia, es que cuando estás mal, y estás triste, no puedes quedarte en el fondo de lo más hondo por mucho tiempo, tarde o temprano tienes que subir, así que cuanto antes sea el primer paso hacia arriba, mejor para ti. Un beso grande, y muchos ánimos, seas quién seas.

Carme Sala dijo...

Por supuesto, la emotividad hay que cultivarla...a pesar que, a veces nos haga pasar un mal rato.
A mi, por ejemplo, a menudo se me hace muy difícil, contener las lágrimas y por más que me contenga...mi voz, siempre me delata.

Y por supuesto, no concebiría de ninguna manera una Princesa del Guisante...¡sin gota de sensibilidad!


Petons Pesolet
:-)

Ana, princesa del guisante dijo...

*Mevamaleta: yo tengo un truco para los lugares "peligrosos" (festivales, obras de teatro, y eso): hago como que grabo con la cámara de fotos jajaja un petonet

Nuevas ilusiones, nuevas costuras dijo...

Por cualquier razón en la vida,sea positiva como la maternidad y crianza de nuestros hijos.., o negativa, como las malas rachas que este mundo nos prepara, es bueno expresar nuestros sentimientos, sea como sea. Yo, al igual que muchas de vosotras, soy LLORONA por naturaleza: pelis con sentimiento, niños actuando,penas, penurias,..... Y por eso, no me siento ni más débil, ni más sentimental que el que no puede llorar. Es para mi muy positivo soltar lo que llevo dentro en forma de lágrimas y no me averguenzo por ello. Comparto la vida con una persona maravillosa, al que le han jugado muy malas pasadas y que, para él es una pena no llorar, no saber llorar y guardar todo para dentro.... Me siento muy identificada con tu sensibilidad y con tu forma de contarnos tu dia a dia. Un beso muy fuerte de una fiel seguidora.

Carme Sala dijo...

¡Pues me apunto el truco! Que este año tengo fin de curso con despedida de 6º!!!!
Crees que encontraré una càmara de ésas antiguas...¿con un paño para taparse la cabeza entera?

Bss

Ana, princesa del guisante dijo...

*Nuevas ilusiones: ¡¡¡eres mi nueva ídola!!! Lloras sin pasar apuro... ;-) gracias por seguir este blog, espero que lo pases bien. Un beso

*Mevamaleta: yo creo que tendríamos que hacer como la compi de Nuevas Iluisiones, nuevas costuras, pero mientras, podríamos alquilar un burka ;-)

ana dijo...

Con el permiso de Guisantilla... quiero dar una abrazo a ese anónimo que no pasa por un buen momento. Y quisiera que no olvidases esto:

_ Agárrate fuerte a ese par de infancias que te acompañan. Agárrate fuerte a su mirada aunque tú llores. Agárrate a su risa aunque tú sólo quieras dormir. Agárrate fuerte a su presencia, muy fuerte, abrázalos y déjate contagiar...

... la vida siempre se abre camino al lado de la infancia. No la sueltes. Levántate, agarra su mano y empieza por dar el primer paso... luego otro...

... preparar con ilusión lo que cocinas para ellos, su ropa, sus libros, sus deberes... luego, la vida se abrirá camino, y podrás verte. Grande. Valiente. Y con toda una vida sorprendente por delante.

Recibe un emocionado abrazo de quien un día se aferró a la única mano que tenía al lado; la de la infancia. Y NUNCA DEFRAUDA.

Tú podrás. Lo sé.

Rosa dijo...

Me ha encantado tu post. Llevo tiempo visitándote pero nunca me había atrevido a comentar.

Yo también he pasado un momento dificil suma de muchos momentos complicados que me han hecho volverme del revés como un calcetín y empezar a querer ver la vida de otra manera. Soy una persona que se preocupa por los demás, que se emociona... y aunque eso muchas veces me ha provocado más dolor, no estoy dispuesta a cambiarme, puedo matizarme pero voy a seguir siendo yo.

Las lágrimas ya no me las guardo y a veces me gustaría saber llorar más porque creo que te quedas como nueva, es como empezar de nuevo, una hoja en blanco en el cuaderno.

Felicidades por tu blog, me encanta.

Un abrazo

Ana, princesa del guisante dijo...

*ana: gracias por decírselo tan bien. Un beso


*Rosa: Bienvenida al castillo... lo de saber o no llorar, yo quisiera hacer como Ingrid Bergman en Casablanca, y tener los ojos húmedos, pero sin acabar de descomponer el rostro. Gracias por tu comentario, me alegrará leerte. un abrazo

blanche dijo...

buenoooo,a ver si se va la lluvia porque nos va contagiar las ganas de llorar a tod@s;Estar un ratito triste bien pero cuando tenemos hijos NO NOS LO PODEMOS PERMITIR,osea a poner musica de ABBA(es mi preferida pa´limpiar)e intentar ser optimistas.¡por favor que se vaya la borrasca ya!

Unknown dijo...

Cómo me gusta leer a tanta gente!!!!!!!!
VIVAN LAS LLORONAS!!!! jajajajaja.
Anónimo: Me uno a las compis y te envío muchos ánimos para coger de la mano a esa Infancia de la que muy bien nos habla Ana. Sé que en ellos encontrarás el mejor camino para salir de tu tristeza. Escribirnos ya fue un muy buen comienzo.
Muchos bicos/petonets

Anónimo dijo...

Gracias a Ana y Ana , princesa del guisante.
Me has echo llorar.
Besos

Mariapi dijo...

De llorona a llorona: Durante demasiado tiempo he sobrellevado mi emotividad , digamos que... "primaria" como un defecto inconfesable, siempre empeñado en salir en los momentos más inoportunos...Ahora que he dejado de luchar contra esa "rapidez" sentimental, ya no me duele la cabeza por "aguantar el llanto."
Un besote.
Anónima que estás triste, un besico para ti.

Ana, princesa del guisante dijo...

*Blanche ¿ABBA? me encantas, niña. Y te cuento algo... los niños no se merece que nos pasemos el día llorando, pero que nos vean llorar de vez en cuando, y enseñarles a manejar el dolor es bueno. Un beso grande

*Anónima: mira cuánto cariño para ti en estas líneas: todas sabemos que lo vas a conseguir agarradita de la mano de tus hijos, y con tu fuerza. Un beso

*Mariapi: me alegra saber que algún día lo conseguiré. Si logro no emocionarme el día que case a mis hijos, como hiciste tú, me sentiré persona. Un beso grande

Ana, princesa del guisante dijo...

*Dolores Ceballos: (que te he saltado, hija) aquí tendríamos que hacerlo al revés: llorar un poquito por obligación al entrar para ir soltando lastre, y quedarse descansadas el resto del tiempo. Un besico

Driver dijo...

PARA EL ANONIMO

Cuando conduzco tengo que tener cuidado con el hielo.
Es peligroso. En la carretera o en el corazón.

Si te descuidas, lo pisas y puedes bajar la cuesta por el lado malo.
Atravesando el guarda raíl.
……………….
Los cristales de hielo son puntiagudos, como los puñales; y fríos como el ámbar.
Están conformados por moléculas de hidrógeno y oxígeno. Dos y una.
Como nosotros.

Somos agua, que a veces es hielo, y a veces neblina; otras mar salada.
Todo depende del sol, la mañana y los reflejos dorados.

Y somos bebés, gotas recién desprendidas.
Y somos niños, arroyuelos felices.
Y adolescentes, ríos bravos.

Y llueve y nieva.

Siendo adultos, mares azules.
Siendo ancianos, océanos.

Y creemos que cuando somos hielo, somos de piedra.
Pero nos han dado algo más.

Al darnos la vida nos dieron la capacidad acuática.

Todo depende del sol, la mañana y los reflejos dorados.

MadreYMas dijo...

Pues otra llorona al habla... hay que ver! Cuántas somos!
Yo soy de las vuestras... me emociono tanto que a veces le estoy contando a Padre las últimas novedades de Criatura y se las cuento llorando!
Y no, no me escondo desde hace tiempo. Aprendí de mi padre que llorar no es cosa sólo de mujeres y que uno no es menos respetable porque lo haga.
Besos, Pesoletina.

Itsaso dijo...

Desde que fui madre descubrí otro tipo de amor, ese por el cual darias tu vida sin dudarlo. Es por eso que ahora cuando escucho alguna noticia en la que algún niño sufre no puedo evitar llorar. De la misma forma que lloro cuando la profesora de mi hijo me cuenta alguna anécdota gracisa de él... no lo puedo evitar y muchas veces reconozco que me escondo, porque no todo el mundo lo entiende.

Ana, princesa del guisante dijo...

*Driver: en esencia, somos agua... nuestro estado depende del calor y de los reflejos dorados. Un abrazo

*MadreYMas: tendríamos que hacer una fundación, o algo así. Llorar es necesario. Un beso, guapa

*Mar: es precioso esa conversión que sufrimos por ser madres...

TC dijo...

Ains, si te digo que yo soy hipersensible para ciertas cosas... sin embargo, luego me trago una peli dramón y soy incapaz de soltar una lágrima, pero creo que eso se debe a que me da mucha vergüenza que me vean llorar. Sin embargo, en otras cosas, se me saltan las lágrimas sin poder evitarlo. Debo ser un poco rara. jajaja

Ana, princesa del guisante dijo...

*TC: me das mucha envidia, tú y, como ya he dicho, la Bergman :-)
Un besin

Nuevas ilusiones, nuevas costuras dijo...

Relato de mi último llanto....Visito por primera vez al tutor de mi pequeñin (7 añitos tiene ya...)para conocernos y esas cosas... El pobre hombre empieza a contarme sus hazañas, sus grandes progresos, lo educadito que es, lo buen compañero que es...su calidad como ser humano..etc,etc...Y cojo yo, ni corta ni perezosa, comienzo a llorar como una descosida delante de él y sin poderlo remediar.... Juro, y perjuro que no quería, ni que tampoco estoy hormonando, pero....ASI SOY, sentimental al máximo e incapaz de cerrar el grifo de mis lagrimas y emociones....

Ana, princesa del guisante dijo...

*Nuevas ilusiones: bueno, pues bienvenida al club. Ahora ya has salido del armario de las lloronas :-)

Lisset Vázquez Meizoso dijo...

Yo soy del club de las lágrimas al que perteneces, no me importa, no me avergüenza, al contrario, lo que no entiendo a veces es cómo la gente no se emociona con algunas cosas... hay algunos que incluso me dicen: Bueno, no te pongas así que es que lloras por todo... como si fuera algo malo emocionarse por detalles, por cosas que para ti son un mundo y reflejan tu sentir. La compuerta se ha abierto hace años y ya no puedo detenerla. Un abrazo.

Ana, princesa del guisante dijo...

*Lisset: a mí me da rabia cuando pasa algo emotivo y me miran, esperando ver si lloro o no, y siempre, lloro. Un besico

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