© de la imagen La meva maleta

sábado, 27 de noviembre de 2010

El trono de los valientes



Mediodía. Madres con abrigos pequeños colgados de las sillas. Padres con cámaras de vídeo, nervios y carreras por los pasillos. Aplausos, y silencio relativo.

El primer héroe, Marlin. Con su inseguridad entre los dedos, su mirada huidiza, con su guitarra entre las manos, que adivino ligeramente sudadas. Su profesora le indica que tiene que saludar. Yo pienso que tendría que habérselo dicho fuera del escenario, pero aplaudo. Una sola vez, yo tengo mi cámara entre las manos. No empieza bien, la profesora nos regaña por hacer ruido. Silencio, ahora sí. Primeras notas titubeantes, precioso dúo de una canción que suena como Love me tender. Lucho por mantener a raya las lágrimas, pero no lo consigo del todo. Me repito que llorar no es malo, no pasa nada, seguro que otros lloran. Acaba, aplausos, casi puedo escucharle suspirar de alivio.

Suben más niños al escenario. Siempre empiezan los más pequeños, así que va mejorando la calidad. Lloro con casi todos. Poco, tengo a mis suegros al lado, así que puedo disimular bien.

Leo un nombre de niña en el programa de mano, piano. Sube al escenario una niña con síndrome de Down, de la escuela especial. Su profesor se sienta junto a ella.



Primeras notas del Himno de la alegría, tañidas lentamente, parecen más tristes que nunca, y a la vez, esperanzadoras. Se levanta un señor de pelo blanco de la segunda fila, me sorprende. Le miro a los ojos azules, llenos de lágrimas.

Demasiado para él. Y para mí. Una treintena de niños han subido a ese trono de valientes. Hay que serlo para enfrentarse a tantas miradas que esperan tanto de ti. Ellos no saben de nuestra emoción.

16 comentarios:

Itsaso dijo...

Me imagino ese momento, tiene que ser una cosa entre orgullo y miedo de que todo salga bien. Lo disfrutas pero al mismo tiempo sufres solo de pensar que él lo pueda pasar mal. Me alegro de que lo tuyo haya sido orgullo, y de que Marlin haya superado esta experiencia como un auténtico valiente, felicidades para él. Y para la niña del piano, todo un ejemplo de superación. Muy bonita la entrada, me ha encantado.

Mari dijo...

Siempre me emociona leerte.
Besos
.
mari

Marta piesdescalzos dijo...

No sé qué es más difícil, si el trono de los valientes o las butacas de los sufridores!!! un aplauso para Marlin y su guitarra. Petons!

Walewska dijo...

Bueno, ahí como una loca hubiese llorado yo... pero hija, es que quien no llora ahí es que no tiene sentimientos. Me hubiese encantado estar ahí contigo, disfrutar, aplaudir y llorar como una loca.

Mariapi dijo...

Me sumo al aplauso emocionado, al cariño que desborda la mirada en forma de lágrimas. Un besico para Marlin y la madre del artista.

Lisset Vázquez Meizoso dijo...

Si es que es inevitable, llenarse el pecho de orgullo ante estos pequeños valientes que aún conocen de lejos la vergüenza y el miedo porque además nosotros insistimos en que pueden hacerlo y sabemos además que les sobra talento para hacer muchísimas cosas.

Nosotros, los sufridores en los asientos, con ríos de lágrimas en los ojos, sabiendo que no les podemos quitar todos los miedos pero intentamos hacerlos más pequeños compartiéndolos con ellos... Nosotros, los que ya lo hicimos antes, tenemos la gran suerte de ver en primera fila, las maravillas que hacen estas pequeñas obras de arte que hemos creado y para las cuales queremos que se cumplan hasta los más locos sueños, llenos de amor "hasta el infinito y más allá"... Enhorabuena a los dos. Besos.

Ana, princesa del guisante dijo...

*Mari: gracias, me gusta tenerte al otro ladito. Un beso

*Marta: a mí estar en el otro lado me cuesta un triunfo cada vez. Pero vale la pena. Un besico


*Walewska: gracias por tu apoyo... mira, lloré menos que otras veces porque pensé en todas vosotras :-))

*Mariapi: No lloré sólo con el mío. Lloré muchas veces, la música es bella en sí misma, y la belleza emociona. Te prometo que pensé en ti, y recé a la Virgen como tú para no llorar y ¡casi me funciona! Un besico para ti

*Lisset: no la conocen de lejos, son valientes precisamente por vencer esa vergüenza, y ese miedo. Los de las sillas... no nos atrevíamos ni a respirar jajaja Un beso!

*Lisset:

Ana, princesa del guisante dijo...

*Mar. que te salto... es un sufrimiento bonito, merece la pena. Un beso

Carme Sala dijo...

Por supuesto, a mi también me hubiesen resbalado algunas lágrimas. La música, es a menudo un potente canalizador de emociones.
Mi aplauso, a estos pequeños héroes...y a mi favorito en concreto.

Besitos Marlin,
Princesa...

:-)

Ana, princesa del guisante dijo...

*Mevamaleta: gracias por el aplauso, todos parecían pocos. Un besito, alteza (eres mi ídola)

Tita dijo...

¡Qué hermoso!

Sólo imaginarlo (y recordarlo de mi nena) me humedece de nuevo los ojos

Gracias

ana dijo...

Yo creo que ya lo he comentado alguna vez por aquí... la primera vez que Diminuta hizo su primer función, salían incontenibles los lagrimones unidos a la risa más interminable.

Y cuando tocó por primera vez el violín en público... ni te cuento, madre mía! Son unos valientes, sí señor. Y no se si saben todo lo que sentimos cuando les miramos... ufff.

Unknown dijo...

Creo que antes de empezar la función la profe debería de coger el micrófono y decir a los "espectantes espectadores" jajaja....
- Señores, llorar no es malo!.

Menos mal que estamos bien del corazón.

Bicos.

La semana pasada yo tuve reunión en la guarde de mis peques, y viendo el vídeo y las fotos de ellos jugando tb moqueé.jajajaja

PD: Creo que es un complot de los profesores de coles y guarderías contra las mamás lloronas...jajaja

Petonets.

Ana, princesa del guisante dijo...

*Tita: ahora empezamos... las fiestas de Navidad suelen destemplarnos el ánimo a todos. Un beso

*Ana: habría que preguntarle lo que piensan ellos, es verdad. Un beso

*Dolores: no sería mala idea, eh jajajaj Bicos

Rosa dijo...

Yo con lo llorona que soy no me quiero imaginar cuando tenga hijos.
Ayer estuve en Cortylandia y me emocioné de pensar las veces que había ido con mis padres y ver a tantos niños con los suyos.

¡llorar limpia muchas cosas, dejemos que corran (siempre de alegría, eso si)!

Ana, princesa del guisante dijo...

*Rosa: si vienes llorona de serie, te auguro tardes de kleenex y gafas de sol :-))

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