© de la imagen La meva maleta

viernes, 24 de septiembre de 2010

Niñocracia

Ninguna generación de niños ha sido tan deseada como la de los nuestros. Y ninguna ha sido tan idolatrada.

El otro día leía un blog con espanto. Explicaba una madre devota cómo había grabado en vídeo a su retoño el despertar del primer día de P3. ¿Para qué? Para que tuviera un recuerdo bonito, decía. Mis disculpas, pero me pareció bastante ridículo. Tenemos el primer hijo con 35 años, y le hacemos el centro del mundo.




Entendámonos. Yo quiero a mis hijos. Hasta el límite de la cordura. Tanto como para poner en riesgo mi vida por ellos. No es un farol, lo he hecho, sólo para concebirles. Me pongo como una osa ante cualquiera que se atreva a lastimarles o menoscabarles. Procuro su bienestar físico, emocional, social, y todo lo demás.

Pero quiero que sean personas, no semidioses de un mundo niñocentrista. Ayer, en la reunión de inicio de curso, escuchaba totalmente atónita a la maestra, de tercero de primaria, de mi hijo mayor. Nos pedía a los padres algo de disciplina en casa. Ella debe tener casi 20 años de experiencia como maestra, y nos confesaba que los niños antes no eran así. Nuestros hijos TIENEN que ser SIEMPRE el núcleo y centro de atención. La interrumpen (bueno, lo intentan) cuando habla, si alguien entra en su aula se le cuelgan prácticamente de las piernas para llamar la atención...

No, no me sorprende. No creo que Marlin, ser prudente y educado, haga eso con su maestra. Pero sí lo hacen con nosotros, sus padres. No es tan evidente, porque yo he marcado normas. Si yo hablo, tú esperas para hablar. Se pide por favor, se da las gracias, se respeta a los demás, no se insulta. Si hablo por teléfono no gritas.

Pero no puedo evitar que mientras hablo con alguien haga monerías para reclamar su mirada, se me revuelve el estómago cuando hablo por teléfono y fastidia a su hermano para provocar los gritos que me molesten, no nos dejan tener una conversación a Marido y a mí, la mayoría de las veces.

¿La culpa? Nuestra, supongo. A mí no se me hubiera ocurrido molestar a la maestra, o interrumpir una conversación de adultos, creo.

Nuestros hijos son una generación de tiranos. Y la culpa será nuestra. Las cosas que se aprenden en estas edades tan tempranas son muy difíciles de rectificar. Me temo que llegamos tarde.

18 comentarios:

Nuria dijo...

Sí, y esto no es lo peor. Lo peor es que crecen y siguen igual. Lo digo por experiencia, trabajo con adolescentes y la verdad es que se creen los amos (es que se lo creen de verdad, que les debemos pleitesía o algo...)

Estos chicos tendrán hijos en el futuro.
Hijos que serán los médicos de aquí a 30 años, los políticos, los profesionales de cualquier cosa.

Cagaíta de miedo me tienen, no te digo más.

Un petonet, pesoleta.

Tita dijo...

¿Sabes que estaba en estos días pensando un post similar al tuyo? Creo que coincidimos totalmente en estos pensamientos.

Ahora vamos a tener otra hija, pero la primera,francamente, ha sido el centro del universo y que nos cuesta muchísimo hacerla entender ahora, entre los demás, que no lo es. Mea culpa (o nuestra culpa) Justo has descrito todas esas conductas que me hacen enrojecer de vergüenza y de enfado (tirarme de la manga cuando hablo con alguien, al grito de mamá mamá mamáaaaaa) o mientras hablo por teléfono.

En mi defensa creo que todos lo hemos hecho, y a todos nos han enseñado a no hacerlo...tal y como debemos seguir nosotros enseñándolo. Al final les quedará la sensación que nos quedó a nosotros: no se interrumpe a los mayores, hay que ser educado y controlar nuestra impaciencia...

En todo caso también te digo una cosa: fuera de mi casa veo comportamientos mucho más consentidos que los de mi hija, no sé si me explico.

En fin, me estoy leyendo El Pequeño Dictador, de Javier Urra. Te lo recomiendo.

Hay que amar a los niños. Contemplarles nunca fue bueno....

Gran post, un saludo

MadreYMas dijo...

Uf, cuanta razon tienes...
Solo hay una cosa con la que no estoy de acuerdo, no creo que tenga nada que ver con la edad de los padres.
Los mios me tuvieron muy tarde y te puedo asegurar que yo no era asi.
Y para ellos tambien era el centro del universo.
Pero tenian algo que nosotros no ejercemos, LA DISCIPLINA.

Driver dijo...

Voy a romper una lanza por los enanos, pues al menos, en mi caso, no hacen sino enseñarme cosas.
Lo confieso, con 49 aprendo de la gente de 6.
¿Seré ingenuo?
Debo de serlo, pues contigo ya son trescientos adultos los que me lo han dicho este año.
Creo que tenéis razón, pero...
¡Es un placer ser ingenuo y no tener razón!
Entonces, en tu profunda ignorancia, empiezas a comprender algo de este loco mundo.

TROMPETAS AL VIENTO.

Madrid.Barrio de Moratalaz.Misa de gallo en la capilla de un colegio concertado.
Hoy el Evangelio lo escenifican los niños.
Van disfrazados de San José, la Virgen, ángeles, un evangelista, pastores y ...dos romanos.

He visto los ensayos y creo que va a salir mal. San José es un poco tartamudo, las angelitas no hacen más que reírse, los niños han aprendido su papel de carrerilla.
"¿Posaderaposaderatieneunlugarparapasarlanoche?".

Hablan de corrido.No se les entiende nada.
...
Los dos romanos son hermanos.
Su abuelo los trae a los ensayos.
Un militar jubilado.
El mayor tiene que leer un pergamino con el edicto para que la población se cense.
El pequeño es el que da comienzo a la representación.
Tiene que tres veces una bocina. Anuncia el evangelio a cuarenta decibelios.
...
Con seis años no es fácil hacer sonar una bocina con los pulmones.
Así que el hermano Jesús le ha dejado una de esas de feria, de plástico barato con un pito dentro.
...
En los ensayos el chico lo ha intentado, pero el pitido se le escapa.
No es fácil, chico.
...
Nochebuena.
Conduzco un coche con tres angelitas parlanchinas. Aparco frente al cole y las dejo en la capilla, media hora antes de misa.
Mientras me fumo un Lucky en la acera, les veo venir.
El abuelo y los dos romanos.
El pequeño lleva una bocina en la mano.
La mira con desconfianza.
...
Bajo a la capilla. Saludo a mi Socio.EL JEFE.
...
Falta poco para que empiece la misa.
En este colegio se respira muy bien.
El aire es rotundo.
...
El abuelo se levanta y se dirige hacia su nieto. Saca una vieja navaja del Ejército Español.
Le pide la bocina al chaval.
Se pone las gafas de ver de cerca.
Abre la navaja y manipula en su interior.
Hace palanca y abre un poco la embocadura del pito.
El niño le mira con los ojos muy abiertos.
...
Empieza la misa. Ambiente navideño.
El que está ahí, es porque quiere estar ahí.
...
El hermano Jesús mira a los pequeños actores mientras mesa nervioso su perilla.
Tiene dudas sobre la actuación de los niños.
...
Llega el evangelio. El sacerdote da la entrada a los niños, que lo van a representar.
...
Un romano de seis años sale al altar.
Bocina en mano.
Y entoces pasa.
Se salta el protocolo.
Con un par.
...
Se acerca al Niño Jesús y le da un beso.
Así, porque le da la gana.
...
Luego eleva parsimoniosamente la bocina, cruza una mirada de complicidad con su hermano mayor, hace una pausa y espera.

El abuelo mira a su nieto. Cuenta hasta tres, y hace un gesto afirmativo.
...
El niño sopla con tanta fuerza que enrojece.
Los cuarenta decibelios previstos se multiplican por tres.
Los feligreses de la primera fila reciben una generosa lluvia de gotitas de saliva, provenientes de las legiones romanas.

Los tres bocinazos más fuertes que he oído en mi vida.

Limpios como patenas, y nítidos como el Evangelio de San Juan.
...
Luego, el pequeño romano anuncia:
"¡Dios ha nacido!"
...
Terminada la misa, veo cómo se aleja el abuelo con sus dos nietos; caminan por la acera gris.
Estaban compinchados.
...
No tengo ni idea de dónde reside la eternidad.
Sólo os diré, que viendo cómo el abuelo ajustaba la bocina a su nieto y cómo éste abría los ojos y le miraba, la he rozado.
...
Los tres bocinazos más fuertes que he oido en mi vida.

Limpios como patenas, y nítidos como el Evangelio de San Juan.

Hay veces que..., son los niños los que te hacen ver.

Otras..., son los niños los que te hacen escuchar.

Ana, princesa del guisante dijo...

*Enebea: lo más contradictorio es que, a pesar de creerse el centro del universo, tienen la autoestima al límite. Hacemos todo por ellos, luego, ellos creen que no serán capaces de hacerlo. Toca reflexión.

*Tita: a mí no me consuela en absoluto que los haya peor educados que los míos. Los otros me dan mucha lástima también. Insisto en que deberíamos, al menos, plantearnos qué hacemos mal, porque NO tenemos autoridad. A mis hijos un "no" no les basta, necesitan cinco noes y un alarido. Y aún así. Y yo soy de las firmes...

*MadreYMas: no, la edad no es determinante, pero ayuda. Mi madre tuvo el primer hijo con 18, y el último con 30. Mis tías empezaron entre los 20 y los 23 a tener hijos, mi suegra, con 20 también. Yo tuve el primero con 29, y era joven. No es igual. EStamos acostumbradas a hacer lo que queremos, y llega el niño y nos volcamos en él... Da como para un estudio sociológico.

*Driver: sí, pero no. Yo aprendo a diario de la solidaridad entre los niños. Dan amor a bocajarro, y son inteligentísimos, respetuosos con todos cuando quieren (especialmente cuando quieren algo) y también son fuente de lecciones valiosísimas para mí. Pero mira a tu alrededor. Las cosas se están sacando de quicio, y se nota en el carácter de los niños y de los adolescentes.
No soy la única que lo piensa, en la escuela de mi hijo el proyecto transversal del curso pasado se llamaba "Todos x todos" y trabajaban particularmente temas de educación social, como dejar hablar, escuchar, pedir por favor, dar las gracias.

Maravillosa historia... Me la quedo.

meloenvuelvepararegalo dijo...

Me debato en estos dilemas a diario. Los y las adolescentes de hoy en día a mí también me dan miedo, estaré en sus manos de aquí a unos años; espero que maduren, tarde, pero maduren, por nuestro bien. No saben frustrarse, decepcionarse, esperar, perder... y eso ayuda a ser mejor y superarse.

Pienso que aún con los y las peques se puede hacer algo. Pero si sois/somos conscientes de todo lo que no se está (no estamos) haciendo, y sin embargo no podemos remediarlo, qué pasa??
Creo que hemos llegado a un sentido (sobre)protector con la infancia que ralla lo exagerado... espero que no se me malinterprete. La edad de las y los progenitores influye? quizá sí; más que nada, el momento vital y de aprendizaje en que est@s se encuentren.
Sigamos dándole vueltas, para actuar en consecuencia.

Fátima Casaseca dijo...

Bastante de acuerdo contigo.

Mi cuñada, alemana biohistérica, tiene una hija de 6 años a la que ha estado prohibido decirle "no" durante... 5 años? Literal, esa palabra ("no") no se podía emplear. Ni te imaginas la pieza que les ha salido.

Ana, princesa del guisante dijo...

*Meloenvuelve: el primer paso para resolver un problema es darte cuenta de que lo tienes. Lee algunos blogs sobre maternidad, y verás que la gente está totalmente bloqueada por sus hijos. Y se dan palmaditas en la espalda por darles esa vida. No lo entiendo...

*mama en alemania... pues lo siento por ti, porque tus hijos cuando estén con ellos, si tienen los límites NORMALES, te cuestionarán por qué a ellos sí les dices NO.

Carme Sala dijo...

A esta generación de niños, les costará toparse con una sociedad en la que cada uno, sólo mira hacia su ombligo. Y cada vez más.

A mi me espanta el tono con que algunas compañeras de clase de mis hijas se dirigen a mi. No espero que me traten de usted, ni mucho menos, pero noto, que muchos niños no saben tratar con respeto a los mayores. A ninguno.

También me asustan las fiestas homenaje que muchos padres anualmente, les ofrecen a sus hijos, en salas de juego. Con tantos regalos como asistentes a la fiesta.
18 niños; 18 regalos.
¿Quien no se sentiría el Rey?

Feliz fin de semana,
;-)

Ana, princesa del guisante dijo...

*Mevamaleta: en la clase de mi hijo hemos sentado cabeza, y reunimos el dinero para un regalo siempre práctico (se llevan la palma las mochilas y estuches). Y es verdad que me escandaliza cómo me hablan los hijos de los demás. Si mis propios hijos me faltan al respeto, ahí es cuando no tolero. Faltaría. Besos de salud...

tomae dijo...

...hoy en en el coche, ha pasado lo siguiente: Mi Reina saca su caja de chicles, para ofrecerme, le digo que quiero uno, acto seguido, ellas empiezan a pedir...tan solo quedaban dos, los dos hemos coincidido uno para mi Reina el otro para mí. Son pequeños ejercicios de No concesión, en otras ocasiones, cedemos para dar ejemplo... seguimos masticando.

Buenas noches Princesa...Del!

Marina dijo...

¿Cielo que es P3? y una vez dicho esto y quedar como boba

¡¡¡BIENNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNN!!!

Creí que me moriría sin escuchar una madre cuerda.
Gracias preciosa, me voy a la cama bien a gusto. Ya te contaré mi reunión de padres del próximo mes.
Besisssssss

Ana, princesa del guisante dijo...

*Tomae: pequeños gestos están bien. Pero es necesario dar un revolcón a todo el sistema para mejorar en serio. Buenos días...

*Marina: alucina, hija, un niño de p3, es preescolar tres años. Ni más ni menos. No sé si estoy cuerda... pero hago lo que puedo :-) un abrazo

sunsi dijo...

Primero, pesoleta, me reafirmo con el BIEN tan largo que te ha escrito Marina. Desde luego, los hijos no vienen con manual de instrucciones pero hay algo que se llama sentido común que, con razón, dicen que es el menos común de los sentidos.

Supongo que imaginas que estoy al 100% de acuerdo con tu post. Es que parece que se va a caer el mundo si mentas la palabra autoridad. Se confunde con el autoritarismo ... Mi opinión:

NECESITAN límites. Y los límites varían según la edad.
NECESITAN orden para que ellos sepan ordenarse. NECESITAN saber lo que es bueno y lo que es malo. NECESITAN que les digamos que somos una familia y que ellos deben colaborar.
NECESITAN aprender desde pequeños lo que significa respeto con ejemplos pequeños. NECESITAN aprender que se da las gracias y, cuando algo no ha estado bien, se pide perdón. NECESITAN que les mostremos lo que es esfuerzo para que sepan valorar una comida, un regalo, esa tarde especial que les hemos dedicado y lo han pasado bien.
NECESITAN saber que hay momentos en los que se debe callar porque interrumpir es una falta de educación. Etc...

Todos los "NECESITAN" no tendrían sentido sin amor. Es más. Educarles es la forma más generosa de amar. Pasar está chupado.

El niño tirano no nace... tampoco se hace; lo "fabrican" los padres que piensan que la paternidad es realizarse, cubrir una necesidad... O los padres que juegan a muñecas con sus bebés.

Que no les pase nada cuando crezcan y lleguen a la adolescencia...

Bien por la profe. Y gracias por tu post, Princesa.

Ana, princesa del guisante dijo...

*Sunsi: "educar es la forma más generosa de amar". Si te das una vuelta por algunos blogs de madrehistéricas que se realizan, te desesperarás. Un petonet, y gracias a ti por tu "bieeeen"

N. dijo...

Bueno yo estoy muy, muy contenta de haberte encontrado y disfrutando leyéndote.
Yo creo que es una cuestión de etapas, Ana. Mi pequeña adolescéntula sabe perfectamente que no es el centro del mundo, la pequeña está convencida que si lo es...seguiré pensando.

Besos

Ana, princesa del guisante dijo...

*N. ¿Crees en las coincidencias? Llevaba 5 años sin saber de ti, y ayer Marido preguntó por ti. Me alegra que me hayas reencontrado. ¿Cómo estás, guapa?

Respecto a la niñocracia, tengo la sensación que el problema es más grande en los niños de 10 años hacia abajo...

besos a la tribu

Anónimo dijo...

Esta niñocracia en la que vivimos es un monstruo que hemos consentido entre todos. ¿Alguna vez habéis reñido a un niño, desconocido o no, ante un comportamiento negativo? ¿Y a uno de esos adolescentes que tiran una lata vacía de refresco en el autobús en el que viajan contigo? Y, en caso de haberlo hecho, ¿cómo se reacciona cuando se enfrenta a tí? ¿Cuando te espeta a la cara cualquier burrada? ¿O al progenitor, que te escupe que por qué regañas a SU niño, si es SU niño?
Jo, esto es muy complicado, pero nadie nos dijo que fuera a ser fácil. Encuentro muy cansado venir de trabajar y seguir enfrentándome a mis hijas, enfrentándome como eufemismo para corregirles, cuando no quieren cenar espinacas, cuando no me dejan hablar por teléfono, cuando me se enfadan porque no les dejo ver su disney channel de turno... en realidad no es su culpa. Lo sé, y por eso, me planto con mi "NO" en la boca, inamovible, inasequible al desaliento.
Y esto no ha hecho más que empezar...

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