© de la imagen La meva maleta

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Me gustaría estar más cerca



... y darte un rato la mano, sin decirte nada, fundiendo tus lágrimas con las mías mirando de frente al mar azul.

Mi madre... es fuerte, dices.
Mi padre... es fuerte, dices.

¿y tú?

Si no quieres, no tienes que ser fuerte. Ahora puedes, debes llorar por tu hermano. Y por ti. Hasta que no te quede ni una gota de dolor, y aparezca ante tus ojos lo mejor que tuvisteis juntos.

Y espero que la ilusión que habías recuperado hace poquito vuelva con la misma fuerza cuando la tristeza se mitigue un poco.

Siempre te he considerado casi hermana mía, ahora me gustaría poder serlo de verdad. Me gustaría estar más cerca. Mucho más cerca.

20 comentarios:

La Pintoreta © dijo...

Hay trozos y escritos que son realmente para reflexionar, muchas veces no nos damos cuanta de lo que hay siempre a nuestro alrededor.....muchos besitos rellenitos de guisantes princesa....Muak

Driver dijo...

A veces uno no adivina el futuro, ni tiene una frase para dar consuelo.
Entonces sólo se me ocurre contar un cuento.
Y procurar que sea cierto.

CEMENTERIOS

Un día me dejé llevar por la curiosidad, y visité el cementerio civil de Madrid.
Ni una cruz en las sepulturas.
Está situado en la avenida de Daroca. Enfrente del enorme cementerio de la Almudena.Es pequeño.

Allí están enterrados los que no querían o podían tener una cruz.

Suicidas a los que la Iglesia negó tierra santa por haber obrado contra el quinto mandamiento. No matarás.

Diplomáticos musulmanes, judíos y anglicanos que murieron en España, lejos de sus tierras y sus creencias.

Políticos nacionales que abominaron públicamente de Dios.

Un lugar donde resulta difícil rezar un responso.

Cruzo la avenida y visito el de la Almudena. Enorme.

Un mar de cruces. Estás en casa.

Visito la tumba de Lola Flores. Y la de su hijo Antonio.Descansan juntos. Se respira creatividad a pesar de que ya no están. Anónimos que les dejan un clavel. La escondida lágrima de una señora mayor. Un niño juega junto a la cruz.

Cierro los ojos y escucho música.
Sonidos de mi tierra.
Los de la madre. Flamenco compulsivo. Simple. Alegre.Vivaracho.

Los del hijo, Antonio. Poéticos.Modernos. Frescos.
El mar en un vaso de ginebra. Pongamos que hablo de Madrid.

El niño que jugaba entre las cruces ahora recibe instrucciones de su abuelo.

Que no te acerques a ese foso. Que si te caes ya verás tu madre.

Respiro la mañana fresca.
Aquí sí apetece rezar.

Dar las gracias a la familia Flores por los buenos ratos que nos han dado.

Reflexionar entre cruces.

Pisar los guijaros de la vida.

...
El niño que jugaba entre las cruces ya es un adulto.

Ya no está el abuelo para advertirle de los peligros.

Pero el padre de su padre le dejó en herencia dos objetos de gran valor.
Una biblia y una linterna.

Con la primera alumbra su alma.

Con la segunda dispara ráfagas nocturnas.

Hacia las estrellas.

Donde descansan nuestros queridos difuntos

Ana, princesa del guisante dijo...

*Pintoreta: ojalá pudiera ahorrarme todas las palabras bonitas. Y hablar sólo de trapitos, mocos de niños, y estrenos de cine. Pero la vida es eso, ¿no? Un beso cariñoso para tu ternura...

*Driver: esa maldita bola que se queda atragantada en el cuello y no nos deja tragar... difícil saber qué hacer con ella. Gracias por tu historia, será como un gran vaso de agua. A ver si despeja. Un abrazo

Driver dijo...

Cuando tenemos la bola en el cuello, tal vez sea el momento de pensar que somos agua.

SOMOS AGUA

Cuando conduzco tengo que tener cuidado con el hielo. Es peligroso. En la carretera o en el corazón.
Si te descuidas, lo pisas y puedes bajar la cuesta por el lado malo. Atravesando el guarda raíl.
……………….
Los cristales de hielo son puntiagudos, como los puñales; y fríos como el ámbar.
Están conformados por moléculas de hidrógeno y oxígeno. Dos y una. Como nosotros.
Somos agua, que a veces es hielo, y a veces neblina; otras mar salada.
Todo depende del sol, la mañana y los reflejos dorados.

Y somos bebés, gotas recién desprendidas.
Y somos niños, arroyuelos felices.
Y adolescentes, ríos bravos.

Y llueve y nieva.

Siendo adultos, mares azules.
Siendo ancianos, océanos.

Y creemos que cuando somos hielo, somos de piedra.
Pero nos han dado algo más.

Al darnos la vida nos dieron la capacidad acuática.

Todo depende del sol, la mañana y los reflejos dorados.

Ana, princesa del guisante dijo...

*Driver: releyendo tu historia (los cuentos tienen doble connotación, prefiero llamarlo historia) me he acordado de lo que me pasa a mí en el cementerio. Yo siempre voy a ver la tumba de una chica que falleció por un mal diagnóstico médico. Su marido, 15 años después no lo ha superado, ni la pérdida ni el mal diagnóstico.

A mí sí me diagnosticaron bien. Tres veces el mismo diagnóstico que a ella no le supieron acertar, y que me hubiese podido costar, también, la vida.

Parece que el Jefe tiene ganas de que yo viva, en agua mojada, o en suelo árido y polvoriento. Me ha dado tres oportunidades. Me siento en deuda. Carpe diem.


Ah... no me extraña que mi querida Anadelhilo sea amiga tuya.

Driver dijo...

A veces, en los hospitales, conviene estar muy atento.
Pero que muy atento.
Y dejarse llevar por el instinto.

ANGELES Y DEMONIOS

El miércoles pasado operaron a mi hija Sara.
La pequeña tiene seis años. Las pasé bien putas. Gracias a Dios todo salió bien. Bueno, todo no….; alguien tiene que ir urgentemente al taller. Urgentemente.
……………………………………………………………………….
Nunca he creído en los ángeles. Esos seres asexuados, con careto de querubines, emplumadas alas y corporeidad antigravitatoria, no son de este mundo. Ni nadie los ha visto.
…………………………………………………………………………
Miércoles cuatro de la tarde. Entro con Sarita y su madre al hospital Nuestra Señora de América, en los madriles. Para operarla hay que firmar un documento que te viene a decir, que si la niña se va de este mundo, tu único derecho es enterrarla. Así de crudo.
Como no tienes otra opción, firmas el papel. El anestesista te pregunta el peso de la niña. Intentas entrar en el quirófano, y te dicen que nones. Así que se llevan a tu hija del alma, y tú te quedas bien jodido en un pasillo. Esperando y rezando.
Bajas a la cafetería y los ves a la primera. En esos momentos de la vida, en que cada minuto es un año, tu atención se dispara y no se te escapa ni una.
Son cuatro, ocupan la mesa del fondo, junto a la salida de emergencia.
Son los Cuatro Jinetes del Apocalipsis. A saber: la muerte, el hambre, la peste y la guerra. Hoy se han disfrazado de conductores de coches fúnebres. Están en el hospital porque es su trabajo. Transportar fiambres.
Me acojono más de lo que ya estoy. Subo corriendo siete pisos. Pregunto por la doctora Alonso. Se está preparando para la operación. Me salto el control y consigo hablar con ella.
-¡Doctora, están ahí, son cuatro!
-Lo sé, siempre están ahí.
-¿Pero qué puedo hacer?
-Señor, no puede usted hacer nada.

Y te vas, y vuelves al pasillo, y lloras como un niño, y deseas que la doctora Alonso sea un ser humano feliz, y que anoche haya hecho el amor con su pareja hasta la extenuación, y que hoy sea un día muy lúcido para ella, y que no le tiemble el pulso, y que el anestesista no la cague.

Y te quedas, de pie, en un pasillo. Con cara de gilipichis.

Así que no puedo hacer nada…, de eso nada monada.
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Me bajo al parking. Desengancho la cabeza tractora de mi trailer. Maniobro marcha atrás hacia la salida del mortuorio. Saco todas las cadenas que tengo para conducir con nieve. Las armo, una tras otra, hasta formar un tirante de diez metros. Engancho un punta al eje trasero de mi Volvo. El otro extremo al eje delantero del mercedes del servicio funerario. Bien sujeto.
Arranco el motor. Sin moverme subo revoluciones. Llego a las cinco mil. Piso embrague. Engrano segunda con reductora.
Respiro, pienso en mi hija y levanto bruscamente el pie del embrague.
Los neumáticos de mi Volvo rasgan el alquitrán. Se forma un nube azul. Salgo disparado. Me siguen mis cadenas y el eje delantero de un mercedes.
………………………………………………………………………..
Hoy ese coche no se mueve ni de coña.

Aparco donde puedo. Subo a planta. Espero y desespero.

A las ocho de la tarde sale la doctora Alonso. Está sudando. No sé lo que cobrará la señora, pero hoy me parece que se ha ganado el sueldo.
Me dice que la niña está bien, que no me preocupe.
Yo la abrazo, le doy dos besos y rompo a llorar como un magdaleno
………………………………………………………………………….

Nunca he creído en los ángeles. Esos seres asexuados, con careto de querubines, emplumadas alas y corporeidad antigravitatoria, no son de este mundo.
Pero se que al menos existe uno.
La doctora Alonso.

Con unas alas blancas, rasgando el horizonte.

Ana, princesa del guisante dijo...

*Driver: en casa Dra.Jomeini verás que hay más ángeles...
Bienvenido al castillo.

Mariapi dijo...

Ana, Estoy segurísima que tu amiga siente tu cercanía y cariño. En los ratos de dolor, encontrar una mano a la que agarrarse, tan sólo para notar su calor, sin esperar nada más, es luz y fuerza para seguir.

Un abrazo, que quiere ser cálido y cercano.

Carme Sala dijo...

No hay mejor remedio que llorar, para ayudar a mitigar el dolor.
Y verter hasta última lágrima (si es que eso fuera posible) para aprender a vivir en la ausencia de un ser querido.
Hablar es muy simple, y la realidad a veces, demasiado dura.

Ojalá ella aprenda a vivir de nuevo...pronto.

Un abrazo

Ana, princesa del guisante dijo...

*Mariapi: gracias por las palabras y por el abrazo.

*Mevamaleta: seguro que sí, lo conseguirá. Con el corazón lastimado, pero cicatriza fenomenal. Un petonet

mOnTy @holasomos7 dijo...

Estas, Ana, estas más cerca de lo que crees.
Un abrazo.

Lisset Vázquez Meizoso dijo...

Una amiga como tú, está siempre cerca aún cuando no pueda rozar sus manos o darle un abrazo, no hay muchas que expresen su apoyo de la forma que tú sabes y más porque esa amiga, seguro que sabe bien, que se lo dices de corazón y que irías seguro a dónde ella esté si lo precisa. Besos.

Ana, princesa del guisante dijo...

*Monty: ya, pero 350 son muchos km... Un abrazo

*Lisset: ella también está. No se merece que le pasen cosas malas. Nunca, nadie, y menos, ella... un beso

MadreYMas dijo...

350 km con estas palabras de aliento NO son nada, Pesoletina.
Eres un encanto. Y plasmas muy bien tus sentimientos.
Un abrazo.

tu hermana dijo...

Muchisimas gracias por todos los comentarios.SE agradecen de corazon y llorar ya he llorado hasta tener jaqueca cronica.Hay que vivir con el dolor,y no te preocupes ANA te siento cerca.BEsos a todos.

draivis broter jr. dijo...

...EL ACCIDENTE,

Ayer a mi señora, uno en rojo se saltó el semáforo.
y le dio de costado, el suyo, iba sola
todo fue un susto el coche pasará por la plancha.
Ella está bien algo dolorida y aturdida... está bien.

A veces basta un segundo, para que esa luz roja, sea la última que ves...ya ven, una luz roja nos puede separar de ver la grúa, que lleva el coche al planchista, o la ambulancia que nos lleve al hospital...

De todas formas, en palacio , aunque las cosas vayan despacio, y el agua de la lluvia
moje nuestros pies descalzos...

Basta la caricia del mocho, para enjaguar el suelo. Una toalla bien remendada, aunque se manche con lejía...para secarse los pies, y continuar andando.

Recuerdo esa luz, la luz del accidente, veo la luz de este palacio, no es accidental, es real, Real y Verde, Verde Esperanza.

Acompaño a Sara, acompaño a tu hermana, la oración de siempre...el Jesusito de mi vida.

meloenvuelvepararegalo dijo...

Las palabras cuando son dichas con el corazón sí que ayudan; reconfortan algo. Luego hay que tener como aliado al tiempo, otro que también ayuda.
Ánimo para tu amiga,

Ana, princesa del guisante dijo...

*MadreyMas: ya, la cercanía no física... pero a veces, nada como una mirada, y un abrazo. Eso no tiene comparación.

*Mi hermana: sólo deseo para ti que ese dolor se haga más suave cada vez. Y me alegra que en la distancia estemos conectadas de alguna manera. Un abrazo más.

*Sucedáneo de driver, lo haces bastante bien, pero él tiene un arte inimitable. Tú también. Espero que tu Santa (que estoy convencida que lo es) esté bien. Quien a Dios tiene nada le falta, solo Dios, basta. ESta es la mía.

*Meloenvuelve: el tiempo cambia la visión de todo... mira ella lee los comentarios, ha firmado como "tu hermana". Es grande, es fuerte, es buena. No se merece que le pasen cosas malas. Jamás...

sunsi dijo...

Cómo entiendo esta necesidad de cercanía, pesoleta. Pasan cosas, duras, a gente que quieres como si fuera tu hermana. Y la voz se queda corta...también las letras. ¿Recuerdas la canción de Miguel Ríos, Santa Lucía? Dice..."el teléfono es muy frío..." Necesitas que ella sienta el abrazo infinito, el apretón de manos, un beso...

Tú te las ingenias para acortar esa distancia. Seguro.

Como siempre... estoy a tu lado para lo que necesites.

Un petó, princesa.

Ana, princesa del guisante dijo...

*Sunsita: un mogollón de almas haciendo de palillo una vez más. Esto es increíble... Un abrazo cariñoso para ti.

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