Alguien llamó de una forma inconfundible, la tuya.
Aparecieron tus ojos azules tras la puerta, inundados de emoción. Y el abrazo que me dio un vuelco al corazón... cuánto me gusta verte así.
Con la piel a jirones, y el alma en carne viva, hubo tiempo para recibir visitas, no todas oportunas, para solucionar algún que otro problema, y para hablar de cosas íntimas.
Hablamos de cómo no había que plantearse la justicia o la injusticia de la enfermedad... si las enfermedades dependieran de la justicia divina, todos los asesinos en serie morirían de un mal dolorosísimo y duradero, pero no es así.
Tú ya le has plantado cara. Has decidido que de ésta no te piensas morir. Estábamos. De aquí no te echa un maldito bicho con nombre de cangrejo. Ni una peritonitis insignificante. No hemos luchado toda la vida como jabatas para que vengan a quitarnos de aquí antes de tiempo. Del tiempo que nosotras creemos que nos pertenece... Ni hablar.
Y también de cómo ese telón tuyo, ese escaparate de fuerza que es real, pero que no deja de ser un mero trozo de tela sujeto por cuatro alfileres, y que de vez en cuando se cae un alfiler, y se desmorona... pero que luego vuelves a colgar con paciencia.
Te he dicho, porque así lo siento, que eres fuerte, y que ese es el requisito primordial para que todo se pase. Y hemos recordado juntas que hace apenas cinco años, cuando tu niña pequeña tenía aquel bultito, que al final no fue nada, pero no tenías la certeza de qué era, entonces hubieses cambiado tu salud por su enfermedad, y cómo seguro, tu madre hoy cambiaría su salud por la tuya.
Cómo me ha gustado verte, enseñarte fotos de los niños, de la casa de mi nueva amiga, a la que te he presentado virtualmente, de nuestros proyectos, los que tenemos juntas.
Estoy intentando convencerte para que retomes el arte que aprendiste de tu abuela: el encaje de bolillos. Llenaría tus horas de ese maravilloso sonido que siempre he imaginado que se parece al de las patitas de las arañas cuando están urdiendo su red. Y de paso, que tejiendo desenredes tus hilos y alejes angustias.
¿Lo ves? sólo futuro.
16 comentarios:
tal y como lo re.latas hasta parece facil.
Besos a las dos y mucho animo
Mari
Me alegro muchísimo de que la hayas visto tan fuerte y me uno a tú recomendación....yo no sé hacer encajes de bolillos pero solo por oír el agradable ruidito que producen, soy capaz de aprender!
Con amigas como tú...nunca se sentirá sola.
Petons
*Mari: bueno, pasito a pasito es menos difícil... gracias, guapa
*mevamaleta: jeje, tú eres peor que yo.... el tiqui tiqui de los bolillos, eh. Espero que todo sea bueno. ES muy duro. Besicos (¿qué tal la minicena romántica?)
A veces la ilusión (el futuro, aunque incierto tiene ese punto de proyecto animoso) mejora/ayuda más que la medicina.
Frase extraída, aunque adaptada, de la última película de Woody Allen.
Buen consejo, pues, el tuyo.
Ánimo para tu amiga.
Besos para las dos.
El futuro siempre está lleno de promesas y de proyectos. Espero y deseo que tu amiga pueda llevar a cabo todos los que se proponga, y que se saque de encima esa enfermedad odiosa.
Tu amiga y tú tenéis un gran tesoro entre manos, esta relación vuestra es preciosa.
Cuánto me alegro, Ana. Proyectos, futuo...qué buena medicina cuando el presente se hace durillo...y lo más terapéutico, el ánimo y cariño de quienes están cerquita.
Un abrazo.
*Meloenvuelve: en realidad, la que tiene que verse a sí misma en el mañana, es ella, y por suerte, ahora ya empieza a ser así. Un abrazo
*Enebea: gracias, ella siempre ha estado ahí cuando yo he tenido problemas, ahora me siento en deuda... y en realidad puedo hacer muy poco.
*Mariapi: la simple visión del mañana ya ha sido crucial. Es lo que dices, la mejor medicina, el ánimo, el afecto, la ilusión. Besos
Encaje de bolillos...ay! Bendita Abuela lo hace tan bien...
Lo del maldito bicho con nombre de cangrejo me ha hecho reir. Se lo contaré a Bendito Abuelo, que falta le hace al pobre...
Contaré: futuro del verbo contar.
"y en realidad puedo hacer muy poco"
No es tan poco, pesoleta. De poco nada.
Cuando alguien tiene un problemón de los de verdad (no las chorradas de las que nos solemos quejar), la gente de alrededor se va apartando.
Algunos porque no saben qué decir, otros porque creen que van a parecer morbosos, otros porque les importa un huevo... estar al lado de alguien que sufre es todo lo que puedes hacer, y es muchísimo para la persona que lo está pasando mal. Sentirse sola es lo siguiente peor que le podría pasar. Bastante asustada estará ya, bastantes cosas le rondarán por la cabeza en sus horas bajas (que las tendrá).
Una amiga en la que confíe es la mejor medicina en estos momentos. Una amiga, la familia, un médico amable que le dé ánimos...
y la terapia o la medicación que le hayan recetado, claro...
Un abrazo cálido para las dos.
Al final, todo irá bien.
Y si no, no es el final...
:-)))
*MadreYmas: Contarás... Contaremos. Maldito bicho.
*Enebea: gracias, eres un encanto. Un abrazo cariñoso
Es una suerte para los que sufren tener a gente como tú a su lado, de esa forma la palabra futuro es sinónimo de esperanza.
En mi pueblo habia un dicho que era aquí el mas tonto hace encajes de bolillos.
*Naranjito: gracias por tu comentario. Esperanza=futuro... qué bueno.
Yo había oído aquello de "aquí el más tonto hace relojes" :-))
Tenía tantas ganas de leer este post, gracias
*Marta: gracias a ti. Siento tu apoyo en el ascenso. Besos
Dicen que la mente es lo más poderoso que hay, si se piensa que hay un futuro, que hay esperanza, se cree firmemente en redoblar los esfuerzos por estar bien, por mejorar, por verle a nuestra vida un futuro, ya que a lo mejor es presente no es tan agradable y la salud, es sin duda una de las mayores preocupaciones que tenemos en esta vida, pues sin ella, aunque nadie la recuerde cuando están bien, sin ella, no hay nada. Besos para ti y tu amiga, de esos que saben al amor sin sus alas.
*Lisset: la mente es fundamental. Desde luego, no es lo único, no te puedes saltar el tratamiento médico. Pero sin la fortaleza necesaria, no creo que sea posible sobrevivir. Besos para ti.
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