El otro día hablaba aquí sobre mi miedo a llorar contigo, y ahora pienso que ojalá nos hubíesemos quedado a solas para llorar un rato cogiditas de la mano, para que tengas que dejar de fingir que no estás tan triste y que no tienes miedo.
Pero no estuvimos solas. Contigo estaban tu hombrecillo de 18 años, y tu amiga, a la que aquí llamaré María. Pudimos bromear sobre tu enfermedad, lo cual me pareció una excelente lección para tu hijo: desdramatizar.
Por una parte, me alegra haber coincidido con María, porque ella, como yo, rebosa energía. Parece que la vida te ha puesto junto dos personas que tienen algo que tal vez tú necesitas, y esas somos María y yo. Hablamos parecido, a pesar de que nos separan más de tres décadas, y te decimos lo mismo, y las dos pensamos que a tus hijos les falta lo mismo... o les sobra, o vete tú a saber. Nosotras haremos de muletas, una bajo cada uno de tus brazos, para cargar de ti cuando te canses, aunque también sabemos que tú no pedirás ayuda. Somos de las que rogamos a Dios con el mazo en la mano.
María te dijo que eres fuerte como un roble, y yo, por una parte envidio tu fortaleza física, tu capacidad para aguantar este embite, aunque yo sé que por dentro, ay, por dentro. Vives con estoicidad los tratamientos médicos, las condiciones del hospital, la zanahoria que te dan en todas las comidas, el no poder moverte, el no poder hacer lo que te gusta...
Pero yo temo que el querer mostrarte ante todos los demás medio serena cuando en realidad sientes pánico, no es bueno para ti. Ojalá hubiésemos llorado, ojalá.
14 comentarios:
A veces hay que llorar, y mucho, pero también entiendo que delante de los hijos uno quiera parecer fuerte, por ellos, por no hacerles sentir mal ni ver la parte negativa de la enfermedad, de la vida. Supongo que es una forma como otra cualquier de demostrar que se puede con todo, aún hay esperanza. Me encanta tu entrada, me encanta el hecho de estar ahí para una buena amiga y que la ayudes a salir adelante en tan mal momento de su vida. Espero que se recupere pronto. Un abrazo.
*Lisset: gracias por tus ánimos. Todos queremos que se recupere pronto... Los hijos, espero que sean su motor para permanecer fuerte. Un abrazo
Quizás ella pensara que ya había tenido su ración de lágrimas, aquel día.
y administrara su valor, para disfrutar de vuestra compañía.
Ojalá deje atrás esta etapa hospitalaria pronto.
Un abrazo.
*mevamaleta: espero que mejore pronto, y que pueda hacer borrón y cuenta nueva. Ya ha sufrido demasiado... Besos, linda
Soy llorona compulsiva...sé por experiencia lo que descarga llorar acompañada...pero a veces es mejor "aguantar el tipo", también para llorar hay que tener fuerzas, y seguramente tu amiga ahora tiene poquitas. Por lo que cuentas tiene el apoyo de muchos que la queréis...saldrá adelante.
Un besico.
*Mariapi: No había pensado en que hay que tener fuerzas para llorar... tienes toda la razón. Tiene muchos apoyos, le falta un cuerpo fuerte. Espero que salga. Besicos
gracias por seguir de portavoz, ya le tengo cariño! besos
*Marta: conocerla es quererla. Me doy cuenta ahora, que todo el mundo me pregunta por ella. Se me encoge el corazón cuando la veo sufrir. Gracias por tu cariño para ella. Besos
Ojalá... no hubiera que llorar nunca.
Llorar contigo seguro que es una terapia estupenda, igual que lo fue charlar de forma amena y sin dramas.
No desees haber hecho lo que no hiciste. Las cosas salen como tienen que salir.
Un abrazo.
*MadreYMas: supongo que tienes razón. Cuando tenga que salir, saldrá esté quien esté delante. Un abrazo para ti también
Pesolet. Una buena muleta. Hay momentos para todo. Llorar es sano. Hay veces que los nubarrons no aguantan más y no se soporta el bochorno. Y descarga. Y cuando ha llovido...escampa. Y huele a limpio . La tierra se ha duchado. El llanto es la ducha del alma. Reconforta. A veces -estoy de acuerdo con Mariapi- faltan fuerzas y no se puede llorar. S queda el nudo en la garganta.
Que suerte tiene tu amiga. Rezo por ella. Ya lo sabes.
Un beso, pesolet.
*Sunsi: Mi amiga no tiene suerte, si la tuviera, no estaría enferma... Su ventaja, en cualquier caso, es que no lo pasa sola, pero apuesto lo que quieras a que, hoy por hoy, tal vez preferiría tener la mitad de amistades y el doble de salud. No me extraña que se le atraganten las lágrimas.
Gracias por tu cariño, y por tus oraciones... las necesitamos las dos. Yo la extraño mucho. Besicos
Pesolet... Me encantaría una conversación sobre la "suerte"... que no es tal sino hechos que se entienden o no ...porque tantas veces no se entienden... Al cabo del tiempo parece que adquieren sentido. Sentido que no significa "ser afortunado"
Yo cometo muy a menudo un error: preguntarme por qué. No se obtiene respuesta casi nunca. Otro asunto es el PARA QUÉ. Y no hablo de oídas, pesolet. "Tolojoro".
Un beso muy especial para tu amiga y para ti.
*Sunsi: ya sé qué quieres decirme. Pero cuando he leído tu frase, me ha recordado a una situación vivida por mí. Tuve una urgencia de salud, y le dije al médico que me salvó el pellejo con un buen diagnóstico: "Qué suerte que lo hubieras visto". Y él me contestó "Suerte habría sido que no te hubiera pasado". Y me consta que él es una persona con mucha fe.
No me atrevo nunca a preguntar ni "porqué" ni "para qué". Las cosas pasan. El más listo sacará una enseñanza de ello. Se sobrevive, claro, a la fuerza ahorcan...
Un beso grande. Eres una buena persona, Sunsi. No se encuentran todos los días personas como tú y como otras que pasan por el blog. Doy gracias por ello.
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