© de la imagen La meva maleta

miércoles, 18 de septiembre de 2013

No les conocía


Yo no les conocía de nada, pero detuve mis pasos un instante cuando vi su abrazo. Quedé atrapada en su belleza. Me dio algo de pudor presenciarlo, porque era, sin duda, un momento íntimo.

Rondarían los cincuenta, los dos. Se les notaba que eran pareja desde toda la vida porque se parecían ligeramente, como lo hacen los matrimonios gastados. Ambos bajitos, de cuerpos anchos sin ser gordos, pelo corto, ropa sencilla. Gente de apariencia humilde, probablemente golpeada por la maldita innombrable. O no. Más bien era consuelo por algo, una mala noticia, quién sabe, un mal diagnóstico.

Ella descargaba todo su  peso interior sobre su hombro. Él, un hombre de los que aprendieron que llorar era de nenas, pero que en ese momento, en ese abrazo, era presencia. Lo era todo para ella. Se balanceaban suavemente en su consuelo mutuo. No se decían nada, no era necesario.

16 comentarios:

Juanpe dijo...

Es como la ficha del dominó, pero cambiando pito por alma. El alma doble. Una ficha de largo recorrido. Me gustaría tener un domino vital con todas las fichas dobles.

Ana, princesa del guisante dijo...

En ese abrazo eran más que uno, más que uno más uno.
Mucho dolor y mucha compañía en ese espacio tan reducido entre los dos.

aaana dijo...

Hay abrazos que hablan mucho...

Carme Sala dijo...

Bello...muy bello :-)

MadreYMas dijo...

Si al menos se tenían el uno al otro, ya eran más afortunados que la mayoría...

Ana, princesa del guisante dijo...

Me hubiera quedado toda la mañana viendo lo que se decían.

Ana, princesa del guisante dijo...

Te habría hecho llorar de emoción, lo sé.

Ana, princesa del guisante dijo...

Bingo. Eso es. No parecían tener nada más, pero eso era suficiente.

oles dijo...

Afortunada fuiste, pues viste en ese abrazo el alma de una pareja... y parece que era un alma doble, como dice Juanpe,y feliz por tenerse, por amarse.

dolega dijo...

Me ha gustado eso de los matrimonios gastados, sí.
Es que cuando la vida te ha mezclado con alguien, no hace falta decir mucho. Algunas veces, un roce lo dice todo.
Besazo

Ana, princesa del guisante dijo...

Se quedó grabado en mis pupilas. Por una parte sentí cierta envidia por ese consuelo y por otra, pensé que nacía de algo demasiado doloroso como para ser envidiado.

Ana, princesa del guisante dijo...

Bueno, no siempre en los matrimonios gastados se da esa comprensión...

unaterapeutatemprana dijo...

Lo que no cure un abrazo...
Un beso y por supuesto, un abrazo para ti también.

Ana, princesa del guisante dijo...

Gracias, yo también lo necesito...besos

Ses dijo...

Precioso

Ana, princesa del guisante dijo...

Gracias, Ses

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