© de la imagen La meva maleta

lunes, 1 de octubre de 2012

Subir el listón



La educación de mis hijos se está conduciendo de forma prácticamente automática, pero va por ciertos caminos que yo no esperaba encontrar. 
Solemos obligarnos a ofrecer las mejores posibilidades a cada uno de nuestros hijos sin olvidar que son esencialmente distintas personas con distintas capacidades y necesidades educativas. Tenemos algunos criterios que nos hemos fijado como esenciales: que estudien idiomas, que hagan alguna actividad que les suponga cierto esfuerzo, para que su vida no sea un "sopa, pégame a la boca" y siempre valoramos su trabajo y no sus notas finales. 
Sin embargo y por esas diferencias conocidas que acabo de señalar, nos está sucediendo que la alta capacidad del pequeño Bufón le ha llevado a adelantar curso en algunas asignaturas, de forma que tiene que esforzarse el doble. Está aprendiendo a escribir a marchas forzadas para igualar sus fuerzas con los compañeros del curso siguiente y asimilando vocabulario a toda velocidad.
Su hermano, sin embargo, ha sido más protegido al respecto. Su circunstancia personal le llevó a una vida más cómoda (las maestras que tuvo se conformaban con su mínimo, jamás le exigieron el máximo) y lo único que no se ha ahorrado es cuatro años de música en el conservatorio tras los cuales sabe mucha teoría pero no sabe tocar la guitarra. 
Hoy le he advertido de que se le acabó el chollo. Ha estado haciendo un trabajo en el ordenador y me he dado cuenta que no puede escribir nada porque no sabe siquiera dónde están las letras más usadas del teclado. 
Así que habrá subida de listón este año para los dos. Uno, porque lo necesita, y el otro, por lo mismo. Y a mí, que Dios me coja confesada, porque las peleas diarias están servidas.  

17 comentarios:

Pili dijo...

Jo crec que les baralles les tinc asegurades a diari per a que facin els deures el primer de tot!! mai en tenen ganes
Un plaer haber-te conegut aquest matí.
Petons

Ana, princesa del guisante dijo...

Pili, això de ser mare és una carrera de fons, agafem aire, que fa costa amunt. A mi també m'ha agradat de coneixer-te, espero que ens tornem a veure. Petons

PILAR dijo...

Cada hijo un mundo. Y las madres tratando de hacerlo lo mejor posible.

En mi opinión, te irá bien, porque has aprendido a conocer bien a tus hijos. No te engañas, error que cometemos muchas madres. Y tratarás de ofrecerle a cada uno lo que piensas que es mejor para ellos. En educación, comida, abrigo.....

Es duro, desagradecido muchas veces, pero te aseguro que recoges los frutos.

Mucho ánimo, las pataletas y demás hay que tomárselas con filosofía ;)

Mariapi dijo...

ainsss...como tengo el corazón de abuelica, digo que pobrecicos mios...

Pero no, en serio Ana, que haces muy requetebien, que así los quieres bien.


(Pero algún día les harás trampa y bajarás un poco el nivel¿no? para relajar...)

Ana, princesa del guisante dijo...

No sé si hago bien, lo que tengo claro es que hay que estar todo el día luchando. Ya tenemos las pataletas bastante controladas, ahora el enemigo es el escaqueo ("es que se me ha olvidado la mochila" "es que no sabía que tenía que hacerlo"...)

Ana, princesa del guisante dijo...

Ay, Mariapi, es que el que no necesita listón es el que se lo pone a sí mismo, y el que lo necesita, siempre busca cómo pasar por debajo. Aceptado el reto de no exigir tanto. Besicos

MadreYMas dijo...

Pues me parece muy inteligente adecuar las capacidades de tus hijos con su nivel de exigencia.
Demuestra varias cosas:
1. Que les conoces bien.
2. Que eres una excelente madre.
3. Que les quieres un montón.
4. Que buscas lo mejor para ellos.

Y sí... no digo que no sea duro... pero sí sé que estás haciendo lo que crees que es mejor. Y ése, Pesoletina, es el mejor criterio para educar.

Ana, princesa del guisante dijo...

Sí, el amor es la base de la educación. Ellos no me dan miedo, me da miedo, pánico, terror su mundo, nuestro mundo. Eso no tiene remedio: niveles educativos bajos, jornadas laborales paternas incompatibles con jornadas escolares, eliminación de las pagas extras que nos dan el soplo de aire para permitirnos respirar económicamente y sufragar todas las materias que hay que reforzar porque en la escuela son defititarias, rezar a diario por no perder los trabajos que nos quitan horas de ellos pero que nos mantienen a todos... Es duro, duro.

Sara M. dijo...

Vaya, esto si que es totalmente cierto.

Sara M. dijo...

Me has hecho pensar. Tengo una niña que, aparte de dificultades propias, es la ley del mínimo esfuerzo. Así que si normalmente ya hay que luchar con ella para lo básico, no me quiero imaginar para subirle el listón. Aunque seguramente me lo agradecería, y estoy segura de que puedes. ¡Qué trabajo cuesta, Dios Mío!

aaana dijo...

A mí me parece muy bien. será duro, para todos, pero será lo mejor para ellos. sin duda
efectivamente, significa que sois buenos padres, sin duda

Ana, princesa del guisante dijo...

Sí, cuesta. Pero los resultados son lo mejor del mundo.

Ana, princesa del guisante dijo...

Significa que lo intentamos con energía, al menos :-)

Inma dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
madreinargentina dijo...

Concuerdo en eso de apuntar al esfuerzo, más allá de los resultados finales. A sacar la mejor versión de uno mismo, que no siempre quiere decir ser el mejor alumno.
Pero tiendo a ver mucho en esta generación de niños, la ley del menor esfuerzo. Eso de preguntarte para qué sirve el diccionario si en dos minutos buscas un significado en google, y lo peor es que tienen razón. Tienen muchas cosas servidas en bandeja gracias a la tecnología.
Y las madres andamos desorientadas. Creo que la escuela no terminó de adaptarse a los tiempos que corren, y ellos necesitan una educación estimulante, como todo lo que los rodea. En fin...
Besos!


Ana, princesa del guisante dijo...

Perdona que haya tardado tanto en responder, se me había traspapelado. En fin, bienvenida al castillo. Cierto es que cada uno somos distintos y esa es la belleza de la humanidad. Lo difícil es adaptarse y atinar con darle a cada uno lo que necesita. Y si nos equivocamos, estamos en nuestro derecho: sólo hay que darse cuenta y rectificar.

Ana, princesa del guisante dijo...

Yo llevo algunos días tratando de recordar cómo eran mis días de escuela, y en algunas cosas se parecían a los de ellos. Lo que más ha cambiado, sin duda, somos los padres, habría que hacer una reflexión profunda sobre la sobreprotección y el esfuerzo que se exige en casa. Si eso cambia, el esfuerzo que se podrá exigir en la escuela será mayor también. Es que tenemos la mala costumbre de intentar siempre dar la culpa a los demás de las responsabilidades que desatendemos. Besos

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