Me ha sorprendido ver las dos ciudades que mejor conozco desde el ángulo que me ha ofrecido la nueva hora. No imaginaba que las calles tuvieran tantas almas antes de las 7 de la mañana. Barrenderos, camiones de reciclaje, gente con traje, maletas que traqueteaban las aceras cargadas de adioses sonoros y besos apresurados en los labios. Mis propios ojos viendo la luz distinta a la hora distinta. Pisar el asfalto recién duchado, el café con leche tomado a la fuerza fuera del momento.
La foto la he sacado de aquí.
El de mañana será el segundo día de cambio, antes de la vuelta a la rutina. A lo mejor mi mirada se habrá acostumbrado a la nueva gente, que entonces, ya no lo será.
7 comentarios:
Esas gafas que usas, me las tienes que dejar un día...a ver si consigo cambiarle el ángulo, a las calles grises de mi barrio :-)
Me alegro de leer este post a última hora del día y saber que ya estás en casa.
Nanit guapa.
Es curioso la cantidad de gente que se mueve a cualquier hora del día, incluso cuando se supone que deberían estar en la oficina. Un beso.
Entrar de excursión en otras horas, aunque sea en las mismas calles de siempre, es una aventura...¿qué paisajes y paisanajes tan distintos, verdad? Descansa, besos
A lo mejor tienes que salir a otras horas. Pero tu barrio ya me parece muy bonito, mira, mira, hay una casa de puerta verde que llena de luz todo.
Bona nit del dia després. Ja falta menys per veure't, en tinc ganes!
A ratos. Rosa, gris, chungo (¿sabes como es ese color? en catalán le llamamos color merda d'oca, no necesita ser traducido), a ratos rojo pasión y a ratos, azul cielo intenso con nubes a lo lejos. A ratos, Leles, a ratos :-)
Las oficinas nos van engullendo a todos, como si fueran hormigueros de ladrillos. Besos
Me ha gustado mucho como lo has explicado tú, en tu blog. No he podido descansar, me ha tocado repetir, y te aseguro que hoy ya tenía otro aspecto. Nos acostumbramos deprisa, no debiéramos. Besos, buen fin de semana.
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