© de la imagen La meva maleta

viernes, 30 de marzo de 2012

Color gris

*Imagen de aquí

Lo he leído en sus ojos cansados mientras hacía preguntas que parecían tan fáciles desde el interior de su bata blanca... 

-¿Quién es esta chica que te acompaña? -me señalaba a mí.
- No sé.
- ¿No la conoce? -hace tiempo que no nos conoce a ninguno, pero inevitable sentir esa punzada al escuchar la respuesta:
- No
- ¿Es de su familia?
- No... -soy su nieta, la hija de su hijo, estaba por recordarle, pero, ¿de qué hubiera servido? Si ni siquiera se acuerda ya de cuando se iba con su mejor amigo a pescar al pantano con su barca.

Y él no es el que está peor. Ahora es ella, su mujer, la que ya no recuerda, la que no es capaz de articular una frase entera, la que a penas si comprende cuando hablas.

Y me he estado fijando en los ojos del neurogeriatra que les conoce desde hace tiempo, haciendo recuento de que ya ha llegado, dándole maquillaje a las palabras para que mi tía y yo supiéramos que la cuenta atrás ha empezado, más bien, se ha acelerado.

Y luego he seguido mirando en sus ojos, los he mirado otra vez, y me he puesto en su lugar, contando siempre pequeños retrocesos a las familias de los ancianos, repitiéndonos que el proceso no tenía vuelta atrás, que no mejorarían, cómo sería, probablemente su deterioro. Que sólo quedaba... 
- Disculpe doctor, -le he cortado- que esa me la sé... ¿conoce este libro? -le he enseñado una foto de la portada de mi libro.
- Sí (sonrisa)
- Lo he escrito yo, ya sé lo que hay que hacer.
- (sonrisa) Ya lo sabes, eso justo eso es lo que necesitan, que les acompañéis, vuestro cariño.

Y me ha seguido pareciendo que su trabajo, a pesar de esa media sonrisa circunstancial no dejaba de ser de un triste color gris, porque siempre se acaba constatando la triste realidad de la vejez. Y, si bien sus tratamientos y consejos ayudan a sobrellevarla mejor, no deja de ser un viaje de no retorno. Me ha parecido un gran profesional, pero he sentido una punzada de tristeza empática por todo lo que escucha, lo que ve, lo que calla. Gracias, Doctor.


11 comentarios:

Mariapi dijo...

Ana, hoy no estoy de acuerdo contigo. Disiento con todo mi cariño. No, la tarea del médico "viejólogo" no es nada gris. Es ,( puede ser), el color y la luz para esa etapa final. Y si como explicas, ése neurólogo entiende que el cariño es terapeútico, es un médico que da luz, que tiene la capacidad de acompañar aunque sea hacia la muerte, que es tan humana y natural como el nacer.
Entiendo la escena y las emociones, porque lo vivo en primera linea, pero no son momentos grises, hay claroscuro, sí, pero una actitud u otra pueden hacer de estos años-meses-días , un tiempo de negrura o una oprtunidad para aumentar la unión, la dulzura, la paciencia, la generosidad...de todos.
Un besico especial, con cariño que quiere ser compañía.

Susana dijo...

Qué duro debe ser que ya no te conozcan tus seres queridos. Sin embargo, el otro día un médico me dijo que lo mejor era tener buena salud y poca memoria. Lo dijo en broma, naturalmente, pero a veces pienso que olvidar un poco es bueno, olvidarlo todo, no. Un beso.

Ana, princesa del guisante dijo...

Bueno, no le puse un gris merengo o un negro noche, ni siquiera el azul oscuro. Solo gris, el gris del pelo cano, el gris que acompaña las tardes de esa lluvia tan necesaria como incómoda. Gracias por esa compañía, y por tu manera de verlo. Besos.

Ana, princesa del guisante dijo...

Cuando salimos de la consulta, comentaba con mi tía que es necesario que olviden un poco, para protegerse mentalmente del fuerte deterioro físico que sufren. Son 90 años, no se puede esperar mucho más. Besos

ana dijo...

Yo... quiero pensar que ese retroceso tan sólo es una regresión hacia el interior, hacia el Todo, y que no siempre es fácil comprender... quiero ver ese silencio como si fuera magiay significado; como el recuento silencioso de cada paso, de cada sentimiento en la vida de una persona, el remirar de lo que somos, algo así como un ensimismamiento interno que es balance de vida y silencio. Algo íntimamente personal.

No sé... quiero ver introspección, sentimientos, significado, totalidad. Porque he visto que muchos ancianos no recuerdan bien quiénes son los que le rodean, pero que no olvidanlo que sienten cuando esas personas están cerca. El cariño se puede sentir...

... el no olvido de lo que importa, de lo que se quiere, aunque ya no aciertes a encontrarle el nombre.

Pero no sé... a lo mejor soy una ilusa.

Un abrazo fuerte, Pesoleta.

sunsi dijo...

Justo ayer me contaba mi hija María que una amiga tiene una abuela con Alzheimer y en fase de deterioro muy avanzado. Ya no conoce a su nieta, aunque es la nieta que más compañía le ha hecho y "más besitos" le ha dado. Fíjate qué cosa más bonita le dijo la última vez que la visitó. "No sé quién eres,pero sé que te quiero mucho"

¿Habrá comprado Clara tu libro, Pesoleta?

Un beso... que ojalá pudiera pintarse con alguna pincelada verde esperanza.

Carme Sala dijo...

Entiendo muy bien tus palabras, porque también lo vivo de cerca y sé que quién más sufre es quién está al lado del enfermo. Por suerte, la necesidad de cariño permanece, aunque se olviden de quién es, la persona que les quiere.

Igual que Mariapi, creo también que el gris, puede adquirir miles de matices, así como iluminarse llenándose de luz, o apagarse del todo, convirtiéndose en oscuridad, según como se mire...aunque nunca deje de ser gris.

Muchos besos llenos de luz, Ana :-)

Ana, princesa del guisante dijo...

Claro, la luz es lo que mejora o empeora el color. No podía ser de otra forma... y las sonrisas lo iluminan todo. Hoy he pasado la tarde con ellos, les he besado, mimado, abrazado, acariciado. El único gris que había era el plata de sus cabellos. Besos grandes

Anónimo dijo...

Hola, me has emocionado. En este caso es mi abuela la que está enferma de alzheimer. Te dejo este texto que he escrito para ella y para poder expresar mis sentimientos hacía esta enfermedad.
http://mamababyblue.wordpress.com/2012/04/27/mi-abuela-se-ha-ido/

Anónimo dijo...

http://mamababyblue.wordpress.com/2012/04/27/mi-abuela-se-ha-ido/

Ana, princesa del guisante dijo...

Lo siento mucho. TE he leído. Yo no estoy de acuerdo con la última frase que escribes "Lástima porque resultarán infructuosos todos los esfuerzos de sus madres para transmitirles el amor que dejo en este mundo para ellos y lo que significó y significa para sus hijas." Sí lo sabrán, lo aprenderán en las actitudes que tú hayas tenido hacia ella. ¿Conoces el libro que he escrito? te puede ayudar.

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