© de la imagen La meva maleta

viernes, 16 de marzo de 2012

Regreso


Coqueta, en la foto soplabas la única vela de la tarta de cumpleaños, esa que no delata tu edad. Ahora sí aparentas los años que te pesan y que se cargan en la maleta que has empezado a preparar para tu regreso. De un día a otro has bajado dos escalones y tus ojos se han velado un poco más. Las piernas no te responden como ayer, ni la mente. Sólo te queda la frase consabida, "¿Cúando volveré a casa?" que repites como un mantra por si se hiciera realidad. Y no puede ser, no se dan las condiciones que se necesitan. Es triste la vejez.

No sé cómo te veías a ti misma en el futuro cuando tenías mi edad... ¿se imagina uno en la vejez? ¿somos capaces de ponernos en el tiempo lejano y sabernos dependientes y necesitados? No lo creo. Me tranquiliza saber que has tenido una vida feliz, que no te ha faltado nada. Y qué fácil se dice. Claro que te faltó algo, algo que era inalcanzable para tu generación: la libertad. Qué moderna habrías sido si te hubieran dejado.

Admiro de ti el poder de tu silencio y de tu calma y tu capacidad de ser amable, a tu manera, con la sutileza de tu mente afilada que dice lo que piensas a bocajarro de forma discreta. No sé cómo explicarlo aquí, porque es difícil explicar cómo lo haces. O no. Algunos dicen que yo también tengo esa habilidad.

Me miré en tus ojos la última vez que te vi y, entonces, sentí el cambio en ti, el definitivo, el que te apartará de mí por siempre. Creo que lo supiste tú también, porque me miraste con ternura y dijiste:

-Eres muy guapa...


20 comentarios:

Unknown dijo...

Cachis en la mar... no me digas esas cosas, que estoy muy blanda y me pica el arde el pecho...

Biquiños pesoleta, es dura la vejez, es dura...

Susana dijo...

Es triste cuando cada día ves como se están yendo las personas a las que quieres. Un beso.

unaterapeutatemprana dijo...

Llevo un rato intentando escribir un comentario y todo lo que se me ocurre me suena vacío al lado de la belleza que has escrito tú. Cada día te superas. Un beso.

PILAR dijo...

tan sólo quería decirte que entiendo cada palabra que has escrito. Que la vejez es dura, que su camino lo es aún más. Que no somos capacer de imaginarnos en eses tramo de la vida. Que es uno de mis grandes temores. Que superas con creces lo que mi corazón siente en estos momento. Que se me ha encogido.

Y ya te he dicho demasiado. Gracias, buen finde

PILAR

meloenvuelvepararegalo dijo...

Pues creo que no, no nos imaginamos viejos y dependientes... y no nos damos cuenta de que no estamos preparados para asumir esas pérdidas y que no seremos como somos, y de repente nos sorprenden.
Seguir sintiéndose coqueta a esa edad ya es mucho, y verse rodeada de vosotros, lo mejor.

Ana, princesa del guisante dijo...

Sí, niña, es duro, muy duro, mucho más para ellos que para quienes les acompañamos. Besos, guapa.

Ana, princesa del guisante dijo...

Eso es, se están yendo, el camino de regreso es largo y tortuoso. Besos.

Ana, princesa del guisante dijo...

Gracias, me cuesta mucho elegir las palabras cuando trato temas tan delicados, a veces se me atascan en el nudo de la gargantas. Besos

Ana, princesa del guisante dijo...

Pilar, parece que todos los que tenemos a personas mayores alrededor sufrimos lo mismo, sufrimos igual, es duro reconocerse en cada palabra, cuando éstas son tristes. Buen fin de semana, gracias a ti.

Ana, princesa del guisante dijo...

Gracias, fíjate que a pesar de tenerlo todo, incluso compañía, se sienten inmensamente solos. Tan triste es el camino...

laura dijo...

L ' altra dia, vaig anar a recollir la sogre com cada dia al centre de dia. Tothom em saluda i criden a la sogre " corre que te vienen a buscar!! " L' altre dia una dona em va donar la ma molt fort. I jo li vaig somriure. Em va dir "Agárrame que me voy porfavor! ". Al ser un centre de salut mental, no li vaig donar importancia. Li vaig fer un petó i una rialla i vaig marxar amb la sogre. Aquella nit va morir. Porto dos dies donant-li voltes. La vellesa, ha de ser molt dura i sentir que t' has d ' acomiadar ha de ser l' acte més valent del món...

Ana, princesa del guisante dijo...

Laura, jo crec que se'n va anar amb el teu petó i la teva rialla, qui sap si era capaç d'intuïr la vida dins teu. Fixa't, tu ets just a l'altre extrem del camí, en aquell que es fa la maleta per venir, m'emociona pensar-hi.

MadreYMas dijo...

Jolines, Pesoletina... se sienten solos porque el camino ese sin retorno, se hace siempre en solitario... y es un fastidio, la verdad.
En algo tienes razón, desde luego los que lo pasan mal son ellos...
Si te he entendido bien, su desgaste mental le juega malas pasadas... quizás envuelve en una bruma también su camino hacia el otro lado...

Tita dijo...

Seguro que su vejez no la vive tan dura...porque te tiene alrededor. Y eso es bueno.

Mariapi dijo...

Sí es duro, pero es una realidad que sabemos segura. Tal vez ellos no la vivan con las mismas dimensiones con las que medimos cuando uno es joven. Cuando tenía treinta años también me parecía "tremendo" vivir las circunstancias de la madurez, la etapa en la que los hijos dejan la casa, y sin embargo, ahora que estoy en esas, veo muchas posibilidades y felicidad también en cada día. Tal vez deberíamos pensar más a menudo que la etapa definitiva no es el esplendor de los 40, si no llegar al desprendimiento de la vejez...no sé, da mucho que pensar.
Un beso, creo que contar con el cariño de los propios es el mejor modo de vivir cualquier etapa, en especial la final, y seguro que cuenta con el tuyo ¿qué más se puede pedir?

Ana, princesa del guisante dijo...

Cuánto me gustaría poder volver hacia su tiempo bueno, cuando yo era apenas una niña y ellos lo eran todo para mí. Me gustaría que mis hijos les hubieran conocido en su esplendor... Lo que le sucede es que se hace mayor, muy mayor, porque lo es.

Ana, princesa del guisante dijo...

Ojalá mi compañía, que es poca, le sirva para sentirse mejor. Me gusta tener su cariño y que ellos sientan el mío.

Ana, princesa del guisante dijo...

No sé cuál es la mejor época de mi vida. De hecho, siempre me está pareciendo que estoy en la cresta de la ola... Y la vejez, me asusta, pero no tanto la mía como la de los míos. Ellos no sienten su dependencia, de hecho, se extrañan cuando nos anticipamos a sus necesidades. MI abuelo lleva tres años en silla de ruedas, pero si le preguntamos cómo se iría a casa, dice que caminando. Qué difícil. Gracias por tu cariño, me gusta cómo lo ves todo, la luz que me das. Un beso grande

Carme Sala dijo...

Ay Ana, qué duro es ese: cuando volveré a casa...si yo te contara...

Un post muy bonito y tierno Ana; aunque con un poco de retraso, aquí te dejo dos abrazos; uno para esta frágil y a la vez gran mujer.

El segundo es para ti, que tanto has aprendido de ella.

Ana, princesa del guisante dijo...

Gracias por los dos abrazos. Cuando escribía me acordaba mucho de ti, de esos escalones que se bajan de cabeza hacia ninguna parte. Tenemos mucho que aprender de esas mujeres de otra época que nos dan un gran ejemplo. Besitos a la tuya, y a ti.

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