© de la imagen La meva maleta

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Libertad y educación

¿Hasta qué punto nuestra educación nos resta libertad? 
A veces me gustaría poder decir lo que me apetece y no puedo, porque sé que no debo. Así de simple. Alguien conocido, cercano o no, tal vez un vecino, alguien con quien tropiezas en tu vida puede decirte algo que te molesta, puede entrometerse en tu vida, darte un consejo que no has pedido, faltando al respeto y menoscabando tu opinión y tú, por la educación que has recibido, en lugar de soltarle el soplamocos que se merece, te callas, tragas quina y esperas de todo corazón que no te salga una úlcera. 

Así que la balanza de la libertad suele estar decantada del lado de los menos cautos, de los que tienen peores modales o de los que carecen en absoluto de vergüenza. 



Alguien cercano a mí no me traga. Lo sé por la cara de hastío cuando me ve, por su lenguaje corporal, porque no se molesta en quitarse las gafas de sol cuando está hablándome. Lo sé porque coloca la silla de espaldas a mí si puede, lo sé porque no se molesta en esforzarse a ser, al menos, amable o simplemente actuar con corrección. Yo comprendo que no me trague, no se puede gustar a todo el mundo, no lo pretendo. Yo soy educada con esta persona porque creo que debo serlo para no molestar a los vínculos familiares que nos conducen a vernos dos o tres veces al año. 

Algún día me hartaré lo suficiente para decirle que yo tampoco la trago pero que, por no molestar a los que tenemos en común, procuro fingir cordialidad. Soy menos libre, pero soy muchísimo más persona.


13 comentarios:

tomae dijo...

...No creo que la educación y la libertad sean incompatibles Princesa Del, en el caso que nos ocupa E. es una forma de expresar nuestro comportamiento fruto de unas reglas aprendidas, adquiridas, y ejercitadas porque en algún momento las hemos escogido libremente y libremente las utilizamos... ¿vale esto para bodas bautizos y comuniones? Bss!

saly dijo...

En estos casos, yo soy hipócrita y cordial, porque me dan tan igual, que no merecen ni siquiera que les diga lo que realmente pienso de ellos.
En mi tierra se dice " no hay peor desprecio que el no hacer aprecio" ...directamente finge, y pasa.
A cuidarse corazón!!

sunsi dijo...

Yo creo , pesoleta, que quien es realmente libre es el que actúa como quiere, que no es lo mismo que como le "sale" o "le apetece".

Como la libertad va íntimamente unida al entendimiento y a la voluntad, es más libre el que es capaz de sopesar, saber las opciones con las que responder a determinados estímulos y actuar en consecuencia porque así lo considera más conveniente.

Igual es un rollo teórico que no te sirve...

Peor explicado, pero más o menos es lo que ha comentado Tomae.

Suelo sacarme el sombrero ante las personas que no entran al trapo.

Un beso, Princesa.

MadreYMas dijo...

Pues yo creo que libremente puedes decir, con toda la educación del mundo, lo mismo que has expuesto aquí.
Tu entrada no ha sido maleducada, pero sí ha sido escrita con total libertad, verdad?
Pero ya sabes... yo soy vehemente y políticamente incorrecta (y demás, me pierden las formas y un montón de cosas más que con los años se van acrecentando).
Estoy segura de que tú no has sido maleducada nunca, ni aun proponiéndotelo.

Mariapi dijo...

Lo que nos "hace personas" es el actuar libre...y creo que eres más libre precisamente por ser educada, por no estar "esclavizada" y "sometida" al primer impulso, a la respuesta"animalizada" y sabes sobreponer la cordialidad, la sonrisa y buenos modales a una mala cara.. eso cuesta.Eres más libre porque eres más educada...y sabes querer, porque lo haces por el cariño que tienes a otros. Besotes

paterfamilias dijo...

A mí me parece que no es incompatible la libertad con la educación recibida. ¡Al revés! Como ya te han dicho otros/as, es más libre el que actúa con educación porque no se deja llevar por el instinto (que en el caso de la persona que describes, te llevaría a soltarle una fresca), sino que libremente decide ser educado/a

Ana, princesa del guisante dijo...

Tomae: vaaale, vaaaale, a poner careto en las celebraciones. Buf.

Saly: no recuerdo haberte leído nunca, así que te doy la bienvenida al castillo. En cuanto a lo de la indiferencia, suele ser buen antídoto.

Sunsi: que quede entre nosotras, pero a veces envidio a la gente que puede decir lo que les pasa por la boca así, a saco, ya sabes, aquello de más vale una vez colorado que ciento amarillo.Besos

MadreYMas: yo quiero ser como tú.... ya sabes cuánto te admiro. Pero a veces es mucho más cómodo ser políticamente correcto. Y ahí es donde te pudres. buf. Un besico

Mariapi:Ay, sí, cuánta razón tienes. Pero qué a gusto nos quedaríamos si pudieramos decir siempre lo que nos pasa por la cabeza, eh, sin medias tintas. Ahora, más de uno se escandalizaría jajaja Besicos

Paterfamilias: yo creo que a veces la educación nos corta las alas demasiado , de forma que deberíamos poder decir las cosas sin mordernos tanto la lengua y sin perder los modales.

Marta piesdescalzos dijo...

Deja de ser princesa por un día, le sueltas toda la basura, te quedas bien relajada y taaaan ligera...y luego retomas la educación. No sé, es que tanta sensatez a veces asfixia... Dudo de si serás más o menos libre, pero seguro que te quedas como nueva y te evitas una úlcera!
Besos!

Carme Sala dijo...

Creo que cuando el que ofende, lo hace llevado por la libertad de actuar y mostrar sin disimulo una actitud que nos desagrada, deberíamos, poder ser igual de libres, para poder demostrar que eso nos duele.
Quizás no sea tan importante, qué decimos, sinó cómo lo decimos.

Por experiencia propia, cuando me muerdo la lengua para no ofender a quienes me ofenden, acaba siendo peor...y el agravio se hace cada vez mayor.

Aunque, eso sí, no es nada fácil...te entiendo perfectamente :-)

Besotes

Raquel dijo...

Pues esto es lo que me pasa a mi con mi suegra... qué le voy a hacer, en mi caso es ella. Y sí, me he mordido la lengua hasta que ha salido sangre para no decirle (por respeto a ella, su edad y a mi marido) lo que pienso.
Ayer mismo se lo contaba a mi media costilla, que a partir de ahora (para que no me salga una úlcera) voy a escribir lo que realmente quiero decir... después él podrá ver lo que quería contestar y lo que realmente dije, para que vea con cuantas ganitas me quedo siempre, jajaja!.
Ainsss! si yo también digo lo mismo: Llegará el día... pero, somos más educadas que todo eso... Yo he aprendido a ignorar (entre comillas) todo lo que dice y hace, yo no te gusto pero no te creas única, tú a mí tampoco... y como la vida da muchas vueltas y termina poniendo a cada quien en su sitio, me sentaré tomando un cafelito, a que llegue ese momento... que llegará, estoy segura...
Un besazo y nada, digna siempre! que no hay mejor desprecio que no hacer aprecio (Gracias abuela a todos tus refranes que de verdad son una maravilla, jajaja!).

DORAEMON dijo...

Para estos casos lo menjor es no hacer ni caso. Solo el ignorante critica lo que no conoce.
Un abrazo !

Ana, princesa del guisante dijo...

Marta: te lo vuelvo a decir: eres mi idola. Besos grandes

Mevamaleta: me alegra no ser un bicho raro... te lo digo en serio. Y sí, es verdad, deberíamos ser más lanzadas. Yo estoy practicando, eh. Fins ara, shica.

Raquel: de los refranes, me quedo con el del un colorado por ciento amarillo. Pero lo que dices está bien: el blog es una buena válvula de escape, y yo a veces lo utilizo :-)

Luis: gracias por tu consejo, creo que la próxima vez no me saldrá úlcera :-)

TC dijo...

Sabes? yo tambien conozco a gente que no me traga, y tampoco se muy bien la razón. Tambien he sufrido esa sensación incómoda, y esas malas contestaciones, sin educación alguna, a mi forma de ver. Y yo tambien reacciono como tu... intento mantener las formas, a pesar del daño.

No se si sería mejor decirle cuatro cosas bien dichas (por supuesto sin faltar el respeto, como ellos hacen), pero mi forma de ser es la otra. No me cuadra montar pollos. Quizá esté equivocada, pero para mi denota más clase y más educación nuestra forma de ser, a la otra.

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Por favor,

Si algo de lo que expongo aquí te molesta, te pertenece, o habla de ti y quieres que lo borre, tan solo tienes que pedírmelo. Nunca quise ofenderte, ni plagiarte, ni molestarte...
Este es un espacio de libertad y, sobre todo, de respeto.