Las manos de los niños, en el lugar en el que me crié, estaban acostumbradas a tocar hierba, y tierra, mariquitas y lombrices, a oler a alfalfa recién segada y a verano. A calmar una picadura de avispa con barro, a llevar las uñas negras, a conjunto con las rodillas. No recuerdo haber llevado pañuelo, ni una bolsita con una botella de plástico con agua. En cambio, sí recuerdo haber bebido de un grifo y haberme lavado las manos en una acequia.
En nuestros paseos, humildes amapolas, como éstas, nos servían para jugar. ¿Cómo?
Pues aquí tenéis la solución:
CÓMO FABRICAR UN OBISPO (O CARDENAL) CON UNA AMAPOLA.
En realidad, necesitáis dos. Una de ellas nos servirá para la cabeza.
Para ello eliminamos los pétalos rojos y nos quedamos con la parte central, la cápsula que contiene los óvulos.
La otra flor deberá estar aún cerrada, como la que veis a la izquierda de la foto.
Os recomiendo que recurráis a la ayuda de las manos de alguien experto en manualidades, aquí, Marlin, con sus uñas ¡¡sin morder!! (lo está dejando, felicidades, hijo)
Bien, el colaborador, con muchísimo cuidado, separa los dos sépalos...
y tira con cuidado de los pétalos que están escondidos en su interior, que van a ser los faldones de nuestro sufrido "obispo" o "cardenal".
Como podéis ver en la foto superior, los sépalos, que ahora están abiertos, conformarían la capa del prelado. Sólo nos falta darle una cabeza. Para ello, introducimos la pequeña porción de tallo que hemos dejado en el capullo de la amapola, en la parte inferior de la cápsula.
Esta acción requiere la habilidad y destreza de las manos de un chico grande, como mínimo de tercero, o cuarto. Pero para posar para la foto final, os sirven las manos de uno de primero, como éstas.
Bueno, nuestro cardenal nos ha salido muy moderno y ha optado por la sotana en color magenta, en lugar de la clásica más oscura, pero no está nada mal.
Feliz primavera, ¿os la estáis perdiendo?
21 comentarios:
Ala!!! Q chulo !!! Lo voy a poner en practica tan pronto pueda.
Nosotros jugábamos a: - ¿Cardenal o monja? Para adivinar si saldría morada o blanca.
Besito.
¡Propongo recopilación de juegos de campo!
Gracias por tu aportación...
Petons
Que recuerdos…
Los paseos en bici, los campos llenos de amapolas, o alfalfa, o cebada, los árboles en los que nos subíamos, los jerseys gordos en invierno sin abrigo, el olor a chusca (chimenea). Cuando se avecinaba tormenta y decíamos que olía a "pajarito mojado".
Y todo, sin ningún tipo de miedo, ni nuestro, ni de nuestros padres…
Que tacto tan suave tenían esos pétalos de amapola…
Yo no tengo infancia campestre... pero de arena, conchas, trepar a las rocas a coger caramujas, remar en una tabla, saltar olas, distinguir mareas, nina puedes estar en el agua hasta que la boca se te ponga azul, paseos por el pantalán, mirar las bacas en el muelle, ver los yates con prismáticos para aprender las banderas, carreras Hasta el faro y visitas a la lonja al ver llegar los barcos para comprar la cena... tengo bastantes historias!
Hacer una bola de "apeaeras" (como se dice en mi pueblo o bardanas, que dicen los que saben de plantas) para tirárselas a las chicas al pelo, ¿vale o no? Si tu respuesta fuese negativa, te ruego el correo personal de Merlín.
Amb aquest excel.lent tutorial, sí que m'hi veig amb cor! :-)
Per cert, els teus models, són de primera!!!!!
Petons, als models i a la mestra.
... el tacto, y aquel olor.
Me encanta explorar el mundo con ellos.
EStá bien. Propongo intercambio. Me gusta tu infancia.
Vale. Pero la venganza femenina está asegurada.
Ya os apañaréis, ¡inmaduros!
Només et faltarà trobar roselles...
Petonets a tots.
Eso si que es un tutorial chulo!!!, me ha encantado. Yo he hecho muchos cardenales de esos, y mi infancia también ha transcurrido en la calle, en el campo. Me encantaba el olor a verano, y el barro fresquito en la picadura de avispa. Besos
Oles
Jo, lo que me perdí. Mira que habían amapolas y nadie me enseñó. Nunca es tarde para hacer cardenales... Nosotros hacíamos colonia con lavanda y saquitos para los armarios. También pintábamos piedras y troncos con formas raras; mi abuelo hacía bastones preciosos que aún conservamos. Buscábamos fósiles, carlinas para colgar en la puerta y piñas que poníamos al horno, mmmm, negros de piñones todo el día.
Quieeeeero volver!!!!
Felicita a esas uñas sin morder!!!! sé lo que cuesta,
besos Princesss
Quins records!! jo si que n'havia fet i també ens entreniem obrint-los per a veure de quin color sortien i feiem apostes.Eren altres temps, semblo una vella!! ja,ja. Com molt bé dius no teniem kleenex, ni l'ampolleta de l'aigua però ens ho passavem pipa amb qualsevol cosa. Un joc molt divertit i que he posat en pràctica amb les meves filles és la cursa de vaixells fets amb les fulles de les canyes, les deixavem caure al "braçal"(tota la vida que ho dic i no sé ni com s'escriu) i després els anàvem seguint a veure quin aconseguia arribar primer.
Petonets i gràcies per refrescar tots aquests records.
Qué chulada.
Mi infancia tambien está llena de bloas de nieve, trepar por caminos de piedras rojas, jugar con hierbas, curar con hojas carnosas los picores de las hortigas, todo el dia en la calle, jugando, jugando, jugando...me siento muy afortunada.
Gracias Ana,
Madre mía, ¡¡qué apañada!! ¿¿qué harás con un diente de león?? :)
Un abrazo, siempre es un regalo leerte.
Oles, habríamos podido jugar a las cocinitas, con barro de verdad en lugar de papilla.... Mmmh
Estamos orgullosos de él. La lavanda no se encontraba antes por aquí, me hubiera encantado!
Besoso
Les curses de fulles a les 'secles' eren tot un clàssic!
Gràcies a tu per venir.
Uy, la nieve aquí era una mera entelequia, qué gusto.
Gracias, guapa
Un diente de león... Pues esperar a que se haga un angelito y soplarlo, claro ;-)
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