Tenía el tamaño ideal para convertirse en cortina para la pequeña ventana, pero estuvo guardada en una caja más de una década.
Sólo le echaba un vistazo de vez en cuando, al toparme con ella en los cambios de temporada de armario. Nunca recordaba su contenido y, al abrirla, me asaltaba una punzada del sufrimiento sentido entonces. Nada, apenas un segundo. Más de 10 años de alegrías han logrado borrar la tristeza. Nada queda ya del invierno que bordé aquellas sabanitas de hilo que quedaron sin niño. No pude ponerlas en la cuna de mis hijos, porque no les pertenecía. Era la única posesión de aquella criatura que no fue.
Sólo le echaba un vistazo de vez en cuando, al toparme con ella en los cambios de temporada de armario. Nunca recordaba su contenido y, al abrirla, me asaltaba una punzada del sufrimiento sentido entonces. Nada, apenas un segundo. Más de 10 años de alegrías han logrado borrar la tristeza. Nada queda ya del invierno que bordé aquellas sabanitas de hilo que quedaron sin niño. No pude ponerlas en la cuna de mis hijos, porque no les pertenecía. Era la única posesión de aquella criatura que no fue.
Ya no hay sufrimiento, ni siquiera dolor. Es hora, pues, de aprovechar la oportunidad de darle un sentido a la labor que entretuvo mis manos, y que, hoy, tiene este aspecto.
Me ha sorprendido ver la delicadeza del trabajo que hice, habría sido estúpido dejarlo, también, muerto en un armario.
8 comentarios:
Has hecho bien en aprovecharlo. ese niño q no fue seguro q os mira desde alguna parte. Y si las cosas no hubieran sido así no tendrías a Marlin y Bufón: simplemente no serían ellos
Tú labor, como siempre, preciosa
Qué bonito!! :O
Eso lo sé con seguridad, ellos son los que tenían que ser, y son perfectos. Y la cortina... pues esto contenta, la verdad.
gracias!
Dicen que la energía ni se crea ni se destruye...solo se transforma; ¿y qué son sinó, los sentimientos?
Precioso trabajo, Ana, digno de ser mostrado a tantos ojos, como sepan admirarlo.
Gracias por compartirlo, igual que tus sentimientos :-)
Petonet.
Siento tu pérdida. Un beso.
Espero que cuando la veas en directo te guste todavía más. El conjunto con el espejo art decó que fue de mis bisabuelos es espectacular. Vivir es ver volver, ¿no?
Petons.
Susana, a veces las cosas no son lo que parecen. Aquella pérdida trajo un encuentro. Aquella sábana, una cortina. Perdemos y ganamos, es ley de vida. Besos
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