Le he copiado (sin su permiso) la imagen a este blog, porque me ha gustado mucho. Está firmada por Cedeño, que no sé quién es, pero le felicito por su imaginación. El autor del blog trata de hacer un estudio sobre si ha habido un incremento de la tasa de suicidios.
Yo leí una noticia hace algunos días, aunque no recuerdo dónde, que afirmaba que con la crisis ha disminuído la tasa de suicidios. ¿Paradójico? Con la crisis en teoría sufrimos mucho más y el desespero podría conducir a alguien a tomar la decisión de poner fin a su vida. No dudo que haya casos así, de hecho, alguna pobre víctima de la impotencia se ha quemado a lo bonzo hace pocos días.
Pero también nos devuelve a la condición innata de la mera supervivencia. El hecho de tener que luchar para sacar adelante a nuestros hijos, por encontrar un trabajo con el que mantenernos, por lo que realmente es importante, debe liberar a las personas de los fantasmas internos que acechan a los suicidas.
Eso, o como decía un profesor de mi marido, o es que ya no quedan suicidas como los de antes. Será.
10 comentarios:
Tal vez es que ahora sólo nos agobiamos por lo realmente importante. un beso.
Sí que suena paradójico y también es verdad lo que dices, tal vez ahora el instinto de supervivencia aflora más que antes... tal vez como Susana dice ahora nos agobiamos por lo de verdad importante y con un millón de cosas más... yo nunca he sabido, ni he entendido como alguien toma una decisión así, qué debe pasar realmente por la mente de una persona que toma tal decisión...
Sabes qué?... a raíz de tu entrada mi marido y yo hemos estado debatiendo si es un acto de cobardía o de valentía... tomar la decisión de acabar con tu vida es no enfrentarte a un problema o varios, pero sí te enfrentas con el hecho de ponerle fin a lo más preciado que tenemos, la vida...
Yo hoy en día sé que mis hijos son más importantes que nada y que nadie les querrá como los quiero yo, y ante eso, haría lo imposible por sacarles adelante, y eso significa que debo luchar y luchar por darles todo lo que se merecen, no rendirme!.
Estoy segura de que lo que dices es bien cierto; Siempre había asociado los altos índices de suicido a los países más ricos.
Tiene su lógica.
Petonets guapa!
Al leer tu entrada he pensado que las penas imaginarias, las que nosotros mismos montamos y engrandecemos son las más negras y peligrosas, hacen sufrir de un modo egótico, enroscándose en ellas mismas...cuando las dificultades y pesares son reales, creo que llevan en su misma realidad la fuerza para acometerlos y darles sentido...no sé si tiene mucho que ver con el tema, pero es lo que me ha sugerido, tal vez porque en el fondo el suicidio es un modo de reclamar protagonismo, de un modo desesperanzado y terrible.
Un besico, interesante post, Princesa.
Es lo que yo pienso, Susana. Besos
Yo pienso que no todas las personas que deciden suicidarse lo hacen por las mismas causas. Siempre pienso que es por cobardía. Al fin y al cabo, si el suicida reúne algo de valor no es precisamente para afrontar lo que sea y ponerle solución. Y si uno tiene hijos, aún lo entiendo menos.
El ejemplo de los países más ricos es muy claro. Un beso enorme.
Me parece muy gráfico eso de la autodramatización de las penas de uno hasta el infinito... que en realidad es el propio fin. Es un acto de egoísmo, el más grande: yo acabo conmigo y a los demás que les zurzan. No estoy tan de acuerdo con lo de reclamar protagonismo, algunos creo que lo hacen simplemente por desaparecer. Besos
Es un tema delicado...otro día habrá que hablar de la figura del pez, ¿es un optimista mal informado?...
Un beso.
Será.
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