© de la imagen La meva maleta

jueves, 1 de marzo de 2012

Exceso de cargas




Llevo algunos días escuchando, observando a mi alrededor, incluso midiéndome a mí misma como viéndome desde fuera.

Y he llegado a la conclusión que nos está ganando el pulso el desánimo. Así, en general. La esperanza se disuelve como un azucarillo, la fatiga se levanta antes que tú, incluso los niños se quejan por lo deprisa que les pasa el tiempo, que no pueden, apenas, jugar.

Mis amigas pasan por momentos duros, mi familia también, la vejez de los míos muestra su poder implacable sin piedad. Está la vida estancada en un sinsabor.

Mi optimismo incombustible está siendo doblegado hasta su punto de máxima tensión. A ratos, solo siento el peso de la carga que llevamos todos a cuestas. Y eso que no me falta salud, ni trabajo (de momento), ni amor. Así que imagino cómo se sienten todos los que carecen de algo de eso.

Necesitamos que nos pase algo bueno. Ya.

24 comentarios:

Dàmaris Garcia dijo...

afirmo. AFIRMO. Estoy llegando al límite. O algo cambia o me voy a quebrar. Un beso princesa.

unaterapeutatemprana dijo...

Tendremos que seguir luchando por "sacudirnos" como en la famosa fábula del burro y el pozo... http://www.rafamontoya.com/2006/07/la-fbula-del-burro-y-el-pozo.html

Ana, princesa del guisante dijo...

Dámaris, lo siento tanto, siento que tengamos que estar así. Besos grandes

Susana dijo...

A veces el desánimo no es proporcional a la situación. Creo que algo así sucede en estos momentos, tal vez alimentado por algunos. Un beso.

Ana, princesa del guisante dijo...

Eso es lo que nos agota, seguir luchando. Luchar por todo, que no salga el sol por ningún flanco.

Ana, princesa del guisante dijo...

Susana, yo creo que sí es proporcional. Te hablo de gente a mi alrededor con familiares muy enfermos, con muchos gastos, con pérdidas de trabajo, con problemas graves. En mi caso personal, no hay nada de eso, pero mi empresa está cada día cuestionando "el contenido" de mi puesto de trabajo, ya sabes, aquello tan desagradable de "no es que te esté amenazando"... chica, no sé, lo alimenta la realidad pura y dura. Besos

MadreYMas dijo...

Pesoletina... pues así es.
No tengo nada más que añadir, y también me uno un poco a la sensación de desánimo... en primera persona, y ya sabes por qué.
En mi caso, lo que más me apetece hacer es irme de viaje a un país lejano y olvidarme de todo lo malo que me rodea... a mí y a mi familia.

Clidice dijo...

costa dir res en aquests casos, però som dos que ens vam fer una promesa: quan ens despertéssim al matí, abans de començar a pensar en totes les coses amb les que hauríem de lluitar cada dia, mirar-nos, somriure i pensar en la fortuna d'haver-nos despertat a l'hora. sé que si ets dos és més fàcil, o potser és que fa anys que vaig aprendre a acompanyar els aconteixements, no a lluitar-hi. en qualsevol cas, una abraçada per si convé tenir-ne en remanent :)

Carme Sala dijo...

Després del comentari de la Clídice, poca cosa puc fer més, que estar totalment d'acord amb ella...és a dir, esperar que passi la tempesta i sommiar que aviat, torni a sortir el sol :-)

Això sí...que d'abraçades, no ens en manquin!

Mariapi dijo...

Ana, es verdad que hay una "carga general" consecuencia de muchas cargas particulares. Cada uno con su cadaunada. A lo mejor es el momento de darnos cuenta que vivir nunca ha sido facil para niguna generación, dificultades muy grandes han tenido otros hombres y mujeres...estoy convencida de que la Esperanza hace fructificar el sufrimiento cuando se le sabe encontrar sentido. ¿Quien ha dicho que vivir sea fácil?. No es por optimismo bobalicón, pero estoy convencida de que incluso en las situaciones más tremendas hay algo de bien, sobre todo cuando sirven para acompañarnos y enseñarnos a querer mejor. Un besico, Princesa.

N. dijo...

Yo con mi cadaunada, como dice Mariapi (te la robo porque me ha gustado mucho la expresión) descubro en medio del desaliento general que a mi me crece el optimismo.
Oigo que en mi sector sobran 50.000 empleados y no pierdo el sueño, la empresa de mi costillo se ha reducido en tres años a la mitad y tan fresca...Lo pensaba el otro día y bauticé mi optimismo como "suicida" porque de golpe la vida me puede dar en toda la boca, pero es que estoy cansada de estar cansada,triste y aterrada que ya no doy más de si, sólo me queda remontar y en ello estoy.
Besos guapa.

Ana, princesa del guisante dijo...

Me temo que cuando uno se va, se lleva el desánimo consigo, niña. Habrá que apechugar.

Ana, princesa del guisante dijo...

Nosaltres som 4. Les nostres criatures necessiten també la nostra rialla, i l'abraçada me la deso al pot, m'anirà bé. Gràcies! No deixo de valorar tot allò que tinc, el que em fa por és el fràgil equilibri en que està tot.

Ana, princesa del guisante dijo...

Si que surt el sol cada dia. Jo ho veig, ja t'ensenyaré la foto de l'alba d'avui. Gràcies també per recordar-m'ho. MOlts petons

Ana, princesa del guisante dijo...

Yo también creo en esa luz subyacente, y tienes razón en eso de que nunca fue fácil. Pero hemos vivido unos años de utopía en los que todo parecía ser perfecto. Y ahora tenemos que afrontar la realidad de frente. Besos, y gracias por ese soplo.

Ana, princesa del guisante dijo...

Es que a veces para poder tomar el impulso necesario para salir a flote es necesario tocar el suelo. Me alegra que hayas reunido toda esa energía. Saldremos de esta, muchísimo más guapas y más fuertes. Besazos

Ari dijo...

Hola Ana!.
Llegué a tu blog hace algún tiempo y aunque me encanta lo bien que escribes y tus pensamientos, creo que nunca había opinado en tu bonito castillo.
Pero hoy me he sentido tan identificada!!
En toda la atmósfera que me rodea se respira taaaanto pesimismo, incluso me atrevo a decir que pasotismo justificado que como TODO el pais está mal pues es lo que toca y nos arrastra a todos.
Aunque me despierte con la mejor de las sonrisas para afrontar un nuevo día viendo salir el sol, al final del dia me dejo arrastrar y contagiar por todos los comentarios que escucho cosa que me hace acabar el dia con tensiones y miedos "sin justificar"
Tambien siento que necesito renovarme, respirar aire puro. Necesitamos un cambio YA!

Driver dijo...

DESPEGUES Y ATERRIZAJES.

Mi abuelo pilotaba hidroaviones.
Estos aparatos son diseñados por jóvenes ingenieros, construidos por artesanos del metal y destrozados por abuelos insconscientes.

Mi abuelo era de éstos últimos.
Pilotaba hidroaviones rojos y amarillos del servicio de extinción de incendios.

Si arde el monte, pueden arder las casas, y dentro hay gente en pijama que sueña.

Así que allí estaban ellos, los locos de los hidroaviones. Les avisaban tarde y mal. El sistema de comunicaciones era una castaña pilonga. Los pantanos estaban rodeados de puntiagudas agujas de granito. Las casas con gente en pijama, entre peligrosos tendidos eléctricos.

Para mejorar el panorama, cargar 20 toneladas de agua, subirlas a las nubes, corre corre que te pillo, baja a caponis y acierta en el desparrame acuoso, era una labor que no se aprendía. Simplemente se hacía bien o se hacía mal.

Si se efectuaba una buena maniobra, los señores del pijama desayunaban a la mañana siguiente.

Si errabas y lanzabas el agua a las conchinchinas, tenía que vivir con el peso de la conciencia maltrecha.
Ardua tarea.
...
Mi abuelo estaba un poco ido. Dicen que erró cuando era joven, y que por la noche tenía pesadillas terribles.

Otras muchas veces acertó, pero los parabienes no estaban hechos para él. No se perdonaba una, ni ninguna.
...
"Diego, tienes que despegar, no te lo pienses, siempre tienes que despegar".

Ése fue su legado.
...
Durante toda mi vida se me han presentado momentos de indecisión.
He tenido que tomar determinaciones donde no sabes nunca si aciertas o no.
Cara o cruz.
Pares o impares.
...
Tengo las imágenes gravadas de los amerizajes y despegues de mi abuelo en el Mar Menor; ése gran lago de origen volcánico, ubicado en Murcia.

Un enorme hidroavión se aproxima al azul, entre la isla de la Perdiguera y La Manga.

Pica, devora trescienta olas, y sube penósamente.
...
Cada verano, durante veinte años.
Casi cincuenta servicios por verano.
Luchando contra la hectárea chamuscada.
...
Nunca supo las vidas que salvó.
Era imposible saberlo.
...
"..., de tanto esperar en aquella estación, de tantas horas observando la configuración orgánica de las bellas flores del parterre, mi sangre entró en ebullición.
A partir de los ciento treinta grados Farenheit, nada puedes hacer por enfriarla.
Sangre caliente y a lo lejos el sonido de un tren.
Una mezcla explosiva.
...
Lo sabía, mi vida estaba a punto de cambiar.
Y tan sólo cabía esperar, aguantar el calentón sanguíneo, y dejarse llevar.
Dejarse llevar."

...
El tren llegó a la estación.
Tenía un billete, un bocadillo de mortadela, trescientas pesetas y la marca de los labios de mi madre en la mejilla.

"Diego, tienes que despegar, siempre tienes que despegar".

Me subí al tren.
Empecé una nueva vida.

Tenía que honrar la memoria de mi abuelo.

Espero no defraudarle.
...
Cuando veo las maniobras de los aviones, jugando con el aire, revoloteando con las turbulencias, me acuerdo.

Hay trabajos que no se hacen por dinero.

Y hay problemas que se pueden aprovechar para muchas cosas.

Ana, princesa del guisante dijo...

Gracias, Ari, gracias por estar al otro lado. Espero que la fuerza de la sonrisa y la alegría puedan hacer fuerza contra el pesimismo y la tristeza.

Ana, princesa del guisante dijo...

Mi realidad no se viste de incendios que aparecen en mitad de la noche. No tengo un hidroavión para apagar todas las cosas malas que suceden a mi alrededor, por desgracia. Siempre he sabido darle la vuelta a lo malo y ver el sol que asoma al amanecer, pero me estoy quedando sin resuello. Gracias por tu historia, preciosa como siempre.

PILAR dijo...

Si, la vida llena de sinsabores, que a veces nos pueden. Y no obstante, cuán poco valoramos lo que de verdad necesitamos. Y lo que hemos tenido, como juventud y salud, que tienen fecha de caducidad.

Mucho ánimo, mira a tu alrededor, la primavera quiere llegar, y su luz y color te ayudará a llevarlo algo mejor. Un fuerte

Ana, princesa del guisante dijo...

Pilar, yo sí suelo acordarme todos los días de la suerte que tengo, pero si no mirásemos hacia el horizonte no tendríamos posibilidad de soñar más. Soy feliz, insisto, pero el desánimo se puede palpar. Besos

AleMamá dijo...

Tarde llego, pero acá estoy.
Muy triste es esta entrada y creo que lo has resumido magistralmente con esta frase: "Está la vida estancada en un sinsabor"

Ana, princesa del guisante dijo...

Ocho meses han pasado desde que escribí esta entrada y las cosas no han cambiado. Es desesperante.

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