© de la imagen La meva maleta

martes, 4 de diciembre de 2012

Luego te extrañas...

Cuando este lugar dejó de ser un refugio para mí, cuando dejé de ser anónima ante tus ojos, me planteé seriamente cerrar el blog. Lo que más miedo me daba era, precisamente, lo que ha terminado por pasar. 
Lo cierto es que cada vez que alguien te lee, lo hace desde su punto de vista, con sus ojos, con su mente, con su corazón. Desde el momento que tú lanzas tu pensamiento al mundo, tus palabras no son tuyas, son de quien las tiene en su poder. Pero nunca nadie había utilizado mi blog para manipular mis palabras para lastimar a otra persona deliberadamente, sin razón y sin permiso.

Sólo tú, desde tu egoísmo centrípeto que da por bueno únicamente tu punto de vista, podrías haber sacado mis palabras de contexto para herir a alguien en un momento de fragilidad grande.

Yo me reafirmo en lo que hice porque sé que hice lo que debía, y si volviera a empezar, haría lo mismo, porque esa fue mi decisión, porque la tomé pensando en el beneficio de quien tenía prioridad absoluta y nunca, jamás, con la intención de perjudicar a nadie, y mucho menos en beneficiarme a mí misma 

Y podría estar equivocada (que no lo estoy). En ese caso, una persona con dos dedos de frente, en lugar de sembrar el mal sacando una oscuridad desconocida de mis palabras, como has hecho tú, habría intentado enmendar la plana. O a lo mejor habría bastado con que preguntaras por qué hice lo que hice.

Claro, es que olvidé algo que tengo que tener presente siempre contigo: Cualquier cosa que diga puedes utilizarla en mi contra (sí, incluso esto que digo ahora puede tener consecuencias)
Luego te extrañas de que te pongamos barreras. En la mía acabo de poner otra piedra.



24 comentarios:

MadreYMas dijo...

Lo de Vive y deja vivir... hay tanta gente que no lo practica...

¡Conciencia limpia, Pesoletina!

Eres un amor y lo sabemos.

Anónimo dijo...

Se puede decir mas alto, pero no mas claro. Un beso.

Ana, princesa del guisante dijo...

Los egocentrismos son peligrosos... Tengo la seguridad de haber hecho lo que debía, lo que ya no tengo tan claro es que me apetezca contar nada aquí. Gracias, niña.

Ana, princesa del guisante dijo...

Gracias por la compañía.Besos

Anónimo dijo...

Gracias a ti ^_^

aaana dijo...

Respira hondo, princesa...
Como tienes la conciencia tranquila, intenta que no te quite el sueño

Carme Sala dijo...

Resulta fácil aconsejarte que ignores lo que tanto duele...y en cambio es tan difícil de conseguir! si te huebiese herido alguien a quien no quisieras, te costaría muchísimo menos.

Ojalá existiera un frasquito de Reflex para las contusiones emocionales.

Petonets Ana

Susana dijo...

Por eso no quiero compartir mi blog con la familia. Es fácil malinterpretar lo que se escribe. Un beso.

Ana, princesa del guisante dijo...

Bueno, eso es discutible, yo no he hecho daño, pero me han utilizado para hacerlo. No sé qué decirte.

Ana, princesa del guisante dijo...

Lo más gordo es que no me ha herido a mí. No existe Reflex de ese, pero la amistad funciona más que bien. Bsts

Ana, princesa del guisante dijo...

Yo tuve que sacrificar mi anonimato por la promoción del libro... ahora tengo mis dudas. Besos.

Tita dijo...

Vaya, lo lamento, princesa. Es inevitable ser malinterpretado incluso en el mejor de los casos. Lo peor es que lo haga alguien cercano, y que encima ni siquiera pase por ti, y vaya directamente a un tercero.

Besos

dolega dijo...

Puede sonar a topicazo, pero no lo dudes ni un momento:
El tiempo pone a todo el mundo en su sitio.
Besazo

Mariapi dijo...

El problema no es lo que escribas aqui, es una excusa. Cuando alguien solo ve su YO, hagas lo que hagas lo manipulara. Por si te sirve de consuelo, por eso de mal de muchos...estoy igual .
Un besote gordo gordisimo, Princesa.

Ana, princesa del guisante dijo...

Pues sí, porque la persona perjudicada no se lo merecía, y yo, tampoco. Besos

Ana, princesa del guisante dijo...

Dolega, lamentablemente algunas personas nunca sabrán cuál es su sitio, porque no lo reconocen como tal. Besos...

Ana, princesa del guisante dijo...

Pues así es como yo lo entiendo también. Bendita la amistad que lame las heridas. Besos de tirita.

aaana dijo...

Ten la conciencia tranquila, han usado tus palabras pero nunca tuviste mala intención
Abrazos

Carmen J. dijo...

Hay cosas que caen por su propio peso. Si quieres hacer mal a alguien no lo escribes, o lo escribes de otro modo. La lógica y la razón, a veces, es el mejor remedio contra la maledicencia.

Luisa dijo...

Bufff, mal rollo por lo que veo, aunque no conozco la trama, pero entiendo muy bien lo que dices porque también a mi me pasan ese tipo de cosas incluso al margen del blog.
¿Por qué hay gente así?
¡Suerte!
Besos

unaterapeutatemprana dijo...

Por lo retorcida que parece esta persona (e infeliz) va a seguir haciendo daño escribas lo que escribas. Ojalá no cierres el blog. Haces mucho bien con él. Eso tiene que tener más fuerza que esas tinieblas.
Un beso y mucho ánimo.

Ana, princesa del guisante dijo...

Carmen, me temo que la lógica y la razón son buenas herramientas para quien no tiene intención de hacer mal a nadie. En el caso contrario, la mentira y la mezquindad pueden ser vistas desde la razón...

Ana, princesa del guisante dijo...

Yo tampoco entiendo que alguien sea incapaz de vivir y dejar vivir. Gracias por tus deseos, la suerte... bueno, para que te toque la suerte tienes que estar en primera fila, y hacer lo que debes. Besos

Ana, princesa del guisante dijo...

Nunca he pretendido hacer el bien, ni muchísimo menos el mal. No tengo pretensiones ni objetivos mediante el blog. Te aseguro que esta persona es infeliz, pero por los caminos que está eligiendo no va a lograr el afecto de nadie. Y seguramente, por otros caminos, llega años tarde, a lo mejor no podrá rehacerlos. Besos y gracias

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Por favor,

Si algo de lo que expongo aquí te molesta, te pertenece, o habla de ti y quieres que lo borre, tan solo tienes que pedírmelo. Nunca quise ofenderte, ni plagiarte, ni molestarte...
Este es un espacio de libertad y, sobre todo, de respeto.