He vuelto de Madrid con la maleta cargada de cariño. Sí, el cariño llena y pesa, pesa la obligación adquirida de corresponder con más cariño, es una carga amable.
No voy a desvelar el contenido de la presentación informal de ayer, si queríais saber qué iba a decir, teníais que haber hecho el mismo esfuerzo que las personas que me acompañaron... Porque no fue fácil para ninguno de ellos. Vinieron con las manos llenas de recuerdos, de niños, de prisas, de deseos de llevarme a tomar un mojito que acabó en cerveza, de paseo que acabó en sofá con gritos infantiles de fondo, de calor sofocante con partido de fútbol que no vimos.
Y, aunque hace unas líneas os he dado un tirón de orejas a los que no estuvisteis, sentí el calor de muchos de vosotros arropándome en la distancia, porque si bien Madrid es el núcleo de España, está un poco lejos de todas partes, también, quedáis disculpados.
El título y la imagen de este post me ha surgido al recordar parte de la conversación de ayer, cuando explicaba que suelo ir por mi mundo haciendo pequeños retratos que son los que luego alimentan mis palabras. Hoy os dejo con algunos de los que surgieron ayer, que dedico a mis amigas de siempre y a los nuevos amigos.
- Sus pacientes manos gigantes dibujando para mitigar el aburrimiento infantil.
- Sus caras casi idénticas, los ojos en los que me vi reflejada con el mismo cariño de hace veinte años.
- Su pudor que pude casi palpar al traspasar la pantalla por primera vez, pero que venció desnudando su alma.
- Su sonrisa de niña (dices que no, pero tú has hecho algún tratamiento rejuvenecedor que te ha quitado 8 años) y su humildad
- El juego de los tres cachorros, que tanto me recordaron a mis gatitos, que se muerden, pero flojito.
- La serenidad con la que ella tomó sus decisiones.
- Que me hubiera conocido tanto, mucho mejor que yo. Que se acordara de tantas cosas.
- Madrid, que me sigue gustando y enamorando, a pesar de sus temperaturas infernales.
Gracias, no sé si lo he dicho suficientes veces, pero muchísimas gracias. Hasta ¿pronto? Ojalá.
13 comentarios:
Retrato: la chica en la mesa redonda.
Llegué el primero y ella estaba allí, la chica en la mesa redonda.
Un figura geométricamente perfecta. El círculo de lectores se abría con una sencilla rotundidad.
Y en el centro de la mesa, equidistante de todos y cada uno de los puntos perimetrales, una montaña de libros esperando a los curiosos lectores.
La chica de la mesa redonda nos esperaba, siendo capaz de explicar qué, cuándo y cómo.
¿Dónde se encuentra la cabecera de una mesa redonda?
En el centro.
A los pies de una montaña de libros, delicadamente escritos y cariñosamente ilustrados.
...
Cuando sea mayor montaré una editorial, para darme el placer de montar presentaciones con sirenas alrededor de una mesa redonda.
Equidistantes, sí.
Qué pequeño se siente una junto a una montaña de libros...
En la mesa redonda había sirenas y mucha pescadilla :-)
Valens... mientras no seas un picaso jajaja.
Besos, hija, no llores, que te pones feísima.
Te pensé toda la tarde. Ojalá repitas y las circunstancias sean otras para poder agradecerte en persona todo lo que me llena leerte.
Un abrazo.
Yo estoy segura de que habrá más presentaciones de libros y más viajes a Madrid... fue un privilegio conoceros (aunque me fuera casi sin despedirme, con las prisas!) así q hasta la próxima!
pd: hoy después de hacer un poco de mudanza he salido de la casa nueva a hacer un recado... y he visto q el pueblo tiene en todas las jardineras de las calles lavanda! así q compraré arroz con leche...
Gracias por el retrato, Ana.
Y sobre todo por el placer de conocerte.
No era pudor... es que eres de las pocas personas que habla más que yo!
Besotes.
Lo que hubiera dado por espiaros desde un agujerito!!!!!!
Sabes Pesolet???? voy a escribir un cuento para tener excusa de viajar y conoceros en directo. Descansa peque, yo ya me fugué y te lo recomiendo. Besosssssss
Seguro que sí. Gracias por tu cariño. Un abrazo
Va a salir en el periódico el MISTERIOSO CASO del robo de lavandas asociado al agotamiento de arroz con leche en los supermercados :-))
Espero que sí que la vida nos vuelva a cruzar. Y si no es así, siempre nos queda la ventanita de internet. Un beso, aaana
Fue un placer pasar la velada contigo.
Vale, admitamos que no somos precisamente mudas... Besos, querida.
¿Espiarnos? Nena, tú te lo habrías pasado teta allí sentada en medio de todas nosotras. A ver si nos vemos pronto, un beso achicharrado (¿no se piensa ir la ola de calor?)
¡Sabía que todo saldría bien y que tú lo pasarías bomba! ES lo que ocurre cuando se pone tanto cariño en hacer las pequeñas cosas como en hacer, las grandes;
Además, mis dibujos viajaron estupendamente bien contigo.
Petonets
Buena gente, Mysuitcasegirl...
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