© de la imagen La meva maleta

jueves, 3 de febrero de 2011

Ayer salimos de compras

Te encuentras tan bien que te apeteció dar un último repaso a las rebajas... ¡y qué chaqueta tan bonita te compraste!

Pasaste a recogerme como una jovencita, con las mejillas rosadas por el frío, y el ánimo burbujeante. Me hizo gracia cómo sigues administrando tus tiempos con amplios márgenes, como si nunca hubiera prisa. Eso está bien. Tú que te has tomado un café con la Dama de Negro, vives tu vida al mismo ritmo, retándola, pasándole por las narices tu reloj, el que no consiguió parar.



Luego un café, y cuatro tiendas. Y muchas conversaciones trascendentales. Sobre la enfermedad, sobre la vida y sobre la muerte. Esa muerte que se lleva a la gente demasiado pronto. Sin ir más lejos, tuve que contarte que nos dejó, por un cáncer, un compañero en apenas un mes. Esas noticias te tocan lo más hondo, y te hacen ponerte triste, pero yo pienso que tienes motivos para sentirte muy afortunada. Ellos están del lado de las estadísticas en los que no queremos estar.

Me hablabas de tus hijos adolescentes. Y yo te expliqué que pienso que Dios no nos manda un cáncer para enseñarnos nada. Que queda en nuestras manos sacar buenas lecciones de lo que pasa por nuestra vida. O no. Habrá quienes, después de una experiencia tan tremenda sigan siendo tan ruines como antes. Nadie merece sufrir lo que tú has sufrido, ni para aprender ninguna lección. Si de lo malo eres capaz de sacar una lectura, dichosa tú.

A mí me ha servido para varias cosas vivir de cerca tu enfermedad. La primera, para darme cuenta de que tu compañía y apoyo me hacen mucha falta. La segunda, para aprender de tu valor: no te han flojeado las piernas, y si lo han hecho, has sabido no hacerte la mártir. La tercera, que me podría haber pasado a mí. Y que me aterra ponerme en tu pellejo. Tú sólo has temido algo, y bastante razonable, por cierto: temías faltarle a tus hijos, como te faltó a ti tu padre, de forma prematura. Pero estás aquí. Nos haces mucha falta.

18 comentarios:

Unknown dijo...

Esa Flor de Cristal, que de frágil sólo tiene el nombre...
Me encanta ser espectadora de vuestra amistad...
Sería privilegiada de porder tomar ese café con vuestra compañía.
Un bico gordo pesoleta!!!
Petonets de tot cor

MadreYMas dijo...

Ir de rebajas sólo puede significar una cosa. Que de momento, ella está ganando al bicho! Bien!
Lo demás... ya lo iremos viendo cuando toque.
La mejor lección que nos da el puñetero bicho es aprender a aprovechar el tiempo... aunque sea para dejarlo pasar con calma!
No sabes cuánto me alegra leer tan buenas noticias...
Besos, Pesoletina.

Montse dijo...

A los que nos "toca" nos ayuda mucho saber que alguien esta ahi, las compras es lo de menos, ese cafe debio saber a gloria.

Petons

Mariapi dijo...

Ir de compras es terapia y al mismo tiempo señal inequívoca de mejoría. me alegro muchísimo, de verdad.
Ana, no creo que el dolor, el sufrimiento de la vida tenga que ser "una lección". Estoy convencida que del mismo modo que nuestros hijos no sólo aprenden cuando les reñimos o castigamos, también aprenden cuando reímos, les besamos y acariciamos, el sufrimiento es aprendizaje como lo es el gozo. Es vivir, y el fin de todo es que sean ocasiones de hacernos capaces de amar más y mejor, en las circunstancias que vengan, eso no importa. Desde esta visión, intento que mis hijos entiendan que las riñas, los castigos son muestras de cariño tan grande como cuando los premio...no se si he sabido explicarlo.
Bueno, lo importante, que me alegro un montón, por las dos. Un abrazo.

sunsi dijo...

Pesoleta...De rebajas con tu amiga. Qué buena señal. Cuando uno está chof no apetece ni siquiera pasearte por las tiendas. Me alegro muchísimo.

Pienso lo mismo que tú. Para uno, una enfermedad no es ninguna lección. Es un..."me tocó y no entiendo nada" "Pero como me tocó, a ver qué hago para que sea lo más llevadero posible" Y aquí sí que entra la compañía de los otros...porque lo de "llevadero" no siempre se lleva bien. Después , posiblemente, los puntales de la vida cambien. Las prioridades se reducen, se agradecen muchas más cosas que antes ni siquiera habías reparado en ellas... Afortunada ella que te tiene.

Un beso, Princesa

Marta piesdescalzos dijo...

Todos los que sobreviven a una grave enfermedad cambian sus prioridades. Ojalá aprendamos de ellos sin necesidad de tanto sufrimiento.
Me alegra tu planazo de ayer! Besos

Clidice dijo...

Compartir estones precioses amb amistats precioses, res millor en aquesta vida.

Ana, princesa del guisante dijo...

*Dolores: su nombre no está elegido al azar. El cristal es frágil, pero para rayarlo necesitas un diamante... Ese café aún era un poco amargo, vendrán otros mejores, lo sé. Un bico

*MadreYMas: su cáncer está prácticamente controlado. Queda camino aún. Espero que mantenga las fuerzas hasta el final. Un beso para ti, y otro para BA.

*Montse: las compras fueron estupendas... y el paseo, y el solecito. Bendito sea el día a día, ¿no? Un beso, y mi apoyo, cuando lo necesites.

*Mariapi: suelo pensar que si el cáncer fuera un castigo divino, lo padecerían todos los asesinos, malechores, malvados,... y no es así. "Nostre Senyor té un bastó que pega però no fa remor", dicen los sabios del lugar. Un besote

*Sunsi: si después de una situación así uno no cambia, ya no cambia nunca. Yo soy afortunada por poder seguir aprendiendo de ella, te lo aseguro. Un beso.

*Marta: Ojalá pudiéramos aprender de la experiencia de los demás, ¿verdad? sin sufrir en propias carnes... complicado :-) Besos

*Clídice: si, i més quan la teva amistat hauria pogut desaparéixer amb una mica més de mala sort... Una abraçada

Dàmaris Garcia dijo...

Difiero y entiendo. Ni siquiera tengo el valor de ponerme en el lugar de alguien que teme faltar a sus hijos. No, no soy tan valiente ni tan absurdamente falsa para decir que puedo imaginármelo. Sin embargo, me gusta pensar que todo tiene un significado en esta vida sin sentido. Tal vez me equivoque, tal vez sea una manera de llenar huecos. Me gusta pensar que nosotros tenemos el poder de aprender algo del sufrimiento. Aunque sea darle valor a la vida, aunque sea apreciar más a la gente que tenemos al lado. La vida es bella, vuestra amistad lo es (salta a la vista) sois afortunadas de teneros la una a la otra.

Un beso.

Ana, princesa del guisante dijo...

*Dámaris: acepto tu visión, pero yo, personalmente, y quizá porque soy madre, me niego a pensar que Dios, mi Padre, sea capaz de mandarnos dolor sólo para que aprendamos. Yo pienso que buscar el significado es una forma de hallar consuelo ante la crudeza de las normas de la Naturaleza que afectan de forma indiscriminada a las personas. ¡O acaso todo Haití, por hablar de una catástrofe indiscriminada, recibió dolor y pérdida como lección de vida divina? Gracias por compartir tu opinión, un beso, guapa

Dàmaris Garcia dijo...

No, no podemos generalizar. A veces la vida trae dolor en sí misma, sin intervención divina. Dios no es sádico, como bien dices es nuestro padre ¿y qué padre dará una serpiente cunado su hijo le pide pan?. A veces (como Job) el dolor es permitido.¿¿Porqué?? no tengo ni idea, pero seríamos injustos si todo lo malo lo etiquetáramos de "acción divina". No, la vida no es justa, la vida trae dolor y muchas de esas veces Dios no lo manda, otras veces sí. Como no soy Dios para distinguir la diferencia me planto en el medio. Sea o no sea designio de alguien más... coge la sartén por el mango, llora con el que llora y admira a los que, sufriendo, siguen amando la vida. Sí, admiro a tu amiga, te admiro a ti por estar a su lado. Como he dicho antes sois afortunadas de teneros la una a la otra. Cuando me encuentre con Dios tendré muuuuuchas cosas que preguntar.
Un beso enorme.

Carme Sala dijo...

¡Bien! Me alegro un montón de leer que por fin, compartisteis un café sin lágrimas.
Yo tampoco creo que las enfermedades sean lecciones de vida, aunque me parece lógico que tras vencer esta dura batalla en su vida, haya cambiado de prioridades.

Un hermoso reencuentro, el vuestro. Me alegro muchísimo.
Un abrazo a las dos :-)

Mari dijo...

Como bien dice el primer comentario es un lujo la amistad que os teneis, y visto desde esta ventana es envidiable. Un beso enorme y muchos animos.
Mari

Ana, princesa del guisante dijo...

*Dámaris: gracias una vez más. Es cierto,entre toda la tormenta, la amistad es un soplo de aire fresco. Un abrazo.

*Mevamaleta: es tan duro como puedas imaginarte, y lágrimas... alguna hubo, eh, que estamos flojitas aún. Un abrazo grande a ti.

*Mari: necesitaremos de todo: besos, ánimos... Un beso a ti también

Anna Pujabet dijo...

ostras Ana, buff,.. l´amistat una vegada més. Que nadie se atreva a tocar nuestros angeles!!! y esa mujer de negro que se vaya, que es muy fea.
Un petonet

ana dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ana dijo...

Misterio insondable; esa es la circunstancia del ser humano. El dolor es una de las formas de esa circunstancia de misterio. Incomprensible siempre.

Un abrazo y mucha fortaleza. No será fácil la batalla, pero evidentemente la victoria es posible. Ánimo.

Ana, princesa del guisante dijo...

*Anna: Hauríem de ser conscients de tant e tant que la dona lletja pot venir-nos a saludar a qualsevol de nosaltres... segur que viuríem amb més intensitat. Petons

*Ana: Es cierto, es incomprensible. Yo cada vez lo entiendo menos. Estamos ganando la guerra, la Flor de cristal es una tipa dura... un abrazo

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