En la Nochebuena de 2010, recién publicado La abuela necesita besitos, Paloma Torres nos regaló este artículo, la crítica literaria más emocionante que recibiré jamás, en el suplemento cultural de ABC. Por lo que decía sobre nuestro cuento, se intuía el peso del Alzheimer sobre alguien cercano a ella, eso me pareció entonces.
Yo lo había escrito desde la memoria inventada de alguien que ha estudiado, como enfermera, cómo es la enfermedad, de alguien que imaginaba cuánto le costaría explicar a sus hijos por qué su abuelita ya no sostiene la cuchara, no sabe atarse los zapatos, no se acuerda de que su hija es su hija, si eso pasara.
He reeditado el libro porque, lejos de desaparecer, la enfermedad se ha convertido en la plaga más tremenda de nuestra generación. A diferencia de otras enfermedades horribles que hemos conseguido amarrar con medicinas, esta sigue siendo sentencia de muerte, mueres, porque dejas de ser de lo que fuiste. En cuanto se presenta, te diriges a un punto de no retorno que terminará por desahuciar toda tu vida.
El Alzheimer es una enfermedad triste. No te duele nada, no a ti. Dueles a los demás. Se lleva lo que fuiste a zarpazos. Tiñe de niebla el fondo de tus retinas y barre los estantes de tu memoria dejando un páramo en tu memoria.
Cuando te toca vivirla de cerca, que te acabará tocando, puedes necesitar el abrazo de este libro.
Mando un abrazo a todos los que vivís el Alzheimer de cerca. Y, por supuesto, también un besito para vuestros familiares enfermos.
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Gràcies Carme Sala, com sempre.